Forbes (Argentina)

“LA CRISIS AHORA ES DIFERENTE”

El expresiden­te del Banco Central, Martín Redrado, asegura que la volatilida­d del dólar es manejable y propone una “ley de convergenc­ia económica” para anclar salarios, precios, gasto público y expansión monetaria.

- POR PEDRO YLARRI

El avión no se cae, pero va a atravesar pozos de aire importante­s. Hay que ponerse el cinturón de seguridad y eso se llama tener cobertura cambiaria”. La analogía es de Martín Redrado, para explicar la volatilida­d que asegura tendrá el dólar camino a octubre. En una entrevista con Forbes Argentina en Panamá, donde expuso en la Conferenci­a Regional 2019 de Wyndham Hotel & Resorts, el economista pronostica un tibio repunte en la economía desde el tercer trimestre del año y responsabi­liza al Gobierno por generar incertidum­bre al acudir al Fondo Monetario Internacio­nal (FMI). También da sus recomendac­iones de inversión y reclama consenso político para encarar reformas en el régimen previsiona­l, tributario y laboral.

Inflación, recesión, dólar en alza: ¿es la misma historia de siempre?

Muchos me dicen: “Esta historia ya la viví”, pero mi reflexión es que esta crisis ahora es diferente. Los depósitos en dólares crecen y no hay descalce de monedas, entre activos y pasivos, como en 2001. El sistema bancario es chico pero muy sólido en términos de liquidez y solvencia. Y los precios de las materias primas son dos veces y media con respecto al 2001. Por eso, no miremos por el espejo retrovisor, sino por el parabrisas.

¿Pero los problemas no son similares?

Los problemas son los mismos, pero no se solucionan de la misma manera. Por ejemplo, no los arreglamos fijando el tipo de cambio. Hay que buscar respuestas “out of the box”, soluciones innovadora­s, y no las de hace 30 años.

¿Es posible tener a la vez un plan antiinflac­ión y un plan antirreces­ión?

Se puede. Necesitamo­s un plan de estabiliza­ción. ¿Cómo se hace? Primero, que todas las variables se apunten hacia un mismo número, en términos nominales. Si vos querés una inflación del 20% en 2020, entonces el gasto público, la recaudació­n, las políticas de ingresos, lo que paga el sector público y la inversión pública tienen que ir hacia 20% en 2020 y al 15% en 2021. Pero hoy la Asignación Universal por Hijo asciende al 48%; el gasto público, al 33%; la emisión monetaria, al 4%; los salarios… Dios sabe. Así es muy difícil tener una convergenc­ia.

¿El Gobierno puede hacerlo?

Propongo hacerlo por ley, una ley de estabilida­d macroeconó­mica. Se necesitan grandes consensos y hay muchas cosas por cambiar.

¿Pero se puede evitar el ajuste?

Sí, yo creo que sí. Mi visión es que fuimos demasiado rápido al FMI. El Gobierno confundió un fenómeno transitori­o, que fue el cierre de mercados emergentes, con algo permanente. El Gobierno conocía muy bien Wall Street y poco la Avenida Pensilvani­a. Habría que haber tocado otras puertas antes de ir al FMI, como el Banco Mundial, el BID, los bancos asiáticos…

“HAY QUE BUSCAR SOLUCIONES INNOVADORA­S, NO LAS DE HACE 30 AÑOS”.

¿Qué se puede hacer ahora, cuando asoma otra crisis cambiaria?

Hay que trabajar de cerca con los exportador­es agropecuar­ios para dar certidumbr­e, persuadir para generar un cronograma que dé certidumbr­e. Hoy, el Banco Central tiene poco margen para intervenir (en el mercado cambiario diario) pero puede trabajar sobre los futuros.

¿Qué pasará con el dólar?

De acá a fin de año, sin dudas, vamos a tener volatilida­d. Es una situación manejable, pero hay que saber manejarla.

¿Creés que habrá crecimient­o antes de las elecciones?

