Forbes (Argentina)

“EL SISTEMA CAMBIARIO ES HORRIBLE”

Ricardo Arriazu califica de “adefesio” al régimen de bandas que, advierte, “mal manejado, puede afectar el resultado electoral”. La posible mejora este año y la adicción al gasto de los argentinos.

- POR FERNANDO MEAÑOS

No hay términos medios en el diagnóstic­o de Ricardo Arriazu, uno de los economista­s argentinos de mayor prestigio a nivel internacio­nal. En su visión, la Argentina debe incorporar la disciplina a la hora de gastar en forma definitiva a su menú político y económico si no quiere volver a las crisis recurrente­s, tanto en el sector público como en el privado. Las restriccio­nes fiscales y monetarias son una condición necesaria pero no suficiente. Hace falta curarse de la adicción al gasto para salir adelante.

Arriazu sacudió el cierre del primer Forbes Money Summit al criticar con dureza el mecanismo cambiario actual, acordado entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI): “El principal problema que tenemos antes de las elecciones es que, a medida que se acercan, la gente va a querer protegerse. Tenemos un sistema cambiario horrible y peligro

so, que fue impuesto por el FMI, y la Argentina no tuvo otra alternativ­a que aceptarlo. Si no se maneja bien, puede causar problemas y afectar el resultado de las elecciones”.

El economista estimó que este año “podría ser mejor” que 2018 en materia de actividad económica. Pero prefiere diagnostic­ar antes que pronostica­r, ya que asegura no saber “cómo se va a comportar la política”. Más allá del riesgo electoral, ve la amenaza en el dólar. Y dispara: “No vi en mi vida peor adefesio que estas bandas cambiarias. Un 30% de banda, convertida en una tasa en pesos, implica que, si paso de la banda inferior a la superior, tengo un 30% de retorno. Así, es imposible parar una corrida con tasa de interés. Esto es el diseño de un talibán flotador. Es una locura, no se puede intervenir. Tenemos un swap de US$ 15.000 millones con China de adorno”. Y agrega: “No aceptan que la Argentina es un país que piensa en dólares, que su unidad de cuenta es el dólar. Por lo tanto, no es lo mismo que en otros países. Tenemos reservas, pero por ideología no nos dejan usarlas. Este es el mayor peligro que tenemos”.

Ligado a la incertidum­bre cambiaria y política, Arriazu brindó a Forbes Argentina su explicació­n sobre los indomables índices inflaciona­rios: “Hay una explicació­n monetaria para la inflación y se sabe que, en el largo plazo, siempre la hay. Pero, en el último año, los precios crecieron al doble de la base monetaria; en los últimos cinco meses, dos veces y media; y en los últimos dos meses, varias veces. Entonces, si uno se limita al factor monetario, tiene problemas para explicar la inflación en el corto plazo”.

Arriazu concentra su explicació­n en los precios relativos: “Mi argumento, que en realidad es de Julio Olivera, es que todos los sectores buscan mejorar sus precios relativos. En el caso argentino, el asalariado pretende no perder frente al 2015 y el empresario quiere volver al 2008”, detalla.

¿Alcanzará el apretón monetario para bajar la inflación durante 2019?

No. Hay una combinació­n de factores. Muchos precios están atrasados. En las tarifas, el Gobierno quiere recuperar el nivel del 2001, que es el costo. Y la gente quiere pagar el nivel de 2016, que es el 15% del costo. Si se suman todos los reclamos sectoriale­s, se vuelve imposible. Lo que hay que hacer es política monetaria dura, política cambiaria estable, y luego ponerse firme para calmar la estructura de precios relativos. Si se contienen y se logra la estabilida­d monetaria y cambiaria, se puede calmar la inflación este año y volver a un nivel cercano al 2% mensual.

¿Por qué la Argentina repite cíclicamen­te crisis como la de 2018?

La Argentina tiene una tendencia a gastar de más. Siempre. Eso se refleja en la cuenta corriente de su balanza de pagos. Para gastar de más, alguien me tiene que prestar. Y nos prestan porque en el mundo sobra la plata, porque cambiaron los términos del intercambi­o, porque hay un nuevo gobierno o porque somos rubios y de ojos azules, por lo que sea. Y nosotros, como tontos, vamos y gastamos otra vez de más. En general, es el sector público, pero también lo hace el sector privado. Al cabo de dos o tres años, el acreedor piensa que no le vamos a pagar y nos deja de financiar. Y ahí aparecen los sobresalto­s cambiarios, la recesión y otros problemas. Somos “gastadores alcohólico­s”.

¿Por qué se generó esa “adicción”?

Parte del problema argentino es el carácter rentístico, que viene de la época de la colonia. Toda sociedad tiene un contrato entre la sociedad y sus gobernante­s: qué me das, qué te doy. En la Argentina, siempre es qué me das. Hay una actitud de pedir sin la contrapart­ida de un esfuerzo o un sacrificio. Y genera las permanente­s inestabili­dades de la Argentina. Luego está la lucha por la distribuci­ón del ingreso.

¿Lo defraudó la gestión económica de Macri?

Ya en 2015, yo señalé que el gradualism­o no había funcionado nunca y que, si lo utilizaban, iban a tener que aplicar un programa de shock en 2018. La gestión de Macri tiene aciertos, como la eliminació­n del cepo, las relaciones internacio­nales, el cambio de las tarifas. Su gran error es haber querido gastar de más. Es el mismo error de todos. Esperaron que llegara una lluvia de dólares para financiar y seguir gastando. Ahora, como no hay más financiami­ento, hay que ajustar. Y el ajuste no lo hace el Gobierno ni el FMI, lo está haciendo el mercado.

¿Había margen político en 2015 para arrancar un ajuste fiscal estricto?

Maquiavelo dice que las cosas malas hay que hacerlas desde el principio y que las noticias buenas hay que darlas de a poco. ¿Si hubiera habido problemas? Por supuesto que sí. La diferencia es que todo eso hubiera pasado dos años antes.

¿Cómo ve a Roberto Lavagna como candidato a presidente?

Que un economista llegue a ser presidente me parece bien. Es algo que en Argentina no ocurrió aún y en otros países (México, India) es común. Uno podría opinar a favor de su gestión diciendo que tuvo superávits gemelos, pero también es cierto que antes Remes Lenicov le licuó los pasivos y los salarios: recibió el ajuste hecho. En un análisis detallado de su gestión, se pueden encontrar puntos a favor y puntos en contra, pero no es mi función hacerlo. Además, ahora el panorama es bien distinto.

“MACRI TIENE ACIERTOS, COMO EL FIN DEL CEPO, LAS RELACIONES INTERNACIO­NALES, LAS TARIFAS. SU GRAN ERROR ES HABER QUERIDO GASTAR DE MÁS”.

 ??  ?? Ricardo Arriazu dio una Masterclas­s en Money, el primer Forbes Summit del año. Allí dijo que “la dolarizaci­ón de portafolio­s puede llevar el tipo de cambio a la banda superior” de la zona de no intervenci­ón y que “es imposible frenar una corrida cambiaria solo subiendo la tasa de interés”.
Ricardo Arriazu dio una Masterclas­s en Money, el primer Forbes Summit del año. Allí dijo que “la dolarizaci­ón de portafolio­s puede llevar el tipo de cambio a la banda superior” de la zona de no intervenci­ón y que “es imposible frenar una corrida cambiaria solo subiendo la tasa de interés”.

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