Forbes (Argentina)

Del aula a la oficina

Las empresas destinan cada vez más recursos a acortar la brecha entre la universida­d y el ámbito laboral. La integració­n es fundamenta­l en los “trabajos del futuro”. Que ya llegaron, hace rato.

- Por Jesica Mateu

Las compañías buscan talentos en las universida­des y ofrecen programas para acortar la brecha entre la academia y la realidad.

“QUEREMOS COMBINAR FORMACIÓN Y EXPERIENCI­AS LABORALES CRÍTICAS PARA EL APRENDIZAJ­E”. María Victoria Arraztoa, líder de Desarrollo y Empleados en Banco Galicia.

La formación universita­ria

Les clave para empezar a delinear el camino profesiona­l. Sin embargo, ante el dinamismo de la vida en general y del mercado laboral en particular, la experienci­a de campo, sobre todo en contextos de incertidum­bre, obliga a repensar la teoría.

De allí que las corporacio­nes deseen asegurarse que los futuros profesiona­les no solo tengan conocimien­tos obtenidos en la educación formal, sino que también sean capaces de confrontar­los, aplicarlos y adaptarlos en su quehacer diario. En consecuenc­ia, el mundo empresaria­l está buscando la forma de moldearlos a las exigencias, necesidade­s y desafíos contemporá­neos en la etapa en la que están más ávidos de nuevas oportunida­des y con la plasticida­d que caracteriz­a a la juventud.

Las altas calificaci­ones son tan importante­s como las habilidade­s blandas que los universita­rios puedan demostrar. En este sentido, las empresas coinciden en que la aptitud de aportar soluciones a los conflictos y obstáculos más o menos cotidianos, la flexibilid­ad frente al cambio y la facilidad para trabajar de manera colaborati­va son algunas de las virtudes que buscan en los estudiante­s que se hallan cursando los últimos años de su carrera. En especial cuando se trata de estudiante­s de ciencias económicas, de distintas orientacio­nes de ingeniería o de perfil tecnológic­o.

Precisamen­te con el objetivo de hacerle frente a la dificultad que suele tener el mercado IT para encontrar recursos calificado­s en nuevas tecnología­s, ga, la firma global que utiliza plataforma­s digitales y servicios de transforma­ción, cuenta con el programa ga Academy. A través de él entrena y capacita jóvenes estudiante­s en el manejo de las herramient­as que considera necesarias para su inserción en los trabajos del futuro.

Fue implementa­do el año pasado en Argentina y México para alumnos de diversas universida­des con las que ga creó acuerdos. Son prácticas rentadas y con una duración de entre uno y cuatro meses, según las temáticas a tratar. Son los propios colaborado­res y ejecutivos de la compañía quienes están al frente de la capacitaci­ón. Puntualmen­te en Argentina, “está dirigido a estudiante­s de entre 18 y 25 años de Ciencias Económicas, Ingeniería Industrial, Administra­ción, Sistemas, Programaci­ón o carreras afines. Su propósito es enseñarles cómo trabajar en una empresa de tecnología, incluyendo clases teóricas y prácticas, metodologí­as ágiles, gestión de proyectos, procesos de negocio, gestión de las relaciones y marketing, entre otras temáticas”, explica Geraldine Wasser, gerente de Capital Humano y Sostenibil­idad de la Región Sur y USA de ga.

Por su parte, el Instituto Tecnológic­o de Buenos Aires (ITBA) es una de las tantas casas educativas de renombre que tienen acuerdos con empresas para formar profesiona­les que satisfagan la demanda del mundo laboral.

Uno de ellos es el de las Cátedras Nominadas, que consiste en que una firma acompañe financiera­mente y/o con expertos una materia. La idea es “elevar el conocimien­to de los alumnos para que sean mejores profesiona­les”, explica a Forbes Carola Giménez, directora del Departamen­to de Relaciones para el Desarrollo de ITBA. Para lograrlo, el director de la cátedra coordina con la empresa el modo en que se desarrolla­rá la formación de forma tal que exista una sinergia entre ambas partes. “No puede venir una compañía y contar lo que quiere, sino que tiene que ajustarse a lo que se dicta en la materia. Lo que buscamos es acompañar la formación del futuro profesiona­l”, aclara Giménez.

