LA GUERRA DE LOS GIMNASIOS
En la Argentina, hay unos 8.000 establecimientos para la actividad deportiva. El sector emplea a 80.000 personas. Cómo se reinventan para pasar los tiempos de Coronavirus lo mejor posible.
La avanzada digital
Con el aislamiento obligatorio, hubo un boom de las apps de actividad física y entrenamiento online. Así, muchos gimnasios y profes se subieron a la tendencia. En Megatlon, por caso, se movieron rápido. Dos días después del anuncio del aislamiento, dictó la primera clase en vivo por Instagram. Hoy, la grilla tiene unas 10 clases por día abiertas a la comunidad y pasó de 40.000 a 200.000 seguidores en la red social. “En el acumulado del día, las clases en vivo las ven unas 100.000 personas”, cuenta Fernando Storchi, fundador de Megatlon –que tiene 130.000 clientes y 33 sucursales– y presidente de CGA. Además, cuenta que ya están trabajando en que esto se convierta en una nueva unidad de negocios: “Llegamos a lugares donde no teníamos presencia física. Y ahora hay gente dispuesta a pagar por el servicio cuando pase la pandemia”, destaca. Además, ofrece a sus socios la posibilidad de contar con personal trainer online, algo que también lleva adelante la otra gran cadena, Sportclub.
Un mercado atomizado
En el país, hay unos 8.000 gimnasios que desde el 20 de marzo tuvieron que bajar sus persianas. El sector emplea a 80.000 personas y está muy atomizado: desde las cadenas hasta emprendimientos unipersonales. La actividad tiene una penetración del 5%. Esto significa que en el país hay 2,5 millones de personas que van a un gimnasio. Y las grandes cadenas solo tienen un 15% de participación. Desde la Cámara de Gimnasios de la Argentina (CGA), estiman que se mantendrán sin actividad hasta fines de mayo. Alquiler, servicios públicos, salarios, mantenimiento son costos fijos que no se achican con la no actividad. Y algunos se ven más afectados que otros, de acuerdo con la modalidad de comercialización: los más chicos, que cobran por mes y en efectivo, son los que perdieron mayor cantidad de ingresos. Les siguen los que cobran por débito automático, que perdieron parte de la cobranza por muchas bajas, y las cadenas, que en su mayoría venden períodos de tiempo, y en la tarjeta de crédito se cobran las cuotas.
En casa
El entrenamiento in house es furor y, más allá de las clases, en el último mes se disparó la venta de equipamiento. De acuerdo con datos de Mercado Libre, las ventas de la categoría se incrementaron un 130%. Otra alternativa para generar ingresos que encontraron los dueños de gimnasios es el alquiler de equipamiento como complemento de las clases virtuales. Colchonetas, mancuernas, discos de pesas y hasta las bicicletas de spinning se convirtieron en un ingreso en tiempos de pandemia.