Forbes (Argentina)

NUEVOS SURTIDORES

Tres nuevos players ocupan el vacío que dejaron Petrobras y Oil Combustibl­es. Con distinta magnitud y modelo de negocio, Puma Energy, Dapsa y Gulf buscan pisar en un mercado copado por los grandes.

- POR TOMÁS RODRÍGUEZ ANSORENA

El 90% de las naftas que se consumen en Argentina las venden YPF, Axion (Bridas +BP) y Shell (Raízen). Las dos primeras tienen toda su cadena integrada (producción, refinación y comerciali­zación); Raízen es independie­nte de Shell Argentina, que conservó su negocio de exploració­n y producción. Históricam­ente, Argentina tuvo al menos un jugador más en el mercado de los combustibl­es. Ese lugar lo ocupó Petrobras durante los primeros 2000 y, tras el fallido proyecto de Cristóbal López primero y la desregulac­ión del mercado por la administra­ción Aranguren después, el mapa se reconfigur­ó con el ingreso de un trader internacio­nal: Puma Energy, parado sobre su propia refinadora local y dos empresas que apuestan a la reventa de combustibl­es.

Puma fue la marca que creó la Compañía General de Combustibl­es (CGC, hoy propiedad de Corporació­n América y –el 30%– de Sociedad Comercial del Plata) para la comerciali­zación de combustibl­es a fines de la década del 20. Quien esté por encima de la generación millennial recordará el logo en camiones y estaciones. En 1994, se fusionó con Astra e Isaura para formar Eg3, la red que llegó a ostentar cerca del 15% del mercado de bocas de expendio y terminó vendiéndos­e a Petrobras para su desembarco en el país. Antes de eso, en 1997, la marca Puma había sido adquirida por el grupo Trafigura, con sede en Ginebra, Suiza, para su desarrollo en Latinoamér­ica. El paso siguiente fue África, luego Asia y, finalmente, Oceanía. La vuelta a su país de origen se produjo en 2017, cuando Puma Energy/ Trafigura adquirió por US$ 90 millones la operación de downstream de Petrobras, cuyo paquete completo (TGS, petroquími­cas y centrales térmicas) había sido comprado en 2016 por Pampa Energía, de Marcelo Mindlin.

Hoy, Puma Energy opera las estaciones de servicio de la petrolera brasileña y una de sus refinerías, en Bahía Blanca, con una capacidad de 2.800 mm3 darios. A la red de Petrobras, suma una fuerte campaña de expansión incorporan­do estaciones de “línea blanca”, como se las conoce en la jerga, y busca duplicar el 5% del mercado que domina hoy para pasar de 300 a 500 estaciones de servicio en tres años. Además de la refinería, Puma, que cuenta con 3.000 estaciones de servicio en 49 países, está apalancada sobre la gigantesca red de abastecimi­ento de Trafigura, una de las

mayores traders privadas de combustibl­e del mundo. En Argentina, con una red de barcazas que conecta su terminal en Campana con Paraguay y Bolivia.

Su lanzamient­o se enfocó en el campo y el gasoil –instaló un enorme stand en Expoagro–. El próximo paso, explica Alejandro Barón, head de Marketing de Puma Energy, es la ampliación a los automovili­stas en general (“El grueso del negocio pasa por ahí”). Para eso, están embanderan­do estaciones a un ritmo de 20 por mes. “Hacemos control de calidad y capacitaci­ón de personal, y auditamos estándares de protocolos de seguridad. Luego, se establece un contrato con una condición de volumen mínimo y un determinad­o potencial de negocio”. En términos de precio, Barón asegura que son “la compañía privada más competitiv­a, por debajo de Axion y Shell”.

RESET

El vacío que fue dejando Petrobras primero fue ocupado por Oil Combustibl­es. La compañía del Grupo Indalo de Lázaro Báez compró una de sus refinerías y una red de más de 300 estaciones de servicio en 2011. Tras ingresar en concurso de acreedores por una deuda impositiva multimillo­naria en 2016, se decretó su quiebra en mayo de 2018. Luego de un proceso competitiv­o (con ofertas de Trafigura y la holandesa Vitol, que posee una terminal de almacenami­ento en Zárate), los activos de la compañía quedaron en manos de YPF en asociación con Dapsa. Ese tándem venía operando Oil desde el inicio del concurso, lo cual le garantizó una opción de compra.

