A seguir remando
AMY NOVOGRATZ le ganó la batalla a un tumor cerebral que podría haberla matado para construir el mayor fondo de inversión en acuicultura sustentable del mundo.
LEl año pasado, Amy Novogratz reunió a un agricultor de algas, un propietario de un criadero de ostras, un creador de un chip hecho con piel de salmón deshidratada, un consumidor de supermercados, un restaurador y un periodista para una cena en su loft de Manhattan. Mientras sus invitados saboreaban la trucha ártica escalfada en azafrán con tomates y un pesto de pistacho, ella se levantó para explicar la procedencia del pescado: Matorka, una granja en Grindavík, Islandia, que cría sus peces sin antibióticos sobre tierra en tanques que utilizan energía geotérmica.
En 2016, cuando el fondo Aqua-spark de Novogratz invirtió US$ 2,5 millones en él, Matorka producía solo 50 toneladas de pescado al año. Cuando esa cena tuvo lugar, se vendían 3.000 toneladas. Cuando golpeó el COVID-19 y las ventas del restaurante Matorka se frenaron, Aqua-spark ayudó con un préstamo puente de US$ 750.000. “La marca volvió a un buen lugar ahora”, informa Novogratz, que espera que crezca a 6.000 toneladas para 2022, un “punto realmente bueno donde se puede mantener la producción controlada, conocer tu mercado,
conocer a tu cliente, realmente rastrear todo”.
Novogratz, de 45 años, también está a punto. Hace una década, le diagnosticaron un tumor cerebral que los médicos advirtieron que podría matarla. Una arriesgada cirugía de 20 horas extirpó el tumor, pero la dejó con problemas de equilibrio y movilidad, además de ceguera en un ojo debido a un accidente cuando era chica. Hoy, ella y su esposo, Mike Velings, de 50 años, administran Aqua-spark, un fondo de acuicultura sustentable con sede en Holanda que atrajo US$ 148 millones de 190 inversores en 29 países. Dentro de este grupo están Impactassets, un fondo asesorado por donantes con sede en Bethesda, Maryland (permite a las personas depositar sus contribuciones en inversiones de impacto con fines de lucro antes de distribuir el dinero a organizaciones benéficas operativas), y Louis Dreyfus Company. La propia Novogratz tiene contactos notables. Su hermana mayor, Jacqueline, es fundadora y directora ejecutiva del pionero fondo de riesgo de inversión de impacto Acumen y está casada con el director de TED Talks, Chris Anderson. Su hermano mayor, Michael, es un exgestor de fondos de cobertura macro multimillonario que se convirtió en un destacado cripto-inversor.
En junio, las tenencias de Aqua-spark en 19 empresas alcanzaron un valor de US$ 180 millones. En 2019, registró una tasa interna neta de rendimiento (TIR) del 21,75%, impresionante, dado que eso es neto de la tarifa anual del 1% y el 20% de las ganancias que se destinan a una empresa de gestión con fines de lucro propiedad en un 60% de Novogratz y Velings (la fundación de la pareja y los empleados poseen el otro 40%). A pesar de la pandemia, Novogratz espera una TIR este año superior al 20% (los inversores estadounidenses acreditados pueden entrar con un mínimo de US$ 118.000).
Tomado en dólares, Aqua-spark es un pececito en la industria acuícola mundial de US$ 265.000 millones, que suministra más de la mitad de todos los productos de mar que se producen para consumo humano. Sin embargo, como el fondo de inversión principal y más grande del mundo dedicado exclusivamente a la acuicultura ecológica, ejerce una enorme influencia. Por ejemplo, en 2015, en su primera inversión, invirtió US$ 3,4 millones en Calysta, una startup de Silicon Valley que fabrica una nueva harina de pescado. Calysta utiliza microbios fermentados, derivados de un subproducto de la producción de gas natural, para producir alimento para peces mejor para el medioambiente que las versiones a base de pescado o soja que se comercializan en la actualidad. El dinero de Aqua-spark ayudó a financiar una planta piloto que a su vez ayudó para que Calysta capte US$ 150 millones en inversiones adicionales, in
cluso de Cargill y BP Ventures. Ahora está construyendo una fábrica en China para producir 20.000 toneladas de alimento al año, un cambio potencial para el mercado mundial de alimentos para peces de US$ 40.000 millones. “Cuando los conocí, dije que podría llevar 10 años”, recuerda el cofundador y director ejecutivo de Calysta, Alan Shaw.
