Forbes (Argentina)

“NO ALCANZA CON EL TIPO DE CAMBIO”

El dueño de Morixe dice que el acuerdo de Precios Esenciales “aguanta” hasta el techo de la banda de intervenci­ón del dólar.

- POR TOMÁS RODRÍGUEZ ANSORENA

Argentino, clase 1957 e ingeniero industrial de la UBA, Ignacio Noel es presidente y accionista principal de la Sociedad Comercial del Plata y dueño de un trípode agroindust­rial encabezado por Morixe. Su apellido es el de la compañía fundada en 1847 por inmigrante­s vascos que terminó desguasada tras la apertura económica de Martínez de Hoz y algunos riesgos que le costaron caros a la familia (ver recuadro). La mejor inversión por esos años la hizo su tío Martín Noel, presidente de Boca, quien en 1981 compró el pase de Diego Maradona. Noel es uno de los empresario­s que decidieron garantizar el programa de Precios Esenciales, cuyo éxito, según afirmó el ministro Dujovne, dependerá de la lealtad de un “pacto entre caballeros”. Para Noel, el programa es una apuesta para “aumentar nuestra venta y participac­ión de mercado”, y a la vez un “apoyo al Gobierno” para bajar la inflación.

¿Qué esfuerzo significa para Morixe estar en el programa de Precios Esenciales?

Para nosotros, a diferencia de otras empresas que a lo mejor han puesto un producto que no les significa demasiado en su facturació­n, las harinas y el pan rallado son el 75% de la facturació­n en este momento. O sea que, salvo que ocurra una catástrofe cambiaria que es básicament­e lo que define el precio del trigo, es un esfuerzo importante. Con el tipo de cambio actual, no nos genera pérdida. Tampoco nos da una gran rentabilid­ad. Pero nosotros apostamos, cuando entramos en Precios Cuidados, a aumentar nuestra venta y participac­ión en el mercado, y lo hemos logrado.

¿Cuánto sería una catástrofe cambiaria?

Por más que estamos hablando en un día en que el dólar está bastate picante (N. del E.: la charla sucedió el 25 de abril con el dólar tocando los $ 47), creo que no debería escaparse demasiado; la banda de intervenci­ón hoy está 20% por arriba del precio actual. Hasta ahí aguantamos. No hay ninguna cláusula, ¿no?

No, solamente la buena fe de ambas partes para hacer los números y ver qué grado de daño tenés. Si eso afecta la estabilida­d de la empresa, lo voy a poner a considerac­ión de las autoridade­s. Por sentido común (no leí el DNU ni conozco la ley que regula el tema), con la capacidad que tengo de producción y envasado, que la hemos cuadruplic­ado gracias a una inversión que hicimos porque el Gobierno arregló el tema de los holdouts y pudimos tener financiami­ento, yo les voy a poder demostrar a las autoridade­s que produje al máximo y que vendí el 100%, que no saqué una segunda marca para poder vender más caro o en el mercado.

¿Algo así sucede entre tus colegas?

Son todas empresas grandes, líderes, nadie se va a compromete­r públicamen­te para quedar mal en ese nivel. Lo importante es que tomamos la decisión de apoyar al Gobierno en un esfuerzo por bajar la inflación y en maximizar nuestro volumen de ventas dentro de niveles de rentabilid­ad bajos.

¿Esa estrategia empata el esfuerzo en el precio?

Por ahora, sí. Tenemos dos motores: crecer en ventas para reposicion­ar la marca, y por otro lado es un aporte que nosotros contamos como nuestra responsabi­lidad social empresaria:

“TOMAMOS LA DECISIÓN DE APOYAR AL GOBIERNO PARA BAJAR LA INFLACIÓN”.

una medida que no es la solución final para el tema de la inflación pero evidenteme­nte ayuda en la transición hasta que las medidas fiscales y monetarias y de mayor apertura económica generen más competenci­a y reducción de la inflación.

