DE SHANDONG A SILICON VALLEY
En su primer proyecto como emprendedor, Yuan prendió fuego la casa del vecino. Hijo de ingenieros mineros en la provincia de Shandong, en el este de China, en cuarto grado Yuan comenzó a cartonear escombros de obras en construcción para reven- der el cobre. Cuando el joven emprendedor descubrió que la fábrica necesitaba solamente el metal, trató de incinerar el material sobrante en un gallinero detrás de la casa de su vecino. “Mis papás se enojaron mucho”, cuenta.
En la Universidad de Ciencia y Tecnología de Shandong, estudió Matemática Aplicada y Ciencias de la Computación. A los 22 años, se casó mientras cursaba su máster. Fascinado por emprendedores como Bill Gates, probó meterse en el boom tecnológico de EE.UU. en los 90. No fue tan fácil: le negaron la visa. Pero Yuan no se rindió.
Consiguió mudarse en 1997 para trabajar en Webex, una start-up de videoconferencias que en 2007 fue adquirida por Cisco. Yuan era líder de ingeniería de Webex en 2010, cuando se sentía frustrado por la lentitud con la que se movía su empresa. “Algún día, alguien va a construir algo en la nube y nos va a liquidar”, dijo a sus jefes. Finalmente, se rindió y al año siguiente decidió abrirse. “Cisco cometió un error. Tres años después de que me fui, se dieron cuenta de que tenía razón”.
Zoom nació un año después con una competencia intimidante: Skype, Hangouts (Google), Facetime (Apple) y su exempleador, Cisco. Ese mismo año, Microsoft pagó US$ 8.500 millones por Skype, una start-up de origen estonio que entonces tenía 100 millones de usuarios activos, 8 millones de ellos con suscripción paga. ¿Por qué esta aplicación (que para muchos oficiaba de genérico de “llamada por internet”) está perdiendo la batalla? Los expertos hablan de las dificultades en el traspaso de la tecnología P2P a cloud, algunos rediseños fallidos y la competencia con otros productos de Microsoft (como Live Messenger o Microsoft Teams). Otros creen que Zoom (con otros como Houseparty) está ganando por su simpleza y accesibilidad.