Forbes (Argentina)

Martín Mura

- Por Alex Milberg

El ministro de Hacienda y Finanzas porteño analiza el impacto de la pandemia en la economía de la Ciudad, las consecuenc­ias de la quita de la coparticip­ación y la falta de un plan para salir de la coyuntura actual.

El ministro de Hacienda y Finanzas porteño Martín Mura analiza el impacto de la pandemia en la economía de la Ciudad, las consecuenc­ias de la quita de la coparticip­ación y la falta de un plan y la búsqueda de consenso a nivel nacional para salir de la coyuntura actual.

Martín Mura no solo es ministro de Hacienda y Finanzas de la Ciudad de Buenos Aires, también es una de las personas que más conocen al actual jefe de Gobierno de la Ciudad, con quien trabaja codo a codo para mantener sanas las cuentas porteñas. Desde 2015 tiene el mando de uno de los ministerio­s clave para el distrito. Su cartera hoy administra la pandemia y la pelea ante la Corte Suprema por la quita de fondos coparticip­ables.

Año complicado, contexto complicado. ¿Cómo afrontó la Ciudad de Buenos Aires dos temas muy complejos como son la pandemia y la decisión del Gobierno nacional de intervenir en su presupuest­o?

El 2020 fue muy complicado. En marzo la pandemia y en septiembre este decreto que después se convirtió en ley, la cual nos quitó una parte importante de los recursos; la verdad que de manera inconsulta, inconstitu­cional… todo lo que hoy se está tratando en la Corte. La verdad es que, cuando en marzo nos vimos ante esta situación, era bastante difícil prever qué iba a pasar, porque uno puede prever qué pasa cuando hay una recesión, qué pasa cuando la economía crece; ahora, esta era una situación extremadam­ente rara porque se cerraban los comercios, la gente se quedaba en su casa, tenía que cambiar sus hábitos de consumo… Con lo cual todo lo que eran las proyeccion­es económicas y de recaudació­n que teníamos que hacer en ese momento las hicimos sobre bases que no habíamos tenido nunca. En ese momento empezamos a tomar algunas medidas que tuvieron que ver con anticipos de pago de ingresos brutos. Obviamente tuvimos que reducir muchísimo los gastos, hubo gastos que se redujeron por el simple hecho de que al estar cerrado el gobierno no sucedieron; como por ejemplo el plan de infraestru­ctura, gastos que tenían que ver con el Ministerio de Cultura, el de Infraestru­ctura… Hubo que hamacarse fuerte.

¿Ayudó haber refinancia­do las deudas en dólares que arrastraba la Ciudad de años anteriores?

Yo siempre digo que hacer las cosas bien durante mucho tiempo en algún momento se nota. Si querés, los primeros cuatro años de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta se vieron en la transforma­ción que tuvo la ciudad. Llegó un momento en el que hasta nos decían “paren de hacer obras”. Pero, cuando uno hace las cosas bien durante mucho tiempo, obviamente esas cosas suceden, y haber es

tado en una situación económica ordenada en el momento en que llegó la pandemia ayudó también a transcurri­rla. La verdad es que nosotros el refinancia­miento de la deuda, o si querés el cambio de perfil de la deuda de la ciudad, lo iniciamos en el 2016. La ciudad emitió su último bono en dólares en marzo de 2016; a partir de ese momento no emitió un dólar más, justamente porque nosotros lo que veíamos era que había un mercado local que se había abierto y la ciudad no cobra en dólares, la ciudad cobra en pesos; entonces necesitába­mos deber en la misma moneda que cobramos y sacar el riesgo cambiario, que en la Argentina es un riesgo importante. Había tasas atractivas, el país pudo acceder a tasas a las que hacía mucho tiempo no accedía. En ese momento tomamos la decisión de cambiar nuestro mix de moneda. En diciembre del 2015 teníamos un stock de deuda que estaba 90% nominado en dólares y 10% en pesos. En marzo del 2018 llegamos a estar 50% peso, 50% dólares, lo que le valió a la ciudad la calificaci­ón AAA en el mercado local. Hace un mes salimos a buscar financiami­ento porque necesitába­mos $ 17.000 millones y tuvimos ofertas por $ 51.000 millones. Cuando uno es consistent­e con sus cuentas, se nota

que cuida los fondos y que toma decisiones en base a la austeridad y a criterios, eso es valorado.

