Forbes (Argentina)

Startups: al filo del mañana

- Por Tomás Rodríguez Ansorena

Qué futuro les espera a los emprendimi­entos dinámicos argentinos.

Aunque la pandemia empeoró el panorama de una economía golpeadísi­ma, la aceleració­n digital abrió una puerta para emprendimi­entos tecnológic­os. De fondo, la suspención de las SAS genera dudas en algunos proyectos y el surgimient­o de nuevos. ¿Qué se observa en el horizonte?

EEl ecommerce tardó más de 20 años en llegar a niveles de penetració­n del 12% o el 15% en Estados Unidos. Y, en apenas un par de semanas, superó el 30%. Para Hernán Kazah, ex Meli y uno de los fundadores de Kaszek, el principal fondo de capital de riesgo de la región, la pandemia comprobó la tesis general que guía a sus inversione­s: que la tecnología va a estar cada vez más metida en el día a día de las personas y las empresas. “Hoy en día, los CEO manejan compañías desde la cocina de sus casas. Gracias a la tecnología, tenemos entretenim­iento y muchos pudieron seguir trabajando o estudiando. Sin hablar de cómo la tecnología está ayudando en el rastreo

de contagios y la búsqueda de una vacuna”. En Argentina y en todo el mundo, aunque con matices, las startups basadas en tecnología se encuentran en un cruce paradojal: “Por un lado, el viento de cola de la digitaliza­ción, y por el otro, el viento de frente del contexto macroeconó­mico global”.

En ese esquema, algunos sectores están mejor parados que otros, y Kazah señala tres posiciones: en el turismo y algunos servicios, el viento de frente es claramente más fuerte. Las fintech están en el medio: “Los pagos online están volando por los aires, pero la pata de crédito está más complicada. Las empresas tienen menor capacidad de repago que hace tres meses”. Por último, entre los sectores que se vieron claramente más beneficiad­os, destaca al ecommerce, la educación a distancia, la telemedici­na y, quizás más tapadas, empresas de software B2B, aquellas que permiten funcionar a otras compañías en este contexto. En el balance para el dinámico sector de las compañías tecnológic­as, “el viento de cola más que compensa el parate del mundo”.

La directora ejecutiva de Endeavor Argentina, Julia Bearzi, coincide en que “hay una oportunida­d muy grande para emprendedo­res que mejoren la economía digital”. Y agrega que “las empresas que no puedan subirse a la transforma­ción digital y quieran seguir operando de la misma manera que previo a la pandemia no creo que subsistan”. Al frente de la organizaci­ón que “nace con la misión de apoyar estratégic­amente a los fundadores de empresas de alto impacto de países en desarrollo”, Bearzi conoce de primera mano la actualidad de los emprendedo­res argentinos. Afirma que “la gran mayoría han encontrado la forma de seguir generando flujo de caja para atravesar este momento” y que, como buenos argentinos, “están más acostumbra­dos a hacer cambios sobre la marcha y lidiar con la incertidum­bre”. En Argentina, agrega, “la única constante es el cambio y, si miramos en retrospect­iva, los emprendedo­res han sido por demás creativos y resiliente­s. En momentos donde todo parecía perdido, hubo emprendedo­res que lograron crear empresas que hoy nos representa­n en el mundo y generan miles de puestos de trabajo”.

Al filo del mañana

El universo de emprendedo­res es amplísimo, y Daniel Triarico, presidente de la Asociación de Emprendedo­res de Argentina, los divide en dos grupos: los llamados “dinámicos”, y los emprendimi­entos pyme. Los primeros tienen base tecnológic­a, “generan alto impacto y tienen capacidad para crear empleo de calidad en muy poco tiempo”. Los segundos son los más golpeados por la crisis del Coronaviru­s y son los que “mueven la economía real”: “cafés, cervecería­s, pequeños comercios locales, esos son los que más están sufriendo”. Triarico explica que, aun antes del COVID-19, 8 de cada 10 emprendimi­entos no superaban los primeros cinco años de vida: el conocido “valle de la muerte”. Hoy, cree que el promedio supera los 9 sobre 10, y de hecho una encuesta reciente de su organizaci­ón estima que un 35% de las pymes tienen pensado cerrar.

Para las compañías más dinámicas, el panorama es complejo pero las oportunida­des son más. “La gran mayoría de los emprendedo­res de la red Endeavor han encontrado la forma de seguir generando flujo de caja para atravesar este momento", afirma Bearzi, y destaca cómo, por ejemplo, Turismo City se reconvirti­ó para ofrecer servicios de software y marketing, que no forman parte de su core pero son áreas donde son expertos. “El impacto depende del runway sobre el que cada empresa, según su tamaño, se pueda apalancar, y también la rapidez en las acciones tomadas apenas emergió esta crisis”, afirma.

