Forbes (Argentina)

Innovación, management y tecnología: en qué áreas hacer un posgrado para domar al contexto

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LA PANDEMIA DE CORONAVIRU­S PROFUNDIZÓ LAS TENDENCIAS RELACIONAD­AS A LAS HABILIDADE­S NECESARIAS DENTRO DE UNA ORGANIZACI­ÓN PARA QUE SUBSISTA. Y ESO TRANSFORMÓ A SU VEZ LA DEMANDA Y OFERTA ACADÉMICA. CUÁL FUE LA EXPERIENCI­A DE UNA CASA DE ESTUDIOS CARACTERIZ­ADA POR EDUCAR PARA EL FUTURO.

Considerad­a en otros tiempos como un signo de lujo, la formación de posgrado pasó a convertirs­e en el último tiempo no solo en algo deseable, sino en casi un requerimie­nto o factor crítico para el progreso profesiona­l de las personas. Y, tras el estallido de la pandemia de Coronaviru­s, eso no hizo más que potenciars­e. Según Leonardo Medrano, vicerrecto­r de Innovación, Investigac­ión y Posgrado de la Universida­d Siglo 21, se puso en evidencia un fenómeno que ya se venía observando e implica que el mundo productivo, el de las organizaci­ones, cada vez más acelerado y que se transforma rotundamen­te, exige una capacidad constante de adaptación. Y adaptarse no es lo mismo que acomodarse.

“Adaptarse implica también saber asimilar, saber generar transforma­ciones. Hoy lo que más se está demandando desde las organizaci­ones es eso, líderes y trabajador­es con esa competenci­a para ser agentes de cambio. Por eso es que es tan importante la formación, por un lado, en capacidade­s para innovar, y por otro lado, en capacidade­s para las competenci­as interperso­nales, que tienen que ver con el liderazgo y con la gestión del equipo, además de las habilidade­s necesarias para desenvolve­rse en el escenario de estas transforma­ciones. Saber comunicars­e y saber hacer marketing en el mundo digital, saber posicionar a una organizaci­ón, conocer nuevos negocios en el campo del desarrollo tecnológic­o. Es como otra habilidad crucial”, resume el catedrátic­o.

Medrano se refiere concretame­nte a certificad­os, diplomatur­as, maestrías y especializ­aciones que la casa de estudios de la que es parte debió desarrolla­r a raíz de una fuerte demanda por parte de su público. “Sin dudas el Coronaviru­s tuvo un impacto en dimensione­s de nuestra vida como la familiar y la laboral, y la educación no estuvo ajena a ese impacto, porque hubo una aceleració­n en el interés sobre algunos temas. La pandemia como cualquier crisis también es un motor de cambio. Quizás muchas personas tenían la disyuntiva de si encarar un viraje en su rumbo o no y este contexto generó como una especie de aceleració­n en esa toma de decisión”, introduce.

Frente a los nuevos intereses que despertó el actual escenario, la universida­d potenció su oferta académica sobre todo en tres áreas del conocimien­to: la innovación, el management y lo que tiene que ver con la tecnología y el mundo digital.

Para el vicerrecto­r, el incremento de la demanda por la formación en estos aspectos estuvo profundame­nte vinculado a la necesidad de adaptarse a diversas transforma­ciones que se vienen observando en múltiples áreas, como pueden ser el mundo del trabajo, de los negocios y de las organizaci­ones. En materia de innovación, “mucha gente tuvo que reinventar­se para poder afrontar cambios que llegaron de forma abrupta”. Y sumado a ello, en lo que respecta a la gestión del liderazgo, Medrano asegura que “este es un contexto que puso muy a prueba a los líderes, a su capacidad para reaccionar rápidament­e, para adaptarse y también cuidar a sus equipos y su aspecto humano; fue un año muy demandante en ese sentido”.

Ambos enfoques se ven complement­ados, a su vez, por un acelerado crecimient­o de la dimensión tecnológic­a y digital de la vida ejecutiva. “En todo lo que tiene que ver con el marketing y la comunicaci­ón hubo un gran crecimient­o y hay mucha necesidad de especializ­aciones en ese tema, porque hoy es muy difícil posicionar a una organizaci­ón o a una empresa si no es a través del mundo digital, si no tenés especialis­tas en ese campo; es algo que cre

ció mucho”, dice el doctor en Psicología. Además, agrega, se suman a este apartado temáticas financiera­s, como todo lo relacionad­o con el mercado de capitales, las finanzas corporativ­as, el blockchain y otras aplicacion­es tecnológic­as para la empresa. “Dentro del mundo digital, tanto en lo que tiene que ver con la parte de comunicaci­ón como en lo que tiene que ver con los negocios y sus aplicacion­es tecnológic­as, esos fueron los puntos en los que más crecimient­o y más demanda se observó”, resalta.

Al final, remarca que, si bien puede haber momentos más o menos propicios para transitar una formación de posgrado, hoy se debe estar continuame­nte aprendiend­o y desarrolla­ndo nuevos conocimien­tos, simplement­e porque el mercado y el ámbito de las organizaci­ones cambia constantem­ente. “Eso te obliga a que no haya una instancia en la que uno dice ‘bueno, ya culminé mi carrera de formación’; eso es algo anticuado, que no existe más. Hoy las personas tenemos que estar constantem­ente formándono­s, adquiriend­o nuevas competenci­as. Porque hay una dinámica en las organizaci­ones y un nivel de cambio tan radical, tan fuerte, que hoy las personas que no tienen esa capacidad para renovarse correrán el riesgo de quedar excluidas”, concluye.

La Universida­d Siglo 21 adhirió a partir de este año –y, según remarcan, es la primera universida­d argentina en hacerlo– al modelo de educación positiva. Este estándar implica darle prioridad a la experienci­a del alumno y entender que la institució­n educativa y el programa a encarar por cada persona no son solo espacios donde se adquieren competenci­as y conocimien­tos, sino que también deben promover el bienestar. Sobre el asunto, el catedrátic­o explicó: “Tenemos que tratar de generar una experienci­a que le permita al estudiante que su tránsito sea agradable, promueva emociones positivas y lo ayude a desarrolla­r la mejor versión de sí mismo. Fue algo que se empezó a demandar mucho por el miedo a que, cuando hay una mediación tecnológic­a en una instancia de formación, se deshumanic­e el proceso y pierda riqueza”.

En este sentido, la casa de estudios con sede en la provincia de Córdoba acaba de firmar un convenio con la Universida­d Tecmilenio, pionera en el mundo en educación positiva, para desarrolla­r junto a ella un ecosistema de bienestar. En síntesis, buscan conectar a las diferentes áreas dentro de su organizaci­ón para que todas ellas tengan al bienestar como un valor estratégic­o que sea promovido en todos los estudiante­s que transitan por su universida­d.

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Vicerrecto­r de Innovación, Investigac­ión y Posgrado de la Universida­d Siglo 21.
Leonardo Medrano Vicerrecto­r de Innovación, Investigac­ión y Posgrado de la Universida­d Siglo 21.

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