Enfocado en el largo plazo, Aqua-spark todavía no vendió ninguna de sus tenencias. Exige que las empresas de su cartera les paguen un salario digno a los empleados y den prioridad a la transparencia de los resultados científicos. Varias de sus inversiones están en granjas, que deben minimizar el uso de antibióticos y químicos y limitar la contaminación.
La acuicultura “era vista como una industria muy sucia y plagada de enfermedades. Cambiaron su forma de pensar al respecto y se volvió invertible”, dice Lisa Kleissner, una destacada inversora de impacto que forma parte del directorio de Aqua-spark.
Novogratz es la sexta de siete hermanos, hijos de un coronel del ejército de los EE.UU. Después de estudiar teatro en la Universidad de Nueva York, pasó una temporada en Washington DC investigando políticas que afectan a las madres adolescentes, y luego se fue a trabajar con su cuñado, encabezando el Premio TED, el galardón anual otorgado a una persona detrás de una idea única que cambia el mundo. Así, en la primavera de 2010, se subió a un barco de investigación en las Galápagos para un viaje que mezclaba conferencias sobre conservación del océano y buceo. Allí fue donde conoció a Velings, un emprendedor serial holandés.
Su relación floreció durante los siguientes siete meses, pero entonces Novogratz comenzó a tener convulsiones. Para octubre le habían diagnosticado
PENSAMIENTO FINAL ““LAS DIFICULTADES FORTALECEN LA MENTE ASÍ COMO EL TRABAJO AL CUERPO”. ——Séneca el Joven
el tumor cerebral. Después de la cirugía, Velings le propuso matrimonio en el hospital. Ella aceptó pero dijo que necesitaba tiempo para recuperar su vida, tenía que aprender a caminar de nuevo. A los pocos meses, volvió a trabajar en TED. “Era demasiado pronto”, admite ahora. “No sabía cómo dejar de exigirme. Era mi identidad”. Finalmente, una conferencia TEDX programada para Doha, Qatar, la hizo parar. “Ni siquiera podía caminar sobre la arena y había aceptado dirigir talleres en un desierto”. Compró un pasaje a Holanda, donde ella y Velings comenzaron a armar una vida y una compañía juntos.
La pareja eligió la acuicultura porque pocos inversores se preocupaban por este mercado. Algunas piscifactorías estaban agravando el problema de la sobrepesca en la naturaleza al utilizar peces silvestres como alimento. Las operaciones agrícolas más sustentables, en la medida en que existían, “se vendían a mercados pequeños y de alto nivel con una prima” y tenían poco acceso a capital externo. Se habían reunido con docenas de inversores potenciales en Silicon Valley y Europa y estaban contemplando un lanzamiento formal de recaudación de fondos en septiembre de 2013 cuando la tragedia golpeó de nuevo. Novogratz dio a luz a su primer hijo en julio de 2013 y el bebé murió al mes. El lanzamiento se pospuso, pero no por mucho tiempo. A fines de 2014, Novogratz había dado a luz a su segundo hijo (ella y Velings ahora tienen tres hijos) y la pareja tenía compromisos por más de US$ 8 millones de 26 inversores. Cubrieron los costos operativos iniciales con US$ 4 millones de su propio dinero.
Apuntan a tener entre 60 y 80 empresas en la cartera de Aqua-spark, más del triple de su nómina actual. Al principio, les preocupaba que no hubiera una línea lo suficientemente grande de negocios; ahora están siguiendo al menos 1.550 de este tipo.
A pesar de sus limitaciones físicas, Novogratz se metió a explorar posibilidades, bajando por las escaleras de botes en Vietnam y caminando sobre plataformas de alimentación sobre aguas con cocodrilos en Mozambique: “A veces retrocedo, pero sobre todo me esfuerzo”. Aunque la pandemia les impide realizar esas visitas in situ, Novogratz y Velings no se dejan intimidar y cumplen con su deber de forma remota. “Todo lo que está detrás de nosotros nos impulsa hacia adelante”, dicen.