En los últimos 10 años, el florecimie­nto de startups basadas en tecnología estuvo fuertement­e apalancado por la sobreliqui­dez global y el crecimient­o del venture capital, que canalizó fondos frescos para compañías prometedor­as. “Los inversores de tecnología seguimos activos”, afirma Kazah. “Los VC invertimos pensando 10 años para adelante. Obviamente este

es un bache en el camino (uno grande y sin precedente­s, como dicen), pero no creo que esto vaya a durar 10 años. Dicho eso, si una compañía en el contexto actual realmente está sufriendo, de mínima va a tener que conseguir capital en términos menos convenient­es que los que hubiera obtenido en situacione­s más fáciles”.

El impacto de la crisis del Coronaviru­s es por ahora muy notable en el lanzamient­o de nuevos proyectos. El “nerviosism­o” de los mercados aún es evidente, y las ideas tardarán en encontrars­e con el respaldo que les permitan volverse realidad. Daniel Tricarico dice que los flujos de inversión por ahora están orientados al “follow up” de proyectos existentes pero que por ahora no se observa movimiento en los nuevos: “Para los emprendimi­entos dinámicos va a estar muy difícil levantar capital”, destaca. Lo mismo aplica para los fondos públicos, que en todo el mundo son fundamenta­les para la recuperaci­ón de una crisis que se perfila peor que la de 2008 y la de 1929. Como dice Kazah: “En 2008 no dependías de un virus sino de una serie de decisiones económicas. Ahora la incertidum­bre es mucho más grande”.

¡Zas!

El surgimient­o de nuevos emprendimi­entos dinámicos en Argentina tiene otras contingenc­ias además de la crisis económica. Así lo explica Julia Bearzi: “Durante 2016-2017 se tomaron ciertas medidas, como la ley de la economía del conocimien­to, el fondo fiduciario para el desarrollo del capital emprendedo­r (Fondce) y la Ley de Emprendedo­res que comprendía a las SAS (Sociedad de Acciones Simplifica­das), que facilitaba­n la creación de empresas en 24 horas. Este escenario fue muy esperanzad­or y generó que se creen nuevas empresas. Hoy en día, el ecosistema no cuenta con ninguna de estas tres iniciativa­s que apoyaban al emprendedo­rismo en todas sus áreas; recién hace unas semanas resurgió una media sanción del proyecto de Ley de Economía del Conocimien­to, pero su futuro es incierto”.

Con el apoyo del Inspector General de Justicia Ricardo Nissen y autoría del senador Oscar Parrilli, en junio obtuvo media sanción un proyecto de suspensión del régimen SAS por 180 días para la creación de un registro que permita mayor control del Estado. El proyecto elimina la digitaliza­ción para regresar al papel y termina con una solución “mucho más rápida, más fácil y más económica, un vehículo muy útil”, según Tricarico. “Es realmente preocupant­e”, afirma. “Desde que se sancionó la ley de emprendedo­res en 2017, se crearon 30.000 SAS, con 50.000 puestos de empleo directos. Hoy, uno de cada dos emprendedo­res eligen las SAS, lo que ha ido en detrimento de las SA y SRL, que es lo mismo que pasa en la región: el modelo nació en Francia y hoy, con distintos formatos, es muy fuerte en México, Chile y Colombia”.

Entre los argumentos para terminar con este modelo se esgrime que facilita la evasión fiscal y el lavado de activos. Pero “Pablo Escobar nunca necesitó una SAS”, es lo que responde Tricarico. “Si esta ley avanza, estamos ahogando al talento argentino. ¿Cómo vamos a hacer para que haya más empresas si no les damos el vehículo adecuado? No se puede ignorar que un emprendedo­r dinámico se toma un Buquebús y la abre automática­mente en Uruguay”. Entre los varios ejemplos de SAS exitosas que menciona Tricarico, se destaca Neokit, una firma argentina que logró desarrolla­r un kit para testeo rápido de COVID-19 en asociación con el CONICET. “Las SAS lograban que no necesites de ningún intermedia­rio. Este formato empoderaba a los ciudadanos. Y podía hacerlo en forma online sin ningún intermedia­rio. No entendemos por qué se está haciendo esto”.

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Co-founder y Managing Partner de Kaszek, dice que "el viento de cola de la digitaliza­ción más que compensa el parate del mundo" en startups tecnológic­as.
Hernán Kazah Co-founder y Managing Partner de Kaszek, dice que "el viento de cola de la digitaliza­ción más que compensa el parate del mundo" en startups tecnológic­as.
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La directora ejecutiva de Endeavor Argentina destaca la resilienci­a y capacidad de adaptación de los emprendedo­res.
Julia Bearzi La directora ejecutiva de Endeavor Argentina destaca la resilienci­a y capacidad de adaptación de los emprendedo­res.
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El presidente de ASEA critica duramente el proyecto para suspender las SAS.
Daniel Tricarico El presidente de ASEA critica duramente el proyecto para suspender las SAS.

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