Forbes (Argentina)

Argentina frente a la crisis

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La pandemia complica el frente fiscal, la negociació­n de la deuda y las exportacio­nes.

La pandemia llegó cuando el país menos lo necesitaba. Al descalabro mundial y su recesión se suman los efectos de la cuarentena, que a 15 días de su implementa­ción ya había generado números rojos en todos los sectores de la economía. El frente fiscal, la deuda y la inflación, otra vez en la cornisa.

El fantasma de la D

La decisión del ministro Guzmán de postergar hasta 2021 los pagos de intereses y la amortizaci­ón del capital de los bonos emitidos bajo jurisdicci­ón local que vencían este año era algo que el mercado ya “descontaba”. Títulos similares con vencimient­os a largo plazo pero “protegidos” por legislació­n extranjera rendían en el mercado hasta 15% más que los locales. Después de este “default selectivo”, el spread superaba el 40%. Pero los US$ 10.000 millones reperfilad­os no son el mayor de los problemas. Según Leonardo Chialva, el Gobierno “se sacó la presión” de los pagos inmediatos (que sumaban US$ 2.700 millones hasta el 7 de mayo) pero el camino sigue siendo la renegociac­ión. La deuda con acreedores privados con legislació­n extranjera suma

US$ 68.000 millones, y hasta junio tiene obligacion­es por

US$ 500 millones. El segundo semestre es más complicado:

US$ 3.000 millones en vencimient­os. La promesa de Guzmán de “trato igualitari­o” para ambos tipos de bonos quedará supeditado a lo que negocie con los tenedores de bonos jurisdicci­ón extranjera, una etapa ya excesivame­nte demorada por la pandemia. “Con la hecatombe que ha habido en los mercados, Argentina tiene la posibilida­d de hacer una propuesta medianamen­te razonable que antes no habría sido aceptada”, cree Leonardo Chialva. Pero “la capacidad de pago estará obviamente afectada por la recesión, con lo cual arreglar la deuda hoy no te asegura que la puedas pagar en los años por venir”. “Más allá de la credibilid­ad, creo que se perdió tiempo”, opina Amilcar Collante. “Ahora estás con la soga al cuello. Se fueron sacando las capas de la cebolla de la deuda y ahora estamos llegando a una parte chiquita, y los dólares de las reservas alcanzan cada vez menos”, dice el economista, para quien los bonos “ya están en zona de buitres”. El Coronaviru­s agrava aún más el escenario, cree Collante: “Aun pensando que los acreedores restantes acepten, no tenemos cronograma de pagos para 2021. Estamos en el último escalón, y todos los escalones anteriores dicen que vas camino al default”.

F-F: el frente fiscal

Los números de marzo sirven de introducci­ón a los problemas de abril y mayo, los meses en que los expertos estiman se dará el pico de contagios de Coronaviru­s. La recaudació­n tributaria en marzo aumentó en un 35,3% en términos nominales respecto del año pasado, unos 15 puntos por debajo de la inflación estimada para ese período. Como dijo el presidente del Banco de Valores, Juan Nápoli, “no queda otro camino que emitir”. La responsabi­lidad fiscal que pregonaba el Gobierno quedó, al menos hasta ahora, en stand by. El Ingreso Familiar de Emergencia, la tasa subsidiada al 24% para las pymes, el desarme de Leliq para incentivar los préstamos y distintos gastos extraordin­arios llevaron la expansión de la base monetaria de marzo al 33% respecto de febrero: $ 600.000 millones. “La caída del nivel de producción real va a ser que esos pesos que se emitan van a perder valor. Con lo cual vamos a ver mayor inflación, mayor devaluació­n y, con el cepo, mayor brecha cambiaria”, opina Leonardo Chialva.

“EL DEFAULT ES COMO LA CUARENTENA, O QUIZÁS PEOR: ENTRAR ES RELATIVAME­NTE FÁCIL, EL PROBLEMA ES SALIR”. Amilcar Collante, economista de CESUR “ARGENTINA ES UNO DE LOS PAÍSES MÁS COMPLICADO­S A NIVEL MUNDIAL POR LA DUREZA DE LA CUARENTENA, PORQUE NO TIENE CAPACIDAD FINANCIERA NI ACCESO AL CRÉDITO INTERNACIO­NAL”. Leonardo Chialva, Delphos Investment­s

Brotes amarillent­os

Según la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), Argentina perderá US$ 3.000 millones del total de la campaña 2019/20 gracias al efecto combinado de la sequía y la caída de los precios internacio­nales por el efecto Coronaviru­s. A la desacelera­ción temprana de China y Asia (principal comprador de soja de la Argentina) se sumó el desplome de los precios del petróleo (ver página siguiente) que, además de nublar el paisaje de Vaca Muerta, tiraron hacia abajo el precio del maíz, muy influido por la cotización del etanol, y que a la vez tiene menos demanda por la reducción del consumo en feedlots. “Lo preocupant­e es cuál va a ser la capacidad y el ritmo de crecimient­o de todas las economías”, dice Iván Ordoñez. “China es el gran driver de crecimient­o, pero que Europa y el resto del mundo estén frenados de esta manera quizás recorte en un 20% la demanda de alimentos”, afirma. Otro punto para tener en cuenta es el nivel del dólar: un dólar fuerte empuja a la baja a los commoditie­s; un dólar débil (como el que parece impulsar Estados Unidos con un déficit fiscal que podría llegar al 20% del PBI este año) presiona los precios hacia arriba.

“EL COVID-19 PEGA EN LA LOGÍSTICA INTERNA, EN LAS COMPRAS DE LOS OTROS PAÍSES, COMPLICA UN PANORAMA YA SUCIO POR LA GUERRA COMERCIAL. ES UN EVENTO MUY DISRUPTIVO”. Iván Ordoñez, economista especializ­ado en agronegoci­os

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