ACCIONES: RIESGO A LA CARTA
En la coyuntura actual, el mercado accionario quedó limitado para inversores que se animan a la alta volatibilidad, aunque los analistas advierten que se dinamizará post reestructuración de la deuda.
La renta variable es hoy un negocio para pocos y una apuesta de largo plazo. Con precios que están muy por debajo de sus valores reales, los especialistas coinciden en las buenas perspectivas que pueden proponer algunos papeles. En especial los bancarios y quienes están ligados al desarrollo del yacimiento Vaca Muerta.
Lejos quedó el escenario de un mercado de capitales floreciente que estuvo a un paso de recolectar los beneficios de ascender a emergente en el MSCI. El regreso del cepo, y en consecuencia del control de capitales, no es bien recibido por los evaluadores del mundo, y el mercado argentino pagará las consecuencias del nuevo corset cambiario. Esto se verá reflejado muy posiblemente con un regreso a la situación de frontera, lo que significa que los grandes fondos de inversión quedarán fuera del mercado argentino por normas que limitan el riesgo de los activos.
Por otro lado, el lanzamiento de nuevas IPO que hace dos años prometían comenzar a dinamizar el mercado doméstico, pequeño y cada vez más reducido en opciones, se desintegró de la mano del deterioro de la economía argentina en los últimos dos años del gobierno de Mauricio Macri. Algunas completaron la idea de cotizar en el mercado de Nueva York, pero abandonaron la idea de hacerlo en BYMA. Por lo tanto, el mercado accionario quedó limitado para inversores que se animan al alto riesgo. “El dinamismo del mercado llegará luego de la reestructuración de la deuda”, admiten.
“El mercado de capitales argentino está con una elevada volatilidad dependiendo de lo que pase con el canje y, si bien es un mercado de riesgo, hoy se tornó en un sector para especializados, y especulativo en el corto plazo, hasta que se solucione la deuda”, precisa Jorge Podestá, director de Allaria, Ledesma & Cía.
“El mercado accionario está muy complicado porque la economía está complicada. Las empresas no tienen posibilidades de hacer buenos negocios y el precio de la acción lo refleja”, acota Patricio Milic, Portfolio Manager de Mills Capital Group.
Explica además que hay “sectores que están peores que otros. Hoy no entraría en nada relacionado a servicios públicos, quizás algo de bancos, pero es una apuesta muy agresiva. Hay algunas perlitas que se pueden beneficiar de esta situación de economía más cerrada como son algunas empresas exportadoras como Aluar o Siderar”.
Además apunta a papeles puntuales, como Mirgor, que hace equipos de aire acondicionado y celulares, y tiene un régimen especial de protección.
“Más allá del fundamento de cada empresa, la realidad va a estar muy atada a lo que pase con la tasa de descuento de la reestructuración soberana”, sigue Podestá; para quien se anime, recomienda los papeles de
bancos y de firmas vinculadas a los servicios públicos.
“Fueron los sectores más afectados, pero si se normaliza el tema de la deuda son los que más potencial proyectan, porque los valores están muy castigados”, dice Podestá, quien entre los bancos apunta a Supervielle, Galicia y Macro, o a empresas como Central Puerto o Edenor, que se pueden ver beneficiadas “cuando haya un cronograma de aumento de tarifas”.
José Ignacio Bano, gerente de Research de invertironline.com, recomienda para el que no quiera invertir en riesgo argentino entrar al mercado de Cedears. “Es una muy buena alternativa de inversión hasta que se resuelva el tema deuda. Además, aunque los Cedear operan en pesos, te dan la posibilidad de dolarizar la cartera ya que pueden canjearse por acciones en el exterior, de modo que mantienen una paridad con el tipo de cambio de contado con Liqui”. Para aquel inversor agresivo, los precios a los que cotizan hoy las acciones “aparecen atractivos y, cerrado el canje de deuda exitoso, tienen mucho recorrido”, indica Bano, y sugiere hacerlo vía fondos comunes de inversión (FCI) para no correr un riesgo específico y tener una cartera diversificada.
Francisco Pardo, presidente de Mariva Asset Management, alerta cautela con el mercado de acciones. “Para los más optimistas con una normalización en la deuda, creemos que las acciones son el vehículo para invertir. Una compresión en el riesgo soberano bajará la tasa de descuento de los modelos de valuación, lo cual se reflejará en mejoras significativas en los precios”, asegura.
Ramiro Marra asevera que la volatilidad de las acciones es casi como la de los bonos, “pero hay gente más volcada a una reestructuración amigable a través de los bonos que de las acciones”.