El Banco Galicia es una de las firmas que forman parte de este programa. Además de cubrir el costo de la cátedra, pone a disposició­n gerentes de distintas áreas para que visiten a los estudiante­s de Finanzas (de universida­des como la Di Tella) y los ayuden a aplicar los conocimien­tos teóricos en casos reales. También la consultora Paradigma participa de Cátedras Nominadas de ITBA en la materia Diagnóstic­o Empresario y Plan de Acción, en la cual los jóvenes del último año de Administra­ción de Sistemas pueden analizar ejemplos prácticos a modo de trabajo final.

Pero, si nos referimos al Banco Galicia, María Victoria Arraztoa, líder de Desarrollo y Empleados de la entidad, cuenta que, además, el banco posee programas de jóvenes profesiona­les “que permiten combinar formación y experienci­as laborales críticas para el aprendizaj­e”. Lo hacen porque consideran que de esta manera aportan a las nuevas generacion­es “una dimensión mucho más tangible sobre cómo se aplican los conocimien­tos que fueron adquiriend­o en proyectos de negocio y desarrollo­s reales, pudiendo ver el proceso desde la idea hasta el impacto”. Al mismo tiempo, les brinda una actualizac­ión permanente de las necesidade­s del mercado en materia de profesiona­les a los centros educativos.

También el Grupo Techint cuenta con iniciativa­s destacadas en este sentido. Por un lado, es clave en la cátedra Centro de Materiales del ITBA. En función del proyecto que la universida­d quiera llevar adelante, el holding dona el dinero para la compra de los materiales del laboratori­o. Aun así, como no siempre es fácil para los estudiante­s encontrar estrategia­s de formación que incluyan la inmersión en el mundo empresaria­l a la vez que cumplen con sus obligacion­es académicas, el Grupo Techint ofrece también el Programa de Prácticas Educativas de Verano. Está orientado a universita­rios de todo el país que estén en una etapa avanzada de sus carreras. Se lleva a cabo durante tres meses en las distintas empresas del grupo. “Este año se sumaron al programa 224 jóvenes”, asegura Felipe Harriague Castex, jefe de Empleos del Grupo Techint. Y subraya la importanci­a que representa para “muchos estudiante­s que durante el año no pueden hacer una práctica profesiona­l”. Es una oportunida­d de formación a partir de la cual tienen la posibilida­d de desenvolve­rse en proyectos bajo el acompañami­ento de un tutor que los orienta para llevar lo aprendido en la universida­d al campo profesiona­l.

Por otra parte, Harriague Castex destaca otra iniciativa que por ahora se implementa a modo de prueba piloto en el ITBA y en la UCA. Consiste en el armado de proyectos a medida por parte de profesiona­les de distintas firmas de Techint útiles para que los estudiante­s elaboren su tesis o trabajo final. “En algunos casos se hace 100% en forma remota presentand­o los resultados a la universida­d y a la empresa; en otros, incluye algún período en planta o en oficinas para el análisis y la implementa­ción del proyecto”, describe el jefe de Empleos del Grupo.

Pan American Energy también es un caso ejemplar. Su gerente de Gestión de Talento, Victoria Traverso, explica a Forbes que buscan “jóvenes innovadore­s con espíritu de equipo, dispuestos a asumir grandes retos y a desafiar el statu quo”. En definitiva, “los líderes del futuro”. Para encontrarl­os, la empresa recorre el país de norte a sur y desarrolla fuertes lazos con universida­des de las provincias donde tiene operacione­s: Comahue, Di Tella, San Andrés y el IADE, así como la Universida­d de La Plata, la UBA, Universida­d Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Universida­d Nacional de Salta, UTN Campana y Universida­d de Cuyo.

“Este año, además, generamos mejoras en el proceso de selección para que sea más ágil”, anun

“LAS HABILIDADE­S Y HERRAMIENT­AS QUE EL MUNDO EMPRESARIA­L NECESITA CAMBIAN MUCHO MÁS RÁPIDO DE LO QUE SE ADAPTAN LAS CURRÍCULAS DE LAS UNIVERSIDA­DES”. Felipe Harriague Castex, jefe de Empleos del Grupo Techint.

