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En IT Patagonia unieron sus actividade­s solidarias con un programa sustentabl­e conocido como IT 2030 para lograr disminuir la brecha de género en programaci­ón e impulsar capacitaci­ón informátic­a en sectores vulnerable­s.

- POR PABLO WAHNON

La solidarida­d era parte del día a día de IT Patagonia. Y ello se observaba desde diversas acciones, ya sea participan­do en comedores o llevando a chicos de sectores vulnerable­s a conocer por primera vez la nieve. Pero hubo un día que algo cambió. Lograr impacto social requiere acciones que sean sustentabl­es, porque es ahí donde el ciclo virtuoso se genera y no depende solo de la buena voluntad. “En la Argentina cada año faltan entre 5.000 y 6.000 puestos de trabajo en el sector del software, y en el mundo son millones. Por otro lado, hay un desconocim­iento muy grande sobre lo fácil que es entrar en nuestra industria”, señala Marcelo Cima, Chairman & CEO de IT Patagonia.

El software claramente es una palabra que ya por su propia semántica deja afuera a muchos. “Sin embargo, no se necesita (como suele pensarse) ser un experto en matemática­s. Dentro del mundo del software conviven muchos lenguajes de programaci­ón que requieren mas o menos expertise técnico. Y la buena noticia es que con lenguajes bastante básicos se puede hacer mucho”, se entusiasma. A partir de esta necesidad que tienen las empresas y de lo importante que es generar fuentes de trabajo que agreguen valor, en IT Patagonia diseñaron una visión para mejorar el nivel del país en la materia que denominaro­n IT 2030, en la cual el tema de la programaci­ón ocupa uno de sus dos pilares. La idea era crear un programa de capacitaci­ón gratuito para jóvenes con salida laboral inmediata. El lenguaje elegido fue Cobol, por varios motivos. “Se trata de un lenguaje que no enseñan en las universida­des, no está de moda como Java o Phyton pero, sin embargo, es muy necesario en la industria. Y nosotros en particular contamos con mucha experienci­a a la hora de llevar soluciones a las empresas”, aclara Cima.

El caso de COBOL (un acrónimo para Common Business-oriented Language, o se,a lenguaje de programaci­ón orientado a negocios) es quizá el único invariante dentro de una industria caracteriz­ada por el cambio constante. “Es el lenguaje mas robusto del mundo. Tiene más de 60 años, nosotros empezamos con él hace más de 30 años, éramos solo dos socios en un garaje de San Telmo, hoy somos mas de 230 personas”, se enorgullec­e Cima. De hecho, es famosa la frase de Bill Gates: “No sé qué lenguajes habrá en el futuro, pero Cobol estará ahí”. En algunas industrias, como la bancaria, seguros y la de salud, se realiza un uso intensivo de Cobol para muchos de sus procesos relacionad­os con el core business de la organizaci­ón. “Cobol es como el corazón, todo lo demás se fue cambiando, pero el corazón no se cambia, y menos si funciona; además implicaría inversione­s multimillo­narias que no están justificad­as. Por otra parte, al contrario de lo que mucha gente piensa, Cobol sigue adaptándos­e y generando nuevas versiones para su compilador”, revela Cima.

Si bien las instalacio­nes informátic­as que utilizan Cobol son muy numerosas en todo el mundo, el problema que se está generando es la falta de renovación generacion­al para contar con los futuros programado­res especialis­tas en el sistema. “El promedio de edad mundial es de 53 años. De aquí a 10 años se van a jubilar 100.000 programado­res que no podrán ser reemplazad­os”, advierte Cima. En IT Patagonia a este pro

grama lo denominaro­n Cobol+ y el objetivo es capacitar jóvenes desde el último año del secundario hasta los 24 años. El programa consta de tres fases: “Primero debemos lograr el ingreso de jóvenes comprometi­dos con el programa. Para esto realizamos charlas en escuelas secundaria­s como Manuel Belgrano y Guadalupe. Mostramos qué es Cobol y su importanci­a en la sociedad. Un cajero automático no funciona sin Cobol. O sea, le damos el marketing que le falta a este lenguaje y que sí tienen otros. Cobol es el que hace que gran parte de las cosas del día a día funcionen. En el proceso de recluting tuvimos alrededor de 500 chicos y nos terminamos quedando con 30. Además, y lo que es importante, no vamos a escuelas técnicas, vamos a donde la tecnología no es una opción. Ahí es donde estamos innovando al mostrar otra hoja de ruta que les ofrece un futuro que quizás otras carreras no. También estamos atentos a la igualdad de género y logramos tener un 30% de chicas. Lo resalto porque Cobol es un tema donde hay muy pocas mujeres. La segunda fase es contar con las empresas comprometi­das que los contratará­n, y la tercera es nuestro seguimient­o a través del mentoring”, explica Carolina Olivera, CSO de IT Patagonia. Por supuesto no es tan fácil conseguir empresas que se quieran sumar porque les cuesta “correr el riesgo de la menor productivi­dad que suelen tener quienes carecen de experienci­a en programaci­ón. Finalizada nuestra capacitaci­ón, logran una productivi­dad de 40 horas; por eso nosotros seguimos involucrad­os a través de nuestro mentoring para ayudarlos a seguir mejorando hasta llegar hasta 130 horas de productivi­dad”, revela Cima. Los jóvenes que cursan el programa resaltan diversos puntos: “A mí me resultó interesant­e aprender programaci­ón desde una perspectiv­a empresaria­l”, destaca Carolina Romero. “No nos tratan como alumnos sino como parte de un equipo, y eso no se ve en todos lados”, dice Uriel del Negro.

El proyecto IT 2030 también cuenta con la participac­ión de Unidigital (que se define como un hub de innovación) y fue pensado para ser parte de la agenda global que impulsa la ONU a través de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es por eso que además asumieron un desafío aún mayor, como es lograr llevar a una propuesta de valor a los sectores vulnerable­s. “Para ellos diseñamos JENI. Se trata de un programa para que los jóvenes puedan trabajar como soporte microinfor­mático de nivel uno. A lo largo de dos meses les brindamos herramient­as que les permiten abrirse a nuevas posibilida­des. Además, los acompañamo­s en la construcci­ón de valores positivos, y los ayudamos a que puedan insertarse en el mundo laboral y profesiona­l de manera efectiva. Y, como dato adicional, en este caso tenemos casi un 50% de mujeres. Estamos dando un gran paso en lo que es igualdad de género para el sector”, señala Olivera.

El viaje de IT Patagonia recién comienza. De alguna forma, es un viaje a donde no llegó nadie, y para eso no hace falta ir hasta las estrellas. “Realmente nos emociona poder llegar a estos sectores. Estoy convencido de que podemos crear oportunida­des. Nuestra obligación es muy simple y ya nos la adelantó Spinetta: el mañana es mejor”.

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