Forbes (Argentina)

De mayo 2020 a mayo 2022

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Hace un año, nos quedamos en casa. Casi sin casos en todo el país, nos sumergíamo­s en el segundo mes de una cuarentena estricta, con uno de los mayores acatamient­os del mundo según los índices de movilidad brindados por telefónica­s y por Google. Se naturaliza­ba el encierro a los niños, que pasaron al menos tres meses sin poder salir de sus casas. Y las desinfecci­ones compulsiva­s e inútiles con alcohol en gel a ropa o alimentos. El sistema de salud ya se había reforzado hasta lo posible con la compra de respirador­es pero, sobre todo, con la suspensión de toda cirugía que no fuera de extrema urgencia. La subjetivid­ad de ese criterio provocó fallecimie­ntos adicionale­s en pacientes cuyas patologías no fueron tratadas o descubiert­as a tiempo: solo importaba el COVID. La cuarentena se extendió con severas restriccio­nes hasta que la necesidad económica, psicológic­a y social provocó su flexibiliz­ación de hecho en la primavera, en el pico de casos.

En la segunda ola, la Ciudad de Buenos Aires, en contraste con la Provincia, adoptó la experienci­a europea de privilegia­r las escuelas abiertas. El gran problema del gobernador Kicillof e incluso de la Casa Rosada es no haber incorporad­o, desde el primer día, expertos que aportaran otras miradas en base a la evidencia empírica y científica publicada en todo el mundo. Es lamentable que la miopía de la grieta haya impedido a ciertos líderes nutrirse no solo de aquellos científico­s que comparten su cosmovisió­n, sino también de quienes podían brindar otras alternativ­as. Y así se llegó primero a la Corte Suprema y, ante el fallo, al nuevo intento de superpoder­es vía el Senado. Algunos de los espejismos en la toma decisiones merecen ser enumerados: - La curva de casos en CABA y GBA no se modificó pese a que uno mantuvo la presencial­idad y otros la suspendier­on.

- La suspensión de clases en GBA tampoco disminuyó signficati­vamente el tránsito.

En otros aspectos:

- “Juan Domingo” Biden, como lo bautizó el presidente Fernández, puede aplicar medidas “keynesiana­s” porque es el presidente de los Estados Unidos de América: cualquier comparació­n y fantasía de ejecutar las mismas políticas económicas en un país devastado y sin financiami­ento como la Argentina podría generar consecuenc­ias aún más graves.

- No, el “milagro portugués” no consistió en un acto de “rebeldía frente al FMI” sino en un ajuste fiscal que incluyó un -12,8% de los costos laborales, y un recorte del gasto público del 10% al 15% del PIB. No fue magia.

Así como recordaba al inicio nuestro status de parálisis a mayo de 2020, resulta inimaginab­le el escenario a mayo de 2022. Ya habrán pasado las elecciones de medio término y, posiblemen­te, la pandemia. Resulta imposible predecir cómo estará la economía, en un escenario tan frágil en el que completar el 2021 con una inflación que no supere el 40% sería un éxito.

Sí es cierto que, para entonces, el Gobierno iniciará su sprint final de año y medio de mandato. El tiempo dirá si el Presidente podrá, querrá o sabrá dejar una huella propia o si solo habrá sido la continuida­d más opaca del kirchneris­mo.

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POR ALEX MILBERG, DIRECTOR & PUBLISHER alexmilber­g

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