FILANTROPÍA EN TIEMPOS DE COVID
La pandemia motivó que empresas y empresarios de todo el mundo se pongan en acción. Así, dueños de firmas, CEO y altos ejecutivos tomaron el liderazgo y desafiaron sus capacidades de contribuir con la sociedad, generando una sinergia que muchos consideran inédita, tales como la campaña #Seamosuno –que tiene como objetivo entregar un millón de cajas de alimentos y productos de higiene para 4 millones de personas de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires– y la iniciativa de la Cruz Roja Argentina para acondicionar el sistema de salud para afrontar la pandemia.
Según el relevamiento de Forbes Argentina, que se realizó por primera vez, las empresas locales que más donaron desde la irrupción de la pandemia reunieron al menos $ 1.262 millones, entre cientos de otras donaciones en productos y otro tipo de asistencia hasta mitad de año.
Tras la instauración del ASPO,
el país se paralizó literalmente. Poca gente y menos autos en la calle tuvieron impacto. La movilidad se redujo drásticamente. Con el paso de las semanas –y los meses–, la nueva normalidad fue ganando terreno y hay tendencias que se profundizaron, como el uso del car sharing, bicicletas y monopatines.
La industria automotriz más tradicional fue uno de los sectores más golpeados por el parate. Después de un 2017 que había sido récord con 900.000 unidades vendidas, el sector llegó a las 450.000 en 2019.
Para las automotrices, 2020 sería un año similar en volumen, pero llegó la pandemia. Con las fábricas paradas, a mediados de año, las perspectivas de las terminales auguraban un escenario complicado, con caída del mercado local y también de los mercados de exportación y la crisis económica que alcanzó a las casas matrices. Finalmente, con los números de hoy, el peor escenario no sucedió y el balance no fue tan dramático. De acuerdo con datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), el mercado llegó a los 286.695 patentamientos a octubre. En los primeros nueve meses del año se registró el nivel más bajo de ventas desde 2004. Pero, como señal de esperanza, entre julio y octubre, el promedio diario de ventas estuvo en ascenso. Así, desde las marcas mantienen la ilusión de que 2020 terminará mejor de lo que se esperaba y superaría las 300.000 unidades vendidas. Desde las terminales, explican que el efecto brecha cambiaria habría disparado la compra de 0 km.
Pero en las ciudades ya se nota un cambio de paradigma a la hora de trasladarse, con una mayor circulación de transporte alternativo, como bicicletas. En el país, el uso de la bicicleta aumentó en un 83% en un año (y 98% en la Ciudad de Buenos Aires), según un informe de Google basado en las consultas de los recorridos que realizan los usuarios. Además, de acuerdo con datos de la Cámara Industrial de la Motocicleta, Bicicleta, Rodados y Afines (Cimbra), en 2019 se vendieron 600.000 unidades. Este año, cerraría con 1,8 millones, por lo que la demanda se multiplicaría por tres.
Los fabricantes se encontraron con un hecho inédito: tuvieron récords de ventas en otoño e invierno, las históricas temporadas bajas de venta, lo que generó quiebres de stock y faltantes en bicipartes. Además, hay modelos que tuvieron un incremento de precio de hasta el 70%. Esto es parte de un fenómeno mundial –de hecho, en Nueva York y San Francisco se reportan “faltantes” en las bicicleterías–, en el que también hay que destacar el aumento de ventas de los monopatines, que proyecta un año con ventas que superen las 15.000 unidades.
El sector automotriz podría terminar el año con 300.000 unidades vendidas.