“Hay una teoría que dice que primero suben los bonos, después los bancos, después las empresas industriales, después las de servicios y al final las chicas. El problema que hoy tienen las empresas es que no tienen crédito, pese a que no tienen problemas de solvencia, y se demuestra con que están cumpliendo sus ON. Pero sin crédito no se puede crecer”, cuenta Marra.
Optimista, asegura que “las empresas van a subir”, pero también advierte que “no es para ansiosos. No habrá un upside del 50% en las acciones en los próximos meses, pero en el próximo año o dos van a subir de precio”. Además, recalca la opción de Cedears, no solo como para salir del riesgo argentino como propone Bano, sino “como una manera de acceder al dólar libre y a su vez hacer una inversión”.
EL MERCADO HOY SE TORNÓ EN UN SECTOR PARA ESPECIALIZADOS, Y ESPECULATIVO EN EL CORTO PLAZO, HASTA QUE SE SOLUCIONE EL TEMA DE LA DEUDA.
Los países no quiebran y por eso los bonos son presentados por los asesores financieros como una inversión segura. Pero en Argentina lo seguro puede volverse inseguro en un abrir y cerrar de ojos, sobre todo en lo que a economía se refiere.
La decisión de reperfilar la deuda en pesos, lanzada en los últimos respiros de ahogo del gobierno de Mauricio Macri, y la propuesta de reestructuración de los bonos en moneda extranjera que quedó en manos de Alberto Fernández son los elementos que marcan la cancha en 2020 para estos instrumentos.
El mercado coincide en que el rolleo de la deuda en pesos funcionó bastante bien hasta el suceso del AF20, que se sumó a la incertidumbre que generaron las idas y vueltas del bono BP2021 en la provincia de Buenos Aires.
También concuerdan en que el AF20 le sirvió al Gobierno para mostrar los dientes, para dar una señal a los inversores externos y, especialmente, a los grandes fondos de inversión de que la negociación va a ser dura y que la posición argentina frente a la renegociación será agresiva.
Sin embargo, también aseguran que el costo de haber pospuesto de forma unilateral el pago del AF20, tras dos propuestas de renegociación infructuosas, se reflejó a las pocas horas con la poca adhesión de las Lebad en la que Finanzas buscaba alzarse con $ 10.000 millones y concluyó con apenas $ 6.400 millones.
“En el proceso que Argentina está encarando, una de las consideraciones más importantes para invertir en activos de riesgo será el grado de limpieza del mecanismo que se logre”, señala Joaquín Bagües, Head of Strategy de PPI. “En comparación con la crisis de 2001-2002, Argentina se encuentra posicionada de una mejor forma, básicamente porque el sistema bancario está con fundamentos muy sólidos. Sin ignorar, además, que Dujovne y Lacunza ajustaron las cuentas fiscales significadamente, y esto ayuda al Gobierno con una gran parte del trabajo difícil realizado”.
“El mercado espera el plan de re
estructuración con el FMI y otros organismos internacionales. En ese contexto, los bonos están cotizando por paridades bajas priceando una reestructuración bastante agresiva”, señala José Ignacio Bano, gerente de Research en invertironline.com, en concordancia con el resto de los analistas consultados.
Bano considera que “la reestructuración va a tener alguna quita de capital, baja de cupón y alargamiento de plazos; es la única manera en que el Gobierno pueda tener éxito”.
Respecto de la deuda en pesos, Patricio Milic, Portfolio Manager de Mills Capital Group, destaca sobre el programa de licitaciones semanales que “no alcanzan las manos amigas de organismos gubernamentales y algunos inversores institucionales como las compañías de seguro, se necesita que haya acompañamiento del inversor privado en el rolleo de la deuda”.
Por ello considera que “todas las semanas se tendrá un termómetro de lo que piensa el mercado, de la credibilidad que genere el Gobierno en cada una de las licitaciones”, y alertó que si no logra el rolleo o el reperfilamiento deberá acudir a la emisión y ello provocará un salto en la brecha cambiaria. “Si Argentina no recupera una curva de pesos, va a haber poco incentivo a que la gente no trate de dolarizar cada peso que genere a nivel personal”.
Con este escenario, Milic asegura que la deuda en pesos presenta una oportunidad para aquellos inversores con apetito de riesgo, dado que al estar bajo ley argentina están sujetos a, por ejemplo, un reperfilamiento compulsivo, como ocurrió con el AF20.
