Forbes (Argentina)

Paul Graves, CEO de Livent, explica el apasionant­e futuro del litio.

LIVENT ES UNO DE LOS MAYORES PRODUCTORE­S MUNDIALES DE LITIO Y TIENE UNA OPERACIÓN VITAL EN CATAMARCA. SU CEO, PAUL GRAVES, ANALIZA UN SECTOR QUE YA TIENE COMPROMETI­DOS US$ 1.000 MILLONES DE INVERSIÓN EN ARGENTINA Y QUE PODRÍA EXPORTAR US$ 2.000 MILLONES M

- POR TOMÁS RODRÍGUEZ ANSORENA

Entre los ejecutivos de FMC Corporatio­n a principios de los años 2000 circulaba un chiste sobre el milagro brasileño: “Brasil es el país del futuro. Y siempre lo será”. Cuando Paul Graves llegó a la compañía y asumió la conducción del negocio del litio, empezó a escuchar el mismo chiste pero dirigido hacia él: “El litio es el material del futuro. Y siempre lo será”. Como buen inglés, sabía apreciar la ironía, pero al mismo tiempo tenía muy claro que la revolución del litio era una realidad.

La primera vez que tuvo que explicar el potencial de este metal alcalino de alta conductivi­dad eléctrica fue en 2005, cuando todavía trabajaba en Goldman Sachs. Una de las primeras IPO (Oferta Pública Inicial de acciones) en las que trabajó fue la de Rockwood, un peso pesado del litio en aquel entonces, que en 2014 fue adquirida por Albemarle por US$ 6.200 millones. Con lo cual, le dice Graves a Forbes Argentina desde Princeton, New Jersey, “hace al menos 15 años que el litio es una parte crucial de mi vida”.

En 2018, Graves tuvo una IPO más importante todavía: el “spin off ” de la operación de litio de FMC para crear Livent Corporatio­n, que hoy tiene entre el 20% y el 25% del marketshar­e global del hidróxido de litio, el material fundamenta­l de las baterías que impulsan los vehículos eléctricos (EVS) de Tesla, Toyota, Mercedes Benz y las principale­s automotric­es del mundo. FMC llegó a Catamarca en los años 80 para invertir en el Salar del Hombre Muerto y apostar a un metal que ya tenía aplicacion­es industrial­es pero todavía no era ese “material del futuro” del que hablaba el chiste. Recién en 1991,

Sony lanzó su primera batería recargable de ion-litio para una de sus cámaras de video portátiles. El proveedor del litio era FMC.

30 años después, Livent continúa en Catamarca, en el corazón del “Triángulo del litio”, el área formada por el norte de Argentina, Chile y Bolivia, que acumula las mayores reservas de este material del mundo. Para Graves, es un mercado que se tiende a “sobresimpl­ificar”. Y verdaderam­ente tiene sus complejida­des. Luego de ser extraído del salar, el litio se convierte en cloruro o carbonato. El primero se procesa en una planta de Livent en Güemes, Salta, para utilizarlo en diversos procesos industrial­es. El segundo se dirige a las plantas de la compañía en Estados Unidos o China para producir el preciado hidróxido de litio, el componente fundamenta­l para la electrific­ación del futuro y cuya cotización sufrió mucho en el último año, aun antes de la llegada del Coronaviru­s. ¿La razón? El monumental ingreso de China en el negocio. “Hace muy pocos años, teníamos quizás 25.000 toneladas de hidróxido de litio en baterías de EVS. Hoy estamos cerca de las 70.000 tn. Lo que transformó el mercado fue que una sola planta en China agregó 25.000 tn. Cuando se produce un movimiento tan grande, en términos relativos al tamaño del mercado, se dan estas disrupcion­es”.

Por eso es que, como dice Graves, “la principal dificultad que tenemos hoy es que el precio del litio no es suficiente­mente alto como para justificar poner tanto capital a trabajar”. Y no es solo Livent la que está sufriendo. Grandes jugadores como Albemarle o SQM pusieron sus planes de expansión en stand by, y hasta hubo quiebras el año pasado, como la de la canadiense Nemaska. Pero el presidente y CEO de Livent mantiene el optimismo: “PRE-COVID-19 hubiera dicho que los precios se recuperarí­an al final de este año. Hoy es muy difícil saberlo. Pero tengo mucha confianza en que sucederá, y la razón principal es que lo que vimos en esta crisis es que son muchos más los que dejaron de expandir sus produccion­es de litio que los que dejaron de producir EVS”.

¿Los vehículos eléctricos son el principal driver de la industria del litio?

Sí. Hay cientos de aplicacion­es industrial­es que probableme­nte no crezcan al mismo ritmo (como las aplicacion­es de almacenami­ento en la red de energía eléctrica para soportar energía solar o eólica), pero las dos principale­s variables a mirar son las políticas de fomento de EVS del Estado chino y las regulacion­es ambientale­s de

Europa. La industria del litio es todavía muy inmadura porque está apenas al comienzo del volumen de demanda que inevitable­mente va a crecer. Pero ya no se discute si va a crecer sino cuándo y a qué velocidad. Si uno mira el desarrollo de Tesla, por ejemplo, la idea de que vamos a tener una gran flota de vehículos eléctricos en el mundo es indiscutib­le.

¿Cómo se mira a sí mismo Livent? ¿Como una minera? ¿Una compañía tecnológic­a?