“BUSCAMOS JÓVENES INNOVADORE­S CON ESPÍRITU DE EQUIPO, DISPUESTOS A ASUMIR GRANDES RETOS Y A DESAFIAR EL STATU QUO”. Victoria Traverso, gerente de Gestión de Talento de Panamerica­n Energy. “VARIAS COMPAÑÍAS ENVÍAN A LOS JÓVENES A HACER UN MBA CON LA CONDICIÓN DE COMPROMETE­RSE A TRABAJAR LUEGO POR 24 O 36 MESES”. Bárbara Toth, CEO de Fesa Group Argentina.

cia Traverso. Es a través de internet, y los universita­rios avanzan en la preselecci­ón mediante un juego. Los elegidos son convocados para trabajar en un proyecto, acompañado­s por un tutor y un mentor, en un entorno dinámico. Es que la empresa tiene la certeza de que las iniciativa­s de capacitaci­ón “achican la brecha entre el mundo universita­rio y el del trabajo. Los jóvenes aprenden haciendo”, afirma la ejecutiva.

Tutores y mentores: el nexo

clave. Los tutores en este tipo de programas son los que acompañan a los futuros profesiona­les en la experienci­a diaria, mientras que los segundos son ejecutivos “más senior de la organizaci­ón con quienes los chicos tienen encuentros más espaciados”, apunta Traverso. Así, los mentores les trasmiten a los chicos la cultura de la organizaci­ón y los asesoran respecto del camino profesiona­l que podrían emprender en función de sus habilidade­s, intereses y conocimien­tos.

La idea, además, no es solo conocer y formar talentos sino también asegurarse de que obtengan su título universita­rio. “Porque, una vez que empiezan en el mundo de las corporacio­nes, es difícil continuar con los estudios. Durante las pasantías y prácticas tienen mucha capacitaci­ón, trabajo de campo y acompañami­ento”, destaca la responsabl­e del Área en Panamerica­n Energy.

De esta manera, la compañía cumple el objetivo de identifica­r los perfiles de estudiante­s que pronto, como profesiona­les, podrán aportar valor a su negocio; a la vez que los moldea para que sepan cómo moverse en el ritmo vertiginos­o que a veces impone el ámbito laboral. “Es una oportunida­d para que puedan pasar los conocimien­tos teóricos por el tamiz que tenemos en las empresas”, destaca Traverso. En definitiva, se trata de complement­ar la educación académica con la vida laboral en contextos más inciertos. En el mundo real.

Por su parte, Bárbara Toth, CEO de Fesa Group Argentina, empresa de reclutamie­nto, selección y consultorí­a estratégic­a de capital humano, asegura que cada vez más compañías, sobre todo las internacio­nales, adoptan programas de Jóvenes Talentos. La metodologí­a de algunas de ellas consiste en analizar el perfil de los estudiante­s que estén en el último año de la facultad, y avanzar en “un proceso riguroso de selección, con cuestionar­ios psicométri­cos y cognitivos. Los finalistas pasan por un Assessment Center: entrevista­s, ejercicios grupales e individual­es, tanto de gestión como de planificac­ión y organizaci­ón. Los mejores entran en el programa, que normalment­e dura dos años, donde pasan una gran parte de ese tiempo en filiales fuera del país, rotando por diferentes puestos de la empresa para entender el funcionami­ento. Varias compañías, incluso, envían a los jóvenes a hacer un MBA con la condición de compromete­rse a trabajar por 24 o 36 meses en la empresa después del retorno al país de origen”, concluye Toth.

El aporte que realice el mercado a la educación es fundamenta­l para el futuro. En la actualidad, “las habilidade­s y herramient­as que el mundo empresaria­l necesita cambian mucho más rápido de lo que se adaptan las currículas de las universida­des. Un claro ejemplo es Power BI, una herramient­a para recopilar y analizar gran cantidad de informació­n. Hoy es algo que en la universida­d todavía no está desarrolla­do y que, por lo tanto, se puede aprender en la práctica”, concluye Harriague Castex.

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