HARINA, NAFTA, OLIVA Y UN PARQUE DE DIVERSIONE­S

Ignacio Noel tomó control de Sociedad Comercial del Plata en 2010. Ese año sucedió a Santiago Soldati, quien había participad­o en varias de las privatizac­iónes de los noventa, y en 1999 enfrentó un concurso de acreedores. Ese proceso terminó recién en 2016 y, tras la capitaliza­ción de deuda y la compra-venta de algunas empresas (Metrotel o el Trilenium Casino de Tigre), el portfolio de la firma quedó consolidad­o con Dapsa (combustibl­es, facturació­n de $ 20.000 millones anuales); Cerro Negro (materiales de construcci­ón, $ 5.000 millones anuales); 30% de CGC, la petrolera de Corporació­n América (US$ 400 millones anuales); el Parque de la Costa; activos en real estate y otras participac­iones minoritari­as.

Morixe es un proyecto personal de Noel, que compró en septiembre de 2017 como la pieza central de una tríada agroindust­rial que incluye Sierras de Mazán (olivares, aceite de oliva y aceitunas de mesa, factura entre US$ 10 y US$ 15 millones dependiend­o de la cosecha) y Alimentos Modernos (ex Farm Frites), una compañía de papas prefritas congeladas, que factura alrededor de US$ 50 millones al año, de los cuales US$ 35 son de exportació­n. El proyecto de Noel es apalancars­e allí donde Brasil no es competitiv­o: trigo, aceitunas y papa. Y, además, “armar una compañía de alimentos con una marca que cotice en Bolsa, apostando a que en algún momento el mercado de capitales argentino se desarrolle”. La marca Morixe (un molino fundado en 1901) comerciali­za el aceite de oliva y las papas de sus empresas hermanas y levantó capital el año pasado emitiendo acciones para terminar de ordenar los números: actualment­e factura cerca de $ 2.000 millones al año.

El crecimient­o de Morixe, más allá de su ordenamien­to, tuvo que ver con el incremento de la producción por impulso de la exportació­n, lo cual requirió de acuerdos de fasón con otros molinos. “Argentina tiene una capacidad instalada de molienda de trigo de 12 millones de toneladas y muele 6. Esto es producto principalm­ente de toda la época de Moreno, en la que se pagaba una compensaci­ón por bolsa de harina que se le entregara a la panadería desde la ONCCA, que fue un nido de corrupción”.

Esa obsesión del kirchneris­mo por abaratar el mercado interno hizo que bajara la producción. El macrismo buscó un perfil netamente exportador para aumentar la producción y, en esa abundancia, bajar precios. Sin embargo, eso no ocurrió. ¿Por qué?

Porque, de los tres años de Gobierno que van, tuviste dos años y medio con el tipo de cambio absolutame­nte atrasado, fuera de valores de mercado, lo que hacía que Argentina no fuera competitiv­a ni para exportar ni para traer inversione­s. Porque cuando vos analizabas cualquier proyecto, Argentina era la fábrica más cara del mundo. Y hoy en día no se construyen fábricas que no exportan. Es la única manera de funcionar siempre al 100% de la capacidad. Entonces, de economía de mercado o parecida, tenés recién poquitos meses. Y, en el medio, una gran incertidum­bre electoral. Las variables, sin embargo, han tenido una realineaci­ón importante y, obviamente, faltan muchísimos ajustes: productivi­dad, eficiencia, costo laboral, sistema previsiona­l, tributario; no alcanza solo con el tipo de cambio. Pero es la variable que te da el tiempo para ir arreglando las otras cosas en un contexto en el que estés generando dólares de forma genuina y no viviendo de préstamos.

Supongamos que se disipa el “riesgo electoral”. Con este nivel de tasas y endeudamie­nto, ¿es posible ese desarrollo sin crédito?

No tengo dudas de que si ganara Macri tendrías mucha inversión. De hecho, nosotros hemos tenido algunos contactos de gente que quiere venir a invertir o asociarse porque ahora los números pintan distinto. El ajuste fiscal, si no se hace por la vía del verdadero ajuste de gastos, lo iban a hacer el mercado y el dólar. Y es lo que finalmente pasó: el gasto público en dólares bajó principalm­ente por la devaluació­n.

“DE TRES AÑOS DE GOBIERNO, TUVISTE DOS Y MEDIO CON UN TIPO DE CAMBIO ATRASADO”.

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Ignacio Noel (62) en las oficinas de Sociedad Comercial del Plata en Villa Adelina.
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