UN PAÍS INCAPAZ DE GENERAR RICOS
Menos ricos, ricos más pobres. Así titulaba Kerry Dolan, del staff de Forbes US, su artículo sobre la evolución de las fortunas en... África. No sería falta de creatividad sino una contundente coincidencia si usáramos la misma fórmula para la nota sobre el derrotero de los millonarios en Argentina. Pero resulta más interesante tratar de entender qué significa que en un país los ricos sean cada vez menos ricos.
Argentina es tan incapaz de generar ricos –y riqueza– como lo es de bajar la pobreza. ¿Un país con más ricos tiene menos pobres? A priori, un país que genera un entorno apropiado y oportunidades para el surgimiento de grandes negocios sostenibles en el tiempo está, seguramente, en una mejor posición para mejorar los indicadores sociales. China es, sin duda, el gran ejemplo de los últimos 30 años: hay 819 personas con más de U$S 1.000 millones, superando las 585 de Estados Unidos, al tiempo que salieron de la pobreza unas 800 millones de personas. La relación no siempre es tan lineal: Brasil, con una pobreza del 26,5%, tiene más billonarios que Canadá (43 versus 29).
En nuestro país, los ciclos circulares de colapso - recuperación milagrosa - recesión se repiten a lo largo de la historia e impactan en todos los ámbitos. La lista de los billionaires –mil millonarios– no es una excepción. Tras décadas de contar con solo 5 nombres –Rocca, Bulgheroni, Perez Companc, Eurnekian y Roemmers– recién en 2017 se sumaron tres más –Galperín, Costantini y Brito– y, a principios de 2018, la lista local se ampliaba a más de 20, con casos como el de Madanes Quintanilla, Patricio Supervielle y Claudio Belocopitt, entre otros. La relación, además de polémica, puede ser una bruta simplificación, pero lo cierto es que el dato coincidió con el menor nivel de pobreza registrado por el INDEC en los últimos 25 años del 25,7%. Lamentablemente, duró poco. La lista que publicamos en esta edición vuelve a achicarse a apenas 12, y la estadística de pobreza, sabemos, saltó 5 puntos.
Aun en su mejor momento, hasta principios de 2018, con los U$S 70 mil millones de las 50 mayores fortunas de la Argentina se podía comprar apenas el 10% de Amazon, cuyo accionista principal, Jeff Bezos, es el hombre más rico del mundo. Un año más tarde, alcanzaría solo para Mercado Libre. Y, dada la caída en las cotizaciones, también para retener las empresas del Grupo Techint, Ternium y Tenaris.
Lo evidente es que las fortunas argentinas perdieron un 27% de su valor conjunto porque la mayoría de las empresas que las integran perdieron valor, en un contexto de alta inestabilidad financiera y desorden macroeconómico.
¿Hasta qué punto la cantidad de millonarios de un país puede ser un indicador del nivel de desarrollo? ¿Está mejor un país con más millonarios y con millonarios más ricos? En términos generales, sí. La cantidad de millonarios de un país y su evolución a lo largo del tiempo se asocia a la solidez de su economía y, por sobre todas las cosas, a su capacidad de crear un entorno de oportunidades para la generación de riqueza.
¿Es más igualitario un país con más ricos? No necesariamente, y muy probablemente no. Aunque los países con más gente rica suelen mejorar sus indicadores sociales, el Global Wealth Report que elabora todos los años el Crédit Suisse explica que tanto las burbujas como las crisis financieras tienden a crear concentración de la riqueza. Ambas discusiones, distribución y generación de la riqueza, pueden (y deben) darse en simultáneo, pero no se puede pensar solo en cómo repartir cuando no se piensa, al mismo tiempo, cómo crear lo que se reparte. Un país con pocos millonarios tal vez no sea un país pobre como lo demuestran los países de Oriente Medio, pero sí un país con mayor pobreza.
¿HASTA QUÉ PUNTO LA CANTIDAD DE MILLONARIOS DE UN PAÍS PUEDE SER UN INDICADOR DE SU NIVEL DE DESARROLLO?