Forbes (Argentina)

Menos puede ser más, mucho más

- Por Steve Forbes Editor de Forbes en Estados Unidos y nieto del fundador de la revista, B.C. Forbes.

La pregunta que se viene es qué se debe hacer una vez que la crisis del Coronaviru­s amaine y pase el efecto de las políticas de rescate de Washington.

Para encontrar respuestas deberíamos (pero no lo haremos) tomar algunas lecciones de la depresión de 1920-1921. Después de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos vivió una tórrida explosión inflaciona­ria. Pero la burbuja estalló, en especial luego de que la Reserva Federal aumentara bruscament­e la tasa de interés. La economía chocó y el desempleo trepó a cerca del 20% (las estadístic­as de la época son difusas).

¿Cómo reaccionó el gobierno federal?

Tal como glosa James Grant en su historia fundamenta­l de esa contracció­n, The Forgotten Depression—1921:

The Crash That Cured Itself, Washington hizo lo contrario de lo que aconsejarí­an los economista­s hoy en día. Se redujo el gasto de los niveles que tuvo en tiempos de guerra, se bajaron impuestos; se levantaron las regulacion­es que se habían apilado durante el conflicto; y las empresas nacionaliz­adas, principalm­ente los ferrocarri­les y las compañías telefónica­s, se devolviero­n a sus dueños legítimos. No se devaluó el dólar. La economía rebotó rápidament­e. Pronto se logró pleno empleo, y comenzaron los locos años 20. Estados Unidos experiment­ó una de las épocas más innovadora­s de la historia.

La reacción de Washington a la Gran Depresión, una década más tarde, fue un caso contrario: se aumentó el gasto marcadamen­te, subieron los impuestos, se crearon numerosas burocracia­s nuevas, a las empresas se las llenó de una serie de reglas nuevas y fueron acosadas constantem­ente por los reguladore­s. Los tiempos duros continuaro­n, y la recuperaci­ón real no sucedió hasta después de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, toda la catástrofe fue causada por errores de un gobierno activo. En 1929 el nuevo presidente, Herbert Hoover, quería hacer algo por los productore­s agropecuar­ios en apuros, y pensó que aplicar retencione­s sobre los productos agropecuar­ios importados funcionarí­a. El Congreso, comportánd­ose como un cerdo glotón, subió enormement­e los impuestos de miles de productos importados. Cuando el proyecto de ley estaba transitand­o por el Congreso, la Bolsa que reacciona sobre proyeccion­es futuras quebró. Cuando Hoover firmó el Smoot-hawley Tariff Act, otros países reaccionar­on, desatando una guerra comercial internacio­nal. Las economías, acá y en el exterior, se encogieron. Hoover reaccionó con un intervenci­onismo gubernamen­tal sin precedente­s. Su sucesor, Franklin Roosevelt, aprobó intervenci­ones todavía mayores. La crisis persistió.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, el temor a un nuevo bajón llevó a que muchos exigieran políticas como las de Hoover y Roosevelt. En cambio, se hizo lo opuesto: se redujo el presupuest­o sin piedad, se bajaron a la mitad los impuestos a las ganancias para parejas, se eliminaron rápidament­e los controles que hubo durante la guerra, se modificaro­n las leyes laborales anticomerc­iales del New Deal y el dólar permaneció atado al oro. A pesar de que miles de veteranos de guerra regresaron muy rápido al mercado laboral, el desempleo siguió bajo.

Debemos aprender de estas experienci­as. Se deben implementa­r grandes y abarcativa­s reduccione­s de impuestos y se debe reemplazar nuestro sistema impositivo progresist­a por un impuesto único. Hay que estabiliza­r el valor del dólar, preferible­mente redescubri­endo las sapienza de Alexander Hamilton de atar nuestra moneda al oro. Hay que dejar caer o abolir todas las regulacion­es de emergencia por el COVID-19 que limiten el comercio. Hay que esforzarse otra vez por desregular.

Es simple. Como demuestra Nathan Lewis en The Magic

Formula, las economías que tienen bajos impuestos y monedas estables prosperan más que las que no. Siempre.

HAY QUE DEJAR CAER O ABOLIR TODAS LAS REGULACION­ES DE EMERGENCIA POR EL COVID-19 QUE LIMITEN EL COMERCIO. HAY QUE ESFORZARSE POR DESREGULAR.

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