Efecto Latam
La división farmacéutica de Bayer Pharma registró ventas por 424 millones de euros en la región. Adid Jacob lidera la operación y detalla los planes 2021 y las expectativas.
La división farmacéutica de Bayer Pharma en Latinoamérica registró ventas por 424 millones de euros, siendo la única región de Bayer en el mundo que aumentó las ventas en este período. Así, la región se convirtió en uno de los principales motores para la compañía de origen alemán. Adid Jacob lidera la operación farmaceútica en la región y en Brasil. Los planes 2021, tras superar las expectativas de la pandemia.
DDesde hace un tiempo, Latinoamérica se convirtió para Bayer Pharma en uno de sus grandes motores de crecimiento. Tal es así que este impulso generó un proceso de reestructuración que llevó a que este año la oficina regional con sede en Whippany, en Estados Unidos, se trasladara a San Pablo, para estar más cerca de estos mercados y conformar una cultura más proactiva con los países en los que opera.
Al mando de esta nueva etapa se encuentra Adib Jacob, quien tiene el doble rol como presidente de la división farmacéutica de Bayer en Brasil y como responsable de la división en Latinoamérica.
La decisión de reestructuración se refleja en los resultados, dado que en el primer semestre de 2020 la región registró ventas por 424 millones de euros en esta división, es decir, un 5,7% más que el año pasado, aun ignorando el efecto cambiario.
En el cluster sur el mando es de Pierina Rossetti, directora de la División Pharma para Cono Sur. Junto con Jacob continúan empujando el crecimiento regional en un trabajo codo a codo donde confluyen estrategias innovadoras y nuevas plataformas de desarrollo, pero sobre todo la construcción de una cultura en común.
¿Cómo se gestó la reestructuración de la compañía? A.J.:
La decisión de la reestructuración no tuvo nada que ver con la pandemia. Fue una decisión que tomamos entre agosto y septiembre del año pasado. Sentíamos que estábamos lejos culturalmente y decidimos hacer base en Brasil. Además, San Pablo tiene buena logística de aeropuertos, lo que refuerza la decisión de estar cerca del negocio y muy cerca de nuestras operaciones. Desde allí, se pueden compartir buenas prácticas con la región y ver muy de cerca qué está pasando en cada uno de los países. La idea es crecer a doble dígito año a año, los próximos cinco años. Estar cerca nos da la oportunidad de hacer todas las inversiones necesarias para catapultar esta gran posibilidad de crecimiento.
¿Qué efecto tuvo la pandemia? A.J.:
Justo cuando comenzábamos a crear un contexto de equipo, de cultura, de intimidad, llegó la pandemia. Si bien teníamos conocimiento de lo que venía pasando en Oriente y en Europa, a principios de marzo sentimos el tsunami. Aprendimos que con la tecnología se pueden tener buenas reuniones, charlas, discusiones, y hacer mucha educación médica. Tal es así que vamos a cerrar el año con dos millones de contactos virtuales con visitadores y médicos. Hicimos hasta encuentros con profesionales internacionales que quizás de otra manera era muy difícil que viajaran a Brasil.
¿Qué representa Latinoamérica para el negocio global? A.J.:
Para el segmento farmacéutico de la compañía, América Latina representa un 5% con ventas de US$ 1.000 millones en la región solamente. El crecimiento de doble dígito que tenemos previsto en la región se dará mucho más rápido que a nivel global y que en cualquier otra geografía del mundo. De todo modos, no salimos inmunes.
¿Por qué? A.J.:
Lo más llamativo fue la intensidad con que se reflejó la pandemia, porque cayó mucho el número de visitas médicas. Los pacientes tenían mucho temor de ir al médico, y aquellos productos farmacéuticos que implican una atención física como una inyección o un implante se vieron más damnificados que los que se compran en una farmacia. Entonces, ahí perdimos un poquito de terreno.
¿Cómo se comportaron las diferentes categorías?
