Entre ricos y negociaciones
Cuando Máximo Cavazzani pedía acciones concretas para incentivar la Industria del Conocimiento (incluso la definió como “la próxima Vaca Muerta”), el sector aún caminaba a ciegas tras la derogación de la reglamentación de la Ley que lo promovía. En octubre pasado, el Gobierno logró que el Congreso aprobara su versión del programa, pero en la industria solo celebraron, al menos, contar con un marco para su actividad.
“El balance de los cambios introducidos en la reforma comparados a la ley original es, en general, desalentador”, expresó mediante un comunicado Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, entidad que nuclea a las compañías de la economía del conocimiento. Y apuntó: “La reforma es débil en el punto más crítico: la capacidad competitiva del país en el mercado global”.
Durante la primera mitad del año, las exportaciones de servicios basados en conocimiento experimentaron una caída interanual del 6,4%. A su vez, pasaron de tener una participación del 9,5% en el total a un 7,8% en el segundo trimestre de 2020.
Otro de los temas calientes que pasaron por el Palacio Legislativo en la segunda mitad del año involucra a la élite de los más ricos de la Argentina. Se trata del Impuesto a las Grandes Fortunas’, redactado por el diputado Carlos Heller, que alcanza a las 178 familias integrantes del Ranking Forbes.
El proyecto, convertido en ley en diciembre, que estiman recaudará más de $ 307.000 millones de las fortunas de personas físicas desde los $ 200 millones, despertó la queja de los magnates. Jorge Brito, fallecido en noviembre, llegó a decir que podía suscitar “una rebelión fiscal”. No obstante, no todos los integrantes del top 50 de Forbes quedarán comprendidos, ya que 14 familias no son residentes fiscales en la Argentina.
Había dicho que la de julio era la última, pero no lo fue. La negociación se presentó más dura de lo esperado para el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien finalmente anunció un acuerdo con los bonistas a fines de agosto. Consiguió casi un 99% de adhesión, aunque la propuesta aprobada estuvo un poco por encima de los US$ 53,5 presentados en la “oferta final” y más cerca de los US$ 55. Tras meses de charlas, el funcionario cerró una batalla y dio paso a una nueva. Ahora los interlocutores son los representantes del Fondo Monetario Internacional, con los que otra vez tendrá que sentarse a negociar para reestructurar alrededor de US$ 45.000 millones (acordados en 2018 por el entonces presidente Mauricio Macri) que vencen entre 2021 y 2023. El Gobierno espera postergarlos para 2025. En una reciente charla con Financial Times, Guzmán aseguró no estar apurado para cerrar un acuerdo con el Fondo y dijo que si lo logra en marzo o abril “ciertamente sería aceptable”.
Las exportaciones de servicios basados en el conocimiento cayeron 6,8% en el primer semestre.