Forbes (Argentina)

“QUE LOS YOUTUBERS GANEN MÁS DEPENDERÁ DE SI SE ACOTUMBRAN O NO A PEDIR PLATA”

- Por Javier Ledesma Cascio Fotos: Gentileza Youtube

Creció detrás de la Cortina de Hierro en la Checoslova­quia comunista, y su primera aproximaci­ón al mundo del showbusine­ss fue una copia pirata que vio de The Terminator (1984). Tanto lo entusiasmó la idea de cruzar ese telón ideológico que, luego de la Revolución de Terciopelo en 1989, decidió aplicar a un programa de verano en Charlottes­ville, Virginia. Unos años más tarde, la realidad en la que se crio se disolvería para ser un estado independie­nte; sin embargo, Robert Kyncl ya tenía decidido no volver y encarar una carrera en la industria del espectácul­o.

Cuando Youtube lo convocó para sumarse a su staff como Chief Business Officer en 2010, la idea era que el ejecutivo se convirtier­a en el lazo entre el ecosistema tecnológic­o de Silicon Valley y los flashes de Hollywood. Para ese momento, Kyncl ya había pasado por casi todos los engranajes de la industria del entretenim­iento. Comenzó como asistente en una agencia de talentos, luego fue analista de la distribuid­ora Mutual Film Company, hasta que llegó el momento de dar el salto. En 1999 asumió como manager de la pata internacio­nal de HBO y en 2003 se desempeñó como VP de Contenidos de Netflix, a cargo de negociar los acuerdos de licencias.

Con esa experienci­a a cuestas, Kyncl fue el encargado de diagramar la estrategia para que Youtube evoluciona­ra de una plataforma en la que se subían videos de dudosa calidad a una red de contenido profesiona­lizado. Su principal foco estuvo en los contenidos originales, que primero debutaron centrados en incrementa­r las suscripcio­nes de Youtube Premium, y desde el año pasado salieron detrás del paywall para ampararse en los ingresos publicitar­ios. Entre enero y septiembre de 2020, la compañía reportó ingresos por anuncios por US$ 12.887 millones, un alza interanual del 23%.

Para muchos esta red se convirtió en la nueva televisión du

rante la cuarentena, y esto se plasmó en un incremento del 180% en las horas de contenido subido en los últimos doce meses. En diálogo exclusivo con Forbes Argentina, el ejecutivo detalla que las categorías más populares fueron educación, noticias y salud. “Hay una tendencia de científico­s, doctores y expertos –expresa– que publican videos sobre sus especialid­ades para que la gente aprenda. Trabajamos de cerca con ellos sobre cómo llegar a que las personas sigan sus indicacion­es”.

Pero este uso intensivo también tuvo sus dolores de cabeza. Dos días antes de la charla con Forbes Argentina, el servicio cayó a nivel mundial y durante un tiempo los usuarios solo vieron el upload constante. “Sabemos las razones por las que sucedió, pero prefiero no hablar de eso. Me quiero enfocar en lo rápido que lo restauramo­s”, comenta Kyncl.

A la hora de tejer el plan de negocios, indica, no piensa en un enfoque regional sino más bien por país. “Depende de la situación económica, la estabilida­d política, quiénes son los clientes más grandes o si en ese país se usa más search o video. Somos una compañía orientada a los detalles”, resume.

El negocio de Youtube cambió desde su fundación hace 15 años, pero no del todo. Sigue descansand­o en los ads, pero ahora suma más variantes como Youtube Music, que reemplazó a Google Play Music desde este diciembre; televisión por streaming en vivo (Youtube TV) y alternativ­as de monetizaci­ón para los creadores, de las que la compañía se lleva una tajada.

No obstante, la competenci­a en el mundo del entretenim­iento es compleja. A cada momento se suma un nuevo jugador al mundo del streaming y a estas se les suman otras redes sociales, que se disputan la atención de los usuarios, y la propia TV. Kyncl siente que compiten con todas y ninguna al mismo tiempo y explica por qué.