A.J.:
Algunos de nuestros productos que podían funcionar en el tratamiento del COVID-19 explotaron; tal el caso de la Cloroquina o la Ivermectina, por ejemplo. Los productos orales sufrieron un poco menos porque la gente los compra en la farmacia y vuelve a su casa. Se resintieron más los oncológicos porque son medicamentos de quimioterapia o de infusión venosa. También sufrieron los productos de oftalmología y de gine
cología con los inplantes de intravaginales.
¿Eso los llevó a modificar su portfolio?
A.J.: No, por el contrario, lanzamos en muchos países diferentes productos, como un dispositivo intrauterino que vamos a lanzar en Argentina la segunda parte del próximo año. Sin dudas, podríamos ir más rápido y la región crecería un 15%, pero no esperábamos la pandemia.
¿Cómo acturaron ante la caída de algunos productos?
A.J.:
Quisimos estar junto a los médicos en el manejo de sus consultorios en materia de sanitización e higienización, para que pudieran volver rápidamente a atender a sus pacientes. En Brasil hay estadísticas muy alarmantes de muertes dentro del hogar, las que crecieron mucho con la pandemia. También en algunos países hicimos una alianza con Uber que nos garantizaba coches higienizados y sanitizados para llevar a los pacientes a su consulta médica o bien entregar nuestros productos desde nuestra propia tienda. Tenemos un marketplace de Bayer en México que es una gran prueba piloto de venta y entrega de medicamentos a domicilio. Es un modelo que queremos ampliar. El e-commerce es una tendencia. Semanas atrás Amazon decidió entrar al negocio de los medicamentos en Estados Unidos, y creo que ya estamos preparados.
¿Y en la Argentina? P.R.:
Localmente, tuvieron mucho éxito distintas charlas y encuentros que hicimos para diversos especialistas médicos. Eso, entre el resto de las actividades, hizo que Bayer Pharma sea la empresa más valorizada por los médicos durante la pandemia, en toda Latam. Nuestro papel no es defender una cajita de medicamentos, sino dar una solución integral para la patología desde el diagnóstico y hasta después del tratamiento. Para nosotros era relevante asegurar que la provisión de medicamentos no se interrumpiera, y velamos muchísimo para que las plantas siguieran funcionando. ¿Y cómo es la foto actual?
La industria farmacéutica fue muy resiliente en toda la región. El sector crecerá un 7% en total en todo el año, no es un mal porcentaje. Podría ser más dinámico. Bayer tuvo un año muy positivo tanto en las inversiones y lanzamientos como en estrategia. El a dónde queremos llegar no cambió tanto.
Están muy fuertes en oncología, ginecología, cardiología. ¿Qué potencial tiene Argentina en estas áreas?
P.R.: Argentina es tremendamente atractiva en todo lo que tiene que ver con estudios clínicos. Es el país más grande para Bayer. Somos un productor de crecimiento para Latam. Las proyecciones para Argentina son espectaculares. este año estará entre los tres países que más van a crecer en la región.
¿Hay un cambio de foco en cuanto al portfolio de Bayer Pharma?
A.J.: Hasta hace pocos años, la compañía estaba muy enfocada en dos grandes pilares: salud femenina y cardiología. Hay varias áreas muy importantes donde entramos muy fuertes, como en oncología, donde antes éramos muy pequeños. Pero, sin dudas, el mayor cambio se dará en una plataforma muy importante que es la terapia celular y génica, que es el nuevo paradigma de la industria farmacéutica. Es una gran línea de investigación que enseña al sistema inmunológico a luchar con la patología. No es un medicamento, es una manera de tratar. Esta nueva plataforma para Bayer Pharma es posible tras la adquisición de dos compañías que tenían mucha experiencia, como Blue Rock y Asklepios.
¿Creen que la pandemia puso en valor a los laboratorios farmacéuticos?
A.J.:
La pandemia les dio a las personas la posibilidad de revalorizar lo que realmente importa, como lo es la salud. Ahora queda más claro el valor de la industria farmacéutica. Hoy la gente ve el esfuerzo y el valor de fabricar una vacuna para la humanidad. Vamos a salir de la pandemia con un poco más de respeto hacia la industria.