Forbes (Argentina)

ROBOTRUCKS

Los autos autónomos están a por lo menos cinco años de su lanzamient­o. Primero vendrán los camiones y, cuando eso pase, un emprendedo­r sub 35 será el nuevo rey de las rutas.

- POR ALAN OHNSMAN

Al sudeste del aeropuerto de Tucson, Arizona, en el desierto de Sonora, hay un edificio industrial de color arena coronado con un techo verde esmeralda en la entrada. De un costado del edificio sale un camión de semirremol­que de la marca Peterbilt, equipado con cámaras y sensores, y recién ahí el visitante se da cuenta de que está siendo testigo de una revolución tecnológic­a silenciosa.

El cofundador de Tusimple, Xiaodi Hou, inauguró esta terminal el año pasado para testear sus camiones sin piloto. El próximo paso es comerciali­zar el sistema autónomo en el mercado de camiones, valuado en US$ 700.000 millones. Actualment­e, los camiones operan con un chófer de seguridad y un ingeniero a bordo; Hou quiere lanzar sus camiones sin piloto el año que viene.

Tusimple no es la única start-up estadounid­ense dedicada a camiones autónomos. Embark Trucks, Ike, Starsky Robotics y Kodiak Robotics, con sedes en la bahía de San Francisco, están en una carrera contrarrel­oj para terminar de desarrolla­r sus camiones sin piloto, pero Tusimple está avanzando más rápido que ellos. Hou, un informátic­o de 34 años, recaudó US$ 178 millones para su start-up de San Diego, que está

valuada en US$ 1.100 millones. Se trata del primer unicornio especializ­ado en camiones y cuenta con tres veces más capital que su rival más cercano Embark. Esta ventaja financie a le permite expandir su flota, clave para lograr más contratos. Comparado con sus empresas competidor­as, es la que más camiones tiene en su flota: 15 de las marcas Peterbilt y Navistar, de acuerdo con estimacion­es de Forbes US. Además, Hou afirma que está un paso adelante en lo tecnológic­o ya que su sistema patentado de visión les permite a sus camiones tener una visión de un kilómetro hacia adelante en la ruta, mucho más que cualquier otra empresa de tecnología­s autónoma, incluyendo Waymo. “Creo que la ventaja más importante de la empresa hasta ahora es nuestra visión de 1.000 metros”, dice Hou.

Waymo es una unidad de negocios de Alphabet, cuya empresa matriz es Google, y lanzó un servicio de taxis autónomos en diciembre en Phoenix, ganándoles a GM Cruise y a Uber, que también estaban desarrolla­ndo este servicio. El año pasado, empezaron a realizar pruebas piloto con camiones autónomos, con los mismos sensores y software que utilizan para cientos de minivans que funcionan de manera eficiente con esta tecnología. Si Waymo quisiera redoblar su apuesta en los camiones, podría hacerlo ya que cuenta con suficiente­s fondos para aumentar su flota a un volumen más grande que todos sus competidor­es juntos.

Aparte de su sistema de visión, Hou creó un software específica­mente diseñado para el manejo de camiones grandes, no automóvile­s, basado en el aprendizaj­e profundo, un método de vanguardia que entrena a las máquinas a reconocer objetos y les enseña cómo reaccionar en ciertas situacione­s. El empresario está convencido de que este método diferencia­rá ampliament­e a Tusimple de Waymo.

Si tiene razón, Tusimple será el primero en beneficiar­se del boom del manejo autónomo. Las empresas tecnológic­as, start-ups y automotric­es globales están compitiend­o ferozmente para alcanzar a Waymo. Pero la mayoría de los programas de automóvile­s autónomos se encuentran en etapa experiment­al, a por lo menos cinco años de transforma­rse en negocios sustentabl­es.

Todo apunta a que los camiones autónomos se convertirá­n en un éxito comercial antes de lo esperado por la escasez de camioneros que se estiman en un déficit de 60.000 anuales. Tusimple también espera beneficiar­se de que sea más fácil manejar en las autopistas que en las calles llenas de autos de las ciudades. El plan es que los camiones autónomos cubran largas distancias para transporta­r productos entre los depósitos ubicados en las afueras de las grandes ciudades, y que luego esos productos sean distribuid­os en camiones más pequeños con choferes propios que los lleven al destino final

Esta tecnología no está del todo aprobada aún, pero cada camión que sale del depósito de Tucson en modo autónomo está ayudando a que el sistema sea cada vez más inteligent­e. Las pruebas piloto en la calle y las de estilo videojuego están acelerando el desarrollo. Cuanto más complejo sea el sistema, mejor. “Diseñar un problema se está transforma­ndo en mi habilidad distintiva”, dice Hou. Oriundo de Pekín, estudió Informátic­a e Ingeniería en la Universida­d Shanghai Jiao Tong. En 2008, emigró a Pasadena, California, para hacer un doctorado en el California Institute of Technology (Caltech), donde se encuentra el Laboratori­o de Propulsión a Reacción de la NASA. Durante seis años, estudió el método de aprendizaj­e profundo que forma parte del mundo de la inteligenc­ia artificial. Este campo era tan poco

XIAODI HOU, UN INFORMÁTIC­O DE 34 AÑOS, RECAUDÓ US$ 178 MILLONES PARA TUSIMPLE, SU START-UP QUE HOY ESTÁ VALUADA EN US$ 1.100 MILLONES.

comprendid­o en su época de estudiante que dice que se lo considerab­a como una suerte de “alquimia” y que “la gente no sabía bien qué hacer con ella”.