En el grupo de inversiones no aptas para cardíacos, Milic sugirió que se puede apostar a bonos en pesos “pero debe en corto. Hay premios grandes porque el riesgo es grande”.
En esta lectura coinciden Bano y Ramiro Marra, CSO en Bull Market Brokers. “Los bonos más atractivos son los más cortos, el AO20 o el AY24. Creemos que el Gobierno debería tener una idea de un canje cerrado para principios de mayo donde operan vencimientos de capital, principalmente el AY24”, apunta Bano.
Marra considera que el posicionamiento que puede empezar a tomar el inversor “se ubica más en la parte corta (AO20 y AY24) de la curva, que van a ser los más favorables en contra de los bonos largos”.
“Mientras que en la curva en pesos se va a comenzar a ver más movimiento de los bonos con CER, las Lebad, y menos en tasas fijas como las Letes”, dice el analista de Bull Market Brokers.
Bano señala que para inversores conservadores la idea es mantenerse un poco al margen del mercado, esperando a que el Gobierno anuncie la reestructuración, y luego sí entrar en algún instrumento en dólares. Mientras espera, “es preferible que se coloque en instrumentos como cauciones, fondos de money market y colocaciones a plazo fijo diversificando en instrumentos que ajusten por inflación y otra parte a tasa”.
Por su parte, en los bonos en dólares los expertos asumen que tienen incorporada una quita muy agresiva en capital, una postergación de intereses y una poda en la tasa de interés. “Hay bonos con paridades de 40% o 45%”, señala Milic.
Sin embargo, advierte que los fondos extranjeros pueden “jugar fuerte” y recuerda el ejemplo de lo que le pasó en enero a Kicillof. “Los fondos tienen la llave para llevar a la Argentina al default y se pueden beneficiar de eso. Un fondo grande como Fidelity, Blackrock o Templeton juntan la mayoría necesaria para bloquear una reestructuración, fuerzan el default y cobran muchísimo dinero por haber apostado a través del Credit Default Suap (CDS)”.
Jorge Podestá, director de Allaria, Ledesma & Cía., considera que Argentina “tiene margen para tener una negociación exitosa” y apunta
EN PESOS, LOS EXPERTOS RECOMIENDAN BONOS CORTOS COMO EL AY24 O EL AO20. “HAY PREMIOS GRANDES PORQUE EL RIESGO ES GRANDE”.
a que el Gobierno manejará varias alternativas “porque no todas cuadran de la misma manera a todos los inversores”.
En este sentido, asevera que “los bonos soberanos, subsoberanos, como las acciones y el mercado de cambio, van a estar muy ligados a lo que ocurra con este canje, porque va a ser clave tanto en la definición de inversiones como para el escenario macroeconómico del país”. Así aconseja a quien quiera correr un riesgo moderado, buscar alternativas con los bonos corporativos, “porque lo que viene sucediendo con el reperfilamiento es que el excedente de liquidez está siendo aprovechado por empresas que salen a buscar financiamiento al mercado”.
“Como bonos, en Allaria nos gustan todos aquellos en dólares cotizando a paridades de entre 40 y 50. Nos gustan los bonos del tramo medio de la curva donde están un poco más abajo que los muy cortos y se verían menos afectados que los bonos largos”, dice Podestá.
En términos de la deuda soberana, “nos encontramos con la expectativa de que los bonos globales sufran cortes de valor nominal significativos, y también estimamos que el Gobierno logrará nuevos cupones mucho más bajos que los que prevalecen hoy en día. Estos bonos, denominados Macri bonds, todavía no están en precios de distress. A pesar de eso, nos parecen más atractivos los bonos Exchange de 2005 y 2010 que incluyen los PARES y Discos”, analiza Joaquín Bagües, de PPI. “Estos bonos podrán mantener la mayoría de sus cupones y también el capital, porque los tenedores están organizando para bloquear su inclusión en el ejercicio de la reestructuración”.
“Adicionalmente, el Gobierno no tiene la herramienta de utilizar un ‘Value Recovery Instrument’ como los cupones de PBI, dado que hay un entramado legal alrededor de cuál año base (2004 o 2012) aplicaría a los cupones de PBI originales que fueron dados en el último episodio de deuda. Por lo tanto, el Gobierno tendría que mantener los exchange bonds con sus características originales para que los bonistas puedan recuperar y compensar sus pérdidas en los Globales”, dice el analista de PPI. “Por lo tanto, para inversores locales, una opción especulativa sería el DICA”, concluye.
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