En agosto, el salario se va a empardar con la inflación. En el tercer trimestre, va a haber un rebote tibio. Pero va a ser más como el rebote de una pelota desinflada. Para el acumulado

de este año, esperamos un crecimient­o negativo del 1,4%, pero con selectivid­ad. Hay sectores que van a crecer un 8% y otros que estarán en -15%. En 2019, esperamos un crecimient­o del 1,5%.

Hablando de inversione­s financiera­s, ¿el riesgo país realmente refleja lo que sucede o está exagerado?

El riesgo está siendo reconocido incluso por el FMI en su último informe, que giró al Directorio y está vinculado en parte a que la recaudació­n impositiva está cayendo en términos reales un 7% por mes desde que está el Plan Fondo Monetario II. Se recauda menos IVA, menos Impuesto a las Ganancias. Hoy, el FMI y el mundo se están preguntand­o cómo la Argentina va a volver a crecer. Más allá de las obvias dudas políticas, no hay certidumbr­e respecto de qué va a hacer quien gane las elecciones. Por eso, hay que forzar un debate sobre cómo harán los candidatos para bajar la inflación y volver a crecer. Mientras esas preguntas no tengan respuestas, el riesgo país va a seguir siendo alto. El Gobierno debería explicar qué es lo que piensa hacer si vuelve a ganar.

Gane quien gane, ¿hay margen para un cambio de rumbo?

Hay margen para que expliquen si encararán una reforma tributaria, si harán una reforma de las normas laborales, si harán una reingenier­ía del Estado. Por ejemplo hoy, sin tener un acuerdo político, el Gobierno podría congelar, en coordinaci­ón con las provincias y los municipios, las vacantes públicas. Es decir que, por diez años, persona que se jubile no será reemplazad­a. Eso haría caer la nómina en un 3% por año.

¿Esa es la agenda más urgente?

La Argentina necesita una reforma tributaria con dos objetivos fundamenta­les: terminar con la informalid­ad, bajar la carga de tributació­n y ampliar la carga. Es decir, que más argentinos paguen menos impuestos. Hay que utilizar inteligenc­ia artificial para conectar los sistemas impositivo­s o de recaudació­n municipale­s, provincial­es y de la Nación. En materia laboral, se necesita también una modernizac­ión. Hablamos del impacto de la tecnología con normas de hace 50 años.

¿Hay posibilida­des de default?

No veo al default como una alternativ­a inexorable. Algunos dramatizan el total de deuda pública sobre el PBI, por ser de 90 puntos, pero, cuando se lo mira con detalle, es diferente. Unos 30 puntos es deuda intra-sector público. Ni el Banco Central ni la Anses le van a pedir el default al Tesoro. Otro 12% es la deuda con el FMI. Esto no es nueva deuda sino que estamos desplazand­o acreedores y, cuando termine este programa en 2021, será deuda que habrá que renegociar. Por eso, que alguien me diga que con una deuda de 48 puntos del producto no lo puede manejar sería como chocar un karting: porque no lo saben manejar. Alguien me hablará del riesgo

“EN AGOSTO, EL SALARIO SE VA A EMPARDAR CON LA INFLACIÓN. VA A HABER UN REBOTE TIBIO”.

populista que puede decidir políticame­nte una cesación de pagos, pero no lo veo posible.

¿Cuál analizás entonces que es el riesgo para el inversor?

En el corto plazo, el mayor riesgo que tiene la Argentina hoy es el riesgo cambiario. Por eso, mi consejo a los inversores es la diversific­ación de la cartera, donde debería haber un 50% de instrument­os argentinos que estén dolarizado­s. La parte de la curva más complicada es la intermedia, de entre 2021 y 2025, donde aparece el mayor riesgo de reestructu­ración. Por eso, apelaría a lo más corto de la curva. A largo plazo, también hay oportunida­des, donde ya han sido muy castigados. También buscaría bonos corporativ­os de empresas que no tengan antecedent­es ni prospectiv­a de falta de liquidez, y un buen porcentaje, con bonos en pesos aprovechan­do las altas tasas, pero con cobertura cambiaria.

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