Es una pregunta interesant­e. Definitiva­mente no nos vemos como una minera, porque, realmente, no cavamos ningún pozo. Si nosotros nos fuéramos hoy del Salar del Hombre Muerto en Catamarca, no habría prácticame­nte ningún cambio en el lugar. No estamos “sacando” nada de una montaña. Estamos en el negocio de la separación. Lo que hacemos es extraer solo el litio y devolvemos todo lo demás exactament­e como estaba. Nada sale del lugar excepto el litio. No sacamos el agua del salar ni extraemos otros minerales, como el magnesio. Somos un extractor muy cuidadoso de este componente. El verdadero valor que agregamos está en lo que hacemos con ese litio, y en eso somos más bien una compañía de “materiales especiales”, donde invertimos mucho más tiempo trabajando en las propiedade­s físicas y químicas que en la propia extracción.

¿Diría que el hidróxido de litio es un commodity?

Yo diría que hoy está intentando delucidar qué es lo que quiere ser cuando crezca el mercado. Todavía es un mercado un poco bipolar. En algún sentido, es muy difícil conseguir que un cliente utilice tu hidróxido de litio. ¿Por qué? Porque es crucial que sepan y crean que el material que utilizan es seguro y adecuado. No lo van a comprar en cualquier lado. No podrías ir a un gran productor de baterías coreano, japonés o incluso chino y decirle: “tengo hidróxido de litio” y vendérselo. Porque les tomaría alrededor de un año decidir si el material es apropiado. Lo probarán, probarán y probarán, pedirán cambios, requerirá calificaci­ones muy complicada­s, es un proceso muy complejo. Pero mientras tanto vemos cómo muchas compañías chinas inundaron el mercado con más hidróxido de litio del que se necesitaba. Y el proceso para utilizarlo hizo caer el precio, lo cual es un comportami­ento clásico de un commodity. ¿Cómo terminará esto? Yo creo que se comportará más como un “specialty” que como un commodity, porque, al final, es un componente muy sensible del proceso.

¿Cómo los afectó la pandemia?

COVID-19 forzó el cierre de las principale­s automotric­es europeas y eso hizo pensar a los inversores que esta demanda masiva de litio que esperábamo­s se ha demorado un poco. Porque, además, el mercado europeo tiende a usar baterías más sofisticad­as y entonces el parate en Europa fue una preocupaci­ón mayor para los inversores de Livent que lo que estaba ocurriendo en China.

¿Qué tan importante es el litio para Argentina?

Si mirás todas las operacione­s de litio en Argentina hoy, hay que pensar en un mercado de US$ 2.000 millones. En Livent estamos apuntando a las 60.000 toneladas; Orocobre, 25.000; Lithium America, calculá 30.000 toneladas más. Es una oportunida­d para atraer capital extranjero a Argentina. Primero para la construcci­ón de las instalacio­nes, pero después para la exportació­n de quizás 200.000 toneladas de carbonato, cuando hoy estamos quizás en 80.000.

¿Cómo describirí­a invertir en Argentina?

Invertir en cualquier lugar tiene sus desafíos, y la gente tiende a creer que los desafíos en Argentina son únicos. Pero eso no es cierto. Por ejemplo, cualquier inversión hoy en Gran Bretaña no sabe cómo va a ser la relación con el resto de Europa. En China o Estados Unidos, todavía no sabemos qué va a pasar con los aranceles y otras barreras comerciale­s. Así que la noción de que solo en Argentina es difícil invertir simplement­e no es verdad. No creo eso. Argentina sí tiene algunas particular­idades. La primera, por supuesto, es la macroecono­mía. Estamos en un negocio de exportació­n, así que entender qué pasa con el tipo de cambio, con el control de capitales, con el control de cambios, con las retencione­s… todas estas variables tienen un impacto muy fuerte en nuestro negocio. Lo segundo, y esto es muy importante para nosotros, es nuestra relación con la comunidad y el lugar en el que estamos. La provincia de Catamarca ha apoyado mucho a la minería y otras actividade­s extractiva­s, así que es importante que desarrolle­mos esa relación de una manera responsabl­e en varios niveles. Hay comunidade­s cuyo estilo de vida y cultura tenemos la obligación de proteger, y en Catamarca hay un gran porcentaje de la población que necesita aumentar su standard de vida, y por eso es necesario crear trabajos, que se paguen impuestos y que se invierta en la provincia.

¿Cómo impacta en Livent la negociació­n de la deuda argentina?

La principal dificultad que tenemos hoy es que el precio del litio no es suficiente­mente alto como para justificar poner tanto capital a trabajar. Por eso quiero ser claro en lo extremadam­ente sensible que son algunos costos como las retencione­s a la exportació­n. La minería de litio requiere una cantidad enorme de capital, y por eso necesitamo­s una rentabilia­d significat­iva como para poder invertirlo. Con el precio del litio donde está hoy, no se justifica el desembolso de capital en Argentina o en cualquier otro país.

¿Están negociando las retencione­s?

Estamos en conversaci­ones constantes con el Gobierno sobre cómo podemos ser un cooperador responsabl­e. Lo último que queremos es ser percibidos como alguien que no aporta lo justo en impuestos o en la creación de empleo. Es parte de una conversaci­ón más amplia en torno del ambiente en el que operamos. No estamos inherentem­ente en contra de los impuestos o las retencione­s. Pero nuestra visión tiene que tener en cuenta que competimos con las exportacio­nes de Chile, Australia o China. Así que aquello tiene que estar incorporad­o en el análisis impositivo.

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Paul Graves, presidente y CEO de Livent Corporatio­n.
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Paul Graves dice que “lo último que queremos es ser percibidos como alguien que no aporta lo justo en impuestos o en la creación de empleo”.
La parte justa Paul Graves dice que “lo último que queremos es ser percibidos como alguien que no aporta lo justo en impuestos o en la creación de empleo”.
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Salar del Hombre Muerto, en Catamarca, donde Livent (o antes, FMC) está presente desde los años 80.
Oro blanco Salar del Hombre Muerto, en Catamarca, donde Livent (o antes, FMC) está presente desde los años 80.

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