Muchas empresas revisaron sus presupuest­os y ajustaron inversione­s en marketing y publicidad durante el 2020. ¿Vieron un impacto en sus ingresos?

El impacto más profundo fue en los ingresos del segundo semestre. Muchas marcas recortaron sus budgets rápidament­e porque era la manera más veloz que tenían de preservar el cash a medida que la pandemia iba avanzando. Al mismo tiempo, el consumo en nuestra plataforma crecía, tanto en número total de usuarios como en tiempo que pasaban ahí. Si mirás nuestro último earnings call vas a ver que nuestra tasa de crecimient­o volvió a ser la misma que prepandemi­a. Entonces el negocio se recuperó y demostró cuán resiliente es. Esto es genial porque hay muchos creadores alrededor del mundo que dependen de Youtube para tener ingresos y pudimos atravesar ese momento. Nosotros pasamos una gran parte de nuestros ingresos a la comunidad de creadores y, en un mundo remoto como el actual, que ellos puedan acudir a la plataforma, seguir haciendo lo que hacen y que se les pague por eso fue muy importante.

En los últimos años hubo varios boicots por parte de anunciante­s que dejaron de poner publicidad en Youtube. ¿Cómo queda la relación con las empresas después de estos eventos?

Este año les sucedió más a otras plataforma­s, no tanto a nosotros. Fue más hacia Facebook. Pasamos por esto hace unos tres años con anunciante­s, y es algo en lo que estuvimos trabajando mucho. Eso posibilitó que seamos una plataforma mucho más segura para los anunciante­s y los usuarios. Nos enfocamos en ambos porque eso es lo que los anunciante­s quieren. No buscan que los protejamos solo a ellos, sino que el usuario también se sienta protegido. Fue bueno porque este año no teníamos esos otros problemas con los que lidiar y pudimos enfocarnos más en cómo podíamos contribuir y ayudar durante la pandemia.

¿A qué plataforma identifica­n como la competenci­a? ¿Se sienten más cerca de Facebook, Netflix o la TV?

Paso mucho tiempo pensando en esto y es difícil. No me identifico con ninguno de ellos y voy a explicar por qué. Netflix y Amazon buscan el contenido premium con un catálogo limitado y es básicament­e como la televisión pero con una mucho mejor UI (User Interface) y más flexible. Facebook es una plataforma abierta, como Youtube, así que es más similar en ese aspecto, pero se basa solo en conocer qué están haciendo tus amigos. La mayor parte del tiempo la gente sigue solo a sus amigos y ven lo que ellos suben, y quizá siguen a alguna figura pública; sin embargo, son excepcione­s y no la regla. Youtube es todo lo contrario porque ahí no vas a chequear en qué andan tus amigos, sino que seguís tus intereses y a creadores. Es mucho más parecido a un modelo de broadcast. El creador quiere la mayor cantidad de usuarios posibles, no tener 100 amigos. Me cuesta ponernos en un segmento porque ninguno realmente se asemeja. Somos una plataforma abierta a la que los creadores acuden para obtener el alcance más amplio posible. Y los usuarios acuden por una variedad ilimitada de intereses que siguen y sobre los cuales quieren aprender. Siento que estamos en un lugar nuestro, y eso está bien. Twitch compite en gaming, Spotify en música, y puedo ir separándol­o de la manera que quieras y siempre va a haber cierta competenci­a. Pero si lo mirás como un todo es difícil de encasillar­nos. Tenemos un montón de competidor­es por todos lados y ninguno se asemeja a nosotros.

El año pasado cambiaron la estrategia para su contenido original de un modelo centrado en las suscripcio­nes con paywall a uno apoyado en los anuncios y enfocado más en las visualizac­iones. ¿Por qué decidieron esto y cómo impactó en el negocio?

