Cómo restaurar la confianza en las elecciones de Estados Unidos
La fe de los Estados Unidos en la integridad de nuestra democracia se vio golpeada por las serias acusaciones de irregularidades en las últimas elecciones. Cuán severos fueron los errores y fraudes es una cuestión que está en debate, pero no hay duda de que hay que hacer cambios.
Estas reformas básicas deberían tener un apoyo amplio. Los funcionarios de ambos partidos deberían tener permitido observar de forma personal todos los pasos de la recolección y conteo de las boletas de quienes votan en ausencia o por correo. Filadelfia, por ejemplo, no les permitió a los republicanos monitorear el proceso de la enorme cantidad de boletas por correo que había para procesar, especialmente la validación de las firmas y los sellos postales.
En el mismo tono, los observadores (o “poll watchers”) de ambos partidos deberían estar permitidos en todos los precintos el día de la elección. Los estados, además, también deberían entrenarlos. De igual manera, todos los años tendrían que, de forma creíble, depurar los listados de votantes, para sacar a quienes murieron o se mudaron a otros estados. El descuido que hubo en tantas áreas es terrible y logró que el fraude electoral sea una posibilidad demasiado cercana.
Las boletas por correo solo deberían ser enviadas ante el pedido del elector registrado. No más envíos masivos por correo: también son una invitación al fraude y a los errores. Un amigo mío en Pennsylvania recibió cinco boletas. Y las boletas por correo deberían ser recibidas para el día de la elección o, si no, no ser contabilizadas.
Sin una supervisión apropiada, el conteo de los votos de ausentes o por correo debería comenzar antes del día de la elección, para que las agencias gubernamentales puedan reportar los votos totales esa misma noche.
El ballot harvesting o recolección de boletas debería estar completamente prohibido en California, donde es legal. Y también debería ser eliminado del resto del país, donde es ilegal pero sigue existiendo. La recolección de votos es la práctica donde los trabajadores del partido, armados con boletas, van hacia las personas, especialmente en lugares como geriátricos, y las instruyen en cómo llenarlas y luego entregárselas a los oficiales de las elecciones. Muchas veces, el elector no vota bien. Y el control de esto es inexistente.
Las máquinas para votar son equipos y, como tales, deberían testearse mucho más seguido con respecto a su correcto funcionamiento y para prevenir el hackeo antes y después de los comicios. Debería también haber recibos en papel de los totales de los votos, para que no se puedan alterar o falsificar. Los electores deberían votar en persona, para mostrar una identificación con foto, y los pedidos para votar por correo también deberían incluir una copia de la identificación con foto.
Estos cambios son cruciales para restaurar la confianza en nuestro proceso electoral.
Extraído de What’s Ahead, el nuevo podcast de Steve Forbes. Disponible en itunes y Googleplay Store.