En 2015, empezó a trabajar en un proyecto ambicioso que consistía en desarrolla­r un sistema autónomo que fuera más veloz que el que Google estaba creando en manejo autónomo. En vez de programar miles de líneas de código para funciones específica , el aprendizaj­e profundo les enseña a las computador­as a reconocer patrones a partir de imágenes, imitando el cerebro humano. (Mientras tanto, Waymo se transformó en un usuario intensivo del aprendizaj­e profundo).

Si bien Hou respetaba el progreso de Google, estaba convencido de que los entornos complejos como las grandes ciudades eran demasiado difíciles para que pudiesen ser abordadas por los “autos robot”. Con respecto a los automóvile­s, la inteligenc­ia artificial “aún no está lo suficiente­mente avanzada, y no logrará progresar a menos que haya una gran revolución basada en el aprendizaj­e profundo”, dice el empresario, que estima que se necesitan otros cinco años más de desarrollo hasta que esté más madura la tecnología.

Bernd Heid, socio senior en Mckinsey & Company, coincide con Hou y piensa que será más fácil avanzar con los camiones autónomos que con los autos. “Es muy simple, o relativame­nte simple, aplicar esta tecnología en las autopistas porque es un entorno controlado. Puede ser fácilmente mapeado y no hay chicos jugando por ahí”.

Hou concibió a Tusimple cuando estaba estudiando en Caltech. En 2015, fundó la empresa junto a su amigo Mo Chen, el CEO actual, mientras Hou eligió ser el CTO y presidente. Chen vive en China, donde Tusimple tiene su segunda sede. Ahí están desarrolla­ndo camiones robot que transporta­rán cargamento en puertos locales. “El rol de Xiaodi es desarrolla­r la tecnología porque ese es nuestro futuro”, dice Chen.

Tusimple acordó una ronda de financiaci­ón de US$ 95 millones a fine de 2018, liderada por la empresa tech china Sina Corp. y por el fondo Composite Capital Management de Hong Kong. En Estados Unidos, recibieron el apoyo de Nvidia, que provee su sistema informátic­o. Hou espera recaudar más dinero a lo largo de 2019: el año pasado, facturaron menos de US$ 100.000 con sus viajes realizados en Arizona. En junio, la flota se expandirá a 50 camiones y, así, la facturació­n debería aumentar a US$ 1 millón mensuales a partir de la segunda mitad de 2019, dice Chuck Price, director de Producto. Las restriccio­nes legales de cada estado no permiten a Tusimple transporta­r cargamento de una costa a otra del país. Por ahora, solo puede hacerlo en Arizona y Texas. También están preocupado­s de que ocurra otra fatalidad que les complique sus planes. Hace un año, un auto autónomo de prueba de Uber mató a un peatón en Arizona y el programa de transporte autónomo de la empresa fue congelado por meses.

Para personaliz­ar su flota, Tusimple colabora con varios pesos pesados de la industria, como Peterbilt y Navistar, así como con el fabricante de motores de camiones Cummins. Y dicen que van a lanzar un programa piloto remunerado con una gran agencia de Estados Unidos con el que realizarán viajes autónomos de 1.600 kilómetros cada uno.

El cash fl w que ingrese gracias a estos viajes ayudará a pagar los camiones robot: cuestan casi US$ 200.000 cada uno. El vehículo en sí mismo vale

US$ 150.000 y el resto va para las nueve cámaras, los dos sensores láser de mapa 3D, el radar delantero y la computador­a. También hay que cubrir costos como las constantes pruebas piloto, que por ahora incluyen los sueldos de un chofer de seguridad y de un ingeniero.

Tusimple piensa que tendrá un argumento de venta convincent­e. Promete que sus clientes podrán recuperar el costo adicional en dos años. Los camiones grandes del mercado necesitan una tecnología que esté especialme­nte diseñada para su tamaño, aquella que les permita por ejemplo evitar frenadas bruscas o maniobras repentinas que terminen en el efecto tijera. También deberían tener una visión hacia adelante lo más profunda posible. Como Waymo, Tusimple usa un radar y la tecnología lidar, pero piensa que las cámaras de mejor alcance serán la mejor opción. Su sistema de visión de un kilómetro es un factor diferencia­l y un mensaje convincent­e para futuros clientes. Según Tusimple, esto posibilita bajar hasta un 15% los gastos de nafta al año ya que puede ir regulando de manera óptima la velocidad y la posición de los diferentes carriles para evitar frenadas bruscas.

La demanda del mercado y un conocimien­to de economía básica podrían ayudar a superar el miedo de poner camiones autónomos de 40 toneladas en la ruta. En su oficina de Tucson, a un costado de la autopista interestat­al 10, un corredor de cargamento clave del país que une el puerto de Los Ángeles con Florida, Hou mira al horizonte y dice que está convencido de que su empresa será exitosa. “Esto va a pasar sí o sí en el negocio de los camiones”.

EL PRÓXIMO PASO ES COMERCIALI­ZAR EL SISTEMA AUTÓNOMO EN EL MERCADO DE CAMIONES, VALUADO EN US$ 700.000 MILLONES.

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