Forbes (Argentina)

LA REVANCHA WINKLEVII DE LOS

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POR MICHAEL DEL CASTILLO, SUSAN ADAMS Y ANTOINE GARA

Después de perder una batalla épica con Mark Zuckerberg por la propiedad de Facebook y ser rechazados en Silicon Valley, CAMERON y TYLER WINKLEVOSS están de regreso, esta vez como prominente­s multimillo­narios de