¿Cómo imaginás una salida para este momento tan complejo que tiene la Argentina a nivel nacional?

Yo creo que la Argentina lo primero que se tiene que plantear. Me parece que es clave tener un plan claro.

¿No lo ves?

Hoy no veo un plan. Veo que hay ciertas acciones o ciertas aspiracion­es que no están plasmadas en un plan. Hoy no tengo claro hacia dónde está yendo la Argentina. Lo primero que tenemos que hacer es decir: “Bueno, nosotros vamos a hacer esto”. Sin lugar a dudas, uno de los pilares de ese plan tiene que ser cómo la Argentina hace para reducir el déficit. O sea, el déficit eterno de la Argentina, que es la madre de todos los problemas: la emisión, la deuda, las renovacion­es, los defaults, las Leliq, las tasas altas… Es toda una cadena que parte de un lugar: cuando gastás más de lo que recaudás. Argentina tiene que entrar en un plan para ver cómo va reduciendo ese déficit. Los primeros mecanismos que se tomaron en Argentina fueron aumentar impuestos, hoy no está en condicione­s de que se pueda seguir aumentando impuestos. Si seguimos haciendo eso el sector productivo va a desaparece­r; la Argentina tiene que salir de la mano del sector privado, todos tenemos que empujar hacia el mismo lado. A mí no se me ocurriría presentarl­e a Horacio un presupuest­o que no tenga superávit económico, donde mis gastos operativos sean mayores que mis recursos corrientes.

Y la pregunta difícil es: ¿de dónde ajustás? En un país con 40%, por lo menos, de pobreza.

Hay que hacerlo de manera inteligent­e. En diciembre de 2019 el déficit primario era del 0,4% del PBI, en enero del 2021, 6,4%. O sea, empezó a dar la vuelta de nuevo el déficit primario. Tenemos que discutir cuál es la forma. Segurament­e no se puede hacer de un día para el otro, pero si vos atrasás tarifas en algún momento te quedás sin servicios, y tampoco la solución es hacer aumentos de un día para el otro que la gente no pueda pagar.

¿Entonces ahí no entramos en el gradualism­o shock, que fue uno de los temas centrales que se siguen discutiend­o hoy del macrismo?

Más que gradualism­o, hay que hacerlo de manera inteligent­e, de manera progresiva. Uno no le puede cobrar a la gente que no puede pagar con aumentos. Ahí es donde está el punto: la inteligenc­ia en la cual uno va ordenando las variables económicas y las variables del presupuest­o nacional. Lo que no podemos volver a hacer es querer seguir aumentando impuestos. El sector productivo argentino no está en condicione­s de que sigan aumentando los

impuestos, no tiene posibilida­d de salir, de producir. Estamos exportando impuestos, nos ponemos muy caros para el mundo; nosotros tenemos que exportar nuestros productos. El recurso humano que tiene la Argentina es la gran ventaja competitiv­a que tiene para salir adelante. Tenemos que utilizar y aprovechar todas esas ventajas competitiv­as, creciendo y siendo muy responsabl­es con el gasto, pero también hay que crecer; o sea, la otra forma de achicar el déficit es creciendo.

Ahí Kulfas estaría de acuerdo con vos, toda la parte de la escuela que dice “El problema no es el déficit”, como si fuéramos Estados Unidos o Japón, “sino que el problema es que hay que agrandar la torta”.

En el país hay cuatro o cinco cosas con las que estoy seguro de que si nos sentamos en una mesa nos ponemos de acuerdo todos. Que la Argentina tiene que crecer, que tenemos que potenciar ciertos sectores y que tenemos que gastar menos de lo que recaudamos. La Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, emite deuda para hacer infraestru­ctura, y no emite deuda para pagar gastos corrientes. El día que la Ciudad de Buenos Aires empiece a emitir deuda para pagar gastos corrientes es el principio del fin, que es lo que le pasa al país. Entonces ahí es donde nosotros tenemos que ponernos de acuerdo en una mesa, y no tengo dudas de que hay cosas en las que tenemos que trabajar: una reforma tributaria, una reforma laboral, un presupuest­o equilibrad­o y la relación con las provincias. Son todas cosas en las que estoy seguro de que tenemos muchas más coincidenc­ias que diferencia­s.

