RED DE SINERGIAS
María José Pandullo está a la cabeza de H+K Strategies en Argentina, Uruguay y Paraguay. Desde su lugar, se concentra en la comunicación local apoyada por la mirada global de la compañía.
H+K Strategies es parte de WPP, la compañía multinacional de comunicaciones y publicidad con sede en Londres. En el país, María José Pandullo tiene la misión de construir reputación y branding, ajustando las ideas a las realidades de cada cliente. Aquí es cuando la red global y la regional funcionan como plataforma de apoyo para brindar una verdadera comunicación 360°.
¿Cuál es el desafio al frente de H+K Strategies?
Estar al frente de una compañía con gran prestigio internacional, en una Argentina cambiante, es un gran desafío, porque me permite ser agente de cambio para adentro y hacia afuera.
¿Qué diferencial ofrece la estructura global?
La cultura local va muy de la mano con la regional y global. Claro que nosotros tenemos el gran problema de la inflación y la devaluación, que el resto del mundo no tiene, y en ese sentido el apoyo de la región es clave. Más allá de H+K, también funciona nuestra red WPP. Estamos trabajando en equipo y vamos por más con las agencias de publicidad y de medios del grupo. La clave hoy es aprovechar estas sinergias y el expertise de cada uno.
¿Cómo los condiciona la coyuntura?
La creatividad no tiene límites pero la ejecución sí. Ahí está nuestro equilibrio: en ajustar nuestras ideas sobre la base de los presupuestos y realidades de nuestros clientes, y que además estén en consonancia con nuestra realidad económica y social. Nosotros como expertos en PR tenemos que actuar en consecuencia y también ser responsables a la hora de transmitirlos y comunicarlos.
¿Qué es lo que deben entender las empresas de la comunicación actual?
Que el PR, la prensa y la comunicación son construcciones a mediano y largo plazo. Nosotros somos los alquimistas; construimos esa credibilidad con todas las herramientas que hoy tenemos a disposición. Porque nuestra profesión consiste en vínculos, y eso es lo enriquecedor. Antes no existían las redes sociales y hablábamos de lo mismo: contenido, líderes de opinión, periodistas, referentes, consumidores… Hoy, con toda la tecnología disponible y con todo el aparato digital, podemos expandirnos a más.
Pierre Morad Omidyar no siempre fue el exitoso dueño de la plataforma de subastas ebay. Nacido en el seno de una familia iraní que comenzó su historia en París y continuó en Washington, tuvo que sortear varios escalones hasta llegar a lo que es hoy.
Desde pequeño comenzó a mostrar un interés particular por la informática. En los ochenta ingresó a la Tufts University en Boston para estudiar Ciencias de la Computación.
Mientras estudiaba se ocupó de la creación de una base de datos informática del catálogo de una biblioteca. Ese fue su primer trabajo, donde le pagaban US$ 6 por hora.
Ocho años después ingresó a Claris, una subsidiaria de Apple, como programador. Allí fue parte del equipo desarrollador de Macdraw, uno de los primeros programas de dibujo de la empresa de la manzanita.
En 1991 se convirtió en uno de los fundadores de Ink Development, una empresa que desarrolló un software para una especie de tableta que ejecutaba órdenes a través de un lápiz. Pero el mercado resultó ser muy inmaduro para ese tipo de productos. El proyecto se transformó en eshop, una pequeña compañía de comercio electrónico que luego compraría Microsoft. Esto lo volvió rico antes de los treinta años.
El paso siguiente fue su incorporación a General Magic, una empresa de telecomunicaciones que permitía conectarse a Internet.
Pero de repente, y casi de casualidad, comenzó a tomar forma el gen de ebay. Su mujer, quien era coleccionista de unas figuras que venían en unos caramelos y a quien le era imposible encontrar gente afín en su ciudad para intercambiarlas, fue la inspiradora para que Omidyar ideara un pequeño servicio de subastas en línea para que la gente pudiera conectarse entre sí. En los primeros días lo único que vendió fue un puntero láser inservible por US$ 13.83.
En 1996, Omidyar renunció a su empleo para dedicarse a ebay.
Hoy la fortuna de Omidyar asciende a US$ 13.100 millones y la empresa tiene un valor de mercado de US$ 31.500 millones.