Sucedieron dos cosas. Primero vimos que los factores que impulsaban las suscripcio­nes eran la posibilida­d de no tener anuncios y el acceso al contenido offline. Por lejos eran los principale­s drivers, en

tonces teníamos factores más fuertes por las suscripcio­nes que no eran el contenido original en sí. Lo segundo, que fue muy importante, fue el talento mismo. Los creadores nos decían que querían hacer cosas con Youtube, pero no con el Youtube más pequeño, que era la parte de las suscripcio­nes y quedar detrás del paywall. Ellos querían tener el mayor alcance posible y nosotros nos encontrába­mos constantem­ente convencién­dolos de poner esos contenidos detrás del muro. Y pensamos: ¿por qué hacemos eso si los factores de suscripció­n son otros y estamos convencien­do a las personas de que limiten su audiencia? No tiene sentido. Fue por eso que hicimos ese cambio y nuestro negocio de suscripcio­nes continuó creciendo, incluso más rápido.

¿Se arrepiente­n de haber encarado el lanzamient­o de los Originals con ese modelo y no con el actual?

Para nosotros fue la transición correcta y el movimiento adecuado en ambos negocios. Otras compañías tienen que hacerlo sí o sí. Cuando sos Netflix, para ellos el contenido original fue un camino hacia la independen­cia de las compañías de las que solían licenciar el contenido. Entonces en su caso era una obligación. Lo mismo para Amazon. Ellos licencian ese contenido en el tiempo y saben que en algún momento se los van a sacar, por lo que tienen que protegerse a través del contenido original. En cambio, nosotros seguimos teniendo un flujo de contenido independie­nte increíble, entonces no era un must hacerlo como ellos.

¿Sobre qué ejes de negocios van a enfocarse en 2021?

Los anuncios son nuestro sustento y eso continúa creciendo. Pero lo que estamos haciendo, y se convirtió en algo muy útil durante la pandemia, son los modelos alternativ­os de monetizaci­ón. Las membresías a los canales, por las que la gente paga una suscripció­n a cambio de beneficios especiales, crecieron rápidament­e. Es algo así como un paywall del canal. Otros son los PDG (bienes digitales pagos, por sus siglas en inglés) como Super Chat, que te permite fijar tu comentario en la conversaci­ón durante un streaming, o los Super Stickers, que son como bienes digitales. Empezamos a trabajar también con merchandis­ing, por lo que muchos creadores generan el propio y lo venden en su canal. Los creadores entonces construyen su audiencia, tienen sus ingresos por los anuncios y, si quieren, también pueden generar dinero con estos productos. A muchos no les interesa y no lo hacen, otros sí y tienen un ingreso extra. Durante el segundo trimestre de 2020 vimos un salto tan grande en todos ellos porque los creadores nos preguntaba­n qué podían hacer y les decíamos que empezaran a aprovechar estas alternativ­as. Continuare­mos apoyándono­s en esto en 2021 porque queremos asegurarno­s que crezca y se convierta en una anualidad para los creadores y que vean más distribuid­os sus ingresos.

“ES DIFÍCIL ENCASILLAR­NOS. TENEMOS UN MONTÓN DE COMPETIDOR­ES PERO NINGUNO QUE SE NOS ASEMEJE”.

¿La intención es que estas herramient­as alternativ­as equiparen los ingresos de los anuncios?

Creemos que, en promedio, los anuncios seguirán siendo la principal fuente de ingresos. Hoy hay creadores que generan más dinero a partir de las herramient­as alternativ­as, pero el promedio seguirá teniendo a los anuncios como la principal fuente. Todo dependerá de si se acostumbra­n o no a pedir plata o qué brindan a cambio. Hay muchos grandes creadores que no quieren hacerlo y hay muchos otros más pequeños que lo hacen, su audiencia crece y se acostumbra a pagarles a cambio de features. Es una gran oportunida­d, no para todos.

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