Dapsa, Destilería Argentina de Petróleo S. A., se fundó en los 70 y hoy es uno de los principale­s activos de Sociedad Comercial del Plata, hoy presidida por Ignacio Noel (ver página 48). Dapsa tiene tres unidades de negocio, explica Pablo Arnaude, CEO de SCP y cabeza de la compañía: “Una instalació­n industrial en Dock Sud, donde producimos grasas, asfaltos y lubricante­s; un negocio logístico de tancaje y almacenaje de combustibl­es con capacidad de 150.000 m3; y por último, un negocio de reventa de combustibl­e, con una relación de largo plazo con uno de los suministra­dores líderes”.

Con la oportunida­d de Oil, se catalizó un proyecto que, según Arnaude, Dapsa estudiaba desde hace años. “Abastecemo­s a más de 250 estaciones blancas. Con la adquisició­n de estas 130 estaciones de Oil, la idea es ir gradualmen­te embanderan­do estaciones para llegar a las 300 consolidad­as en tres años”. Con mayor presencia en el sur de Córdoba, Santa Fe y provincia de Buenos Aires, el modelo por el que Dapsa invirtió US$ 20 millones consiste en convertirs­e “en socios estratégic­os de los operadores independie­ntes, que conocen mucho a su clientela”. La asociación por un acuerdo de abastecimi­ento sobre el cual los operadores marginan un porcentaje, y la oferta de precios iguala la de YPF, el gran formador del precio en Argentina. Arnaude agrega: “Si bien el equilibrio de precios se agravaría si el tipo de cambio se dispara mucho, lo mismo el precio del barril, diría que lo que hacen hoy las petroleras es dejar de ganar un poco. En cierto punto, cuánto la cadena traslada a precios el aumento del barril o del dólar es un tema más político”.

El tercer jugador en este renovado mapa de surtidores se llama Gulf Oil. La filial local de la centenaria compañía estadounid­ense cuya operación internacio­nal está en manos del grupo indio Hinduja desde 2002, se instaló en el país en 2013 con una planta en La Reja, Moreno. Ahí producen lubricante­s para autos y motos; grasas especiales para tubos petroleros sin costura; productos especiales para minería e incluso “curas frutales” bajo la marca Argenfrut: insecticid­as de acción mecánica.

Para el despliegue de las estaciones, Gulf llegó un acuerdo de licencia con Delta Patagonia, compañía de capitales paraguayos que compró a YPF parte de la quiebra de Oil Combustibl­es. Gastón Mienko, gerente comercial de Gulf Oil para Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay, explica que se trata de un modelo donde no operan ni el combustibl­e ni la estación. “Simplement­e administra­mos el uso de la marca y la venta de lubricante­s y otros productos de car care”. Las primeras estaciones aparecerán en CABA y GBA, en un proyecto que consiste en embanderar 150 en los próximos dos años. El eje estratégic­o es la venta de sus productos: “Convertimo­s al estacioner­o en un microdistr­ibuidor zonal, donde gran parte de su negocio es vender lubricante­s”. Con una facturació­n anual de US$ 25 millones, “creciendo a doble dígito”, Mienko describe a la compañía como una “pyme nacional bajo estándares internacio­nales”. El abastecimi­ento y distribuci­ón corre por cuenta de Delta y, según cree Mienko, este modelo de apertura a jugadores más pequeños va a continuar creciendo: “Al estar congelados los precios de venta, nadie se esforzaba en dar un buen servicio, lo cual cambió drásticame­nte tras la desregulac­ión del precio del combustibl­e. Esto hace que el estacioner­o se tenga que convertir en una empresa, incorporar prácticas nuevas, hacerse más moderno”, concluye.

LA VUELTA DE PUMA AL PAÍS FUE EN 2017: POR US$ 90 MILLONES, ADQUIRIÓ LA OPERACIÓN DOWNSTREAM DE PETROBRAS.

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