¿Por dónde creés que terminará la inflación en el 2021? ¿Y qué medidas creés que se podrían tomar para poder acotarla lo más posible?

Cuando se viene con un déficit sostenido en el tiempo, ese es padre de la inflación. Que uno tenga déficit en un año como el 2020 (o como puede llegar a ser el 2021) es razonable, todos los países tuvieron déficit. O sea, había que salir a financiar una pandemia que nos agarró por sorpresa y que requirió de gastos y de acompañami­ento al sector productivo. Era bastante difícil pensar en otra cosa que no sea que el Estado ayudara. Después discutamos que si ocho meses... esa es otra discusión. Pero me parece que en años como estos el Estado tiene que estar y ayudar, y posiblemen­te sean los años en los que vaya a tener déficit. Vos mirás el presupuest­o de la Ciudad en 2020 y este va a tener un déficit como no tuvo nunca; pero ya este año se empieza a acomodar. Y veníamos de un superávit primario y de tener los números ordenados. Claramente las herramient­as que se están planteando para reducir la inflación son las mismas que ya fracasaron un montón de veces. Es apretar al sector privado, como con los controles de precios. Me parece que son herramient­as que claramente no van al fondo o a buscar la razón por la cual la Argentina tiene inflación. Tenemos que ser más creativos y otra vez volver a discutir el déficit; obviamente que estos son años más complicado­s que otros, pero sí tenemos que trazar un sendero. No vamos a bajar la inflación de un día para el otro, ni vamos a reducir el déficit de un día para el otro, pero sí tenemos que mostrar un camino de cómo lo vamos a hacer, ser creíbles, que el mundo también vea que estamos yendo hacia algo normal como lo hacen el resto de los países. Y, cuando uno empieza a mostrar esas cosas, el mercado empieza a acompañar.

¿Y tu pronóstico de inflación para el 2021?

A ver, hoy el relevamien­to de mercado habla de que va a estar entre el 40 y el 50 por ciento. Yo espero que no, me encantaría creerle a Guzmán, pero los números no están mostrando eso.

¿Por qué el riesgo país es tan alto? ¿El mundo no nos cree hoy?

¿Por qué nos tendría que creer? Hoy el riesgo país te muestra que el mundo no nos cree. Renegociam­os la deuda hace menos de un año y ya hoy estamos con tasas por arriba del 18 o 19 por ciento. Claramente

ese es el indicador de que el mundo no nos cree. No nos cree o está esperando que le digamos qué vamos a hacer.

Sos uno de los funcionari­os que más conocen a Horacio Rodríguez Larreta …

Desde el año 99.

¿Cuánto se involucra Horacio en las cuentas de la Ciudad?

Las finanzas, los números, los resultados, las medidas yo siempre digo que son su debilidad. Con “su debilidad” me refiero a que lea está encima continuame­nte, es algo que le gusta, es algo que a nosotros, como ministerio, nos acompaña continuame­nte. Siempre está viendo cómo vienen los gastos, cómo vienen los recursos, qué medidas vamos a tomar. Es un obsesivo, tiene un liderazgo respecto de las finanzas y del seguimient­o de la gestión de los números que yo no vi en otros funcionari­os.

“EN LA ARGENTINA HAY QUE TRABAJAR EN UNA REFORMA TRIBUTARIA, UNA REFORMA LABORAL, UN PRESUPUEST­O EQUILIBRAD­O Y LA RELACIÓN CON LAS PROVINCIAS”.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Presión fiscal
Para Mura, si se siguen aumentando los impuestos, el sector productivo va a desaparece­r, y la Argentina tiene que salir de la mano del sector privado.
Presión fiscal Para Mura, si se siguen aumentando los impuestos, el sector productivo va a desaparece­r, y la Argentina tiene que salir de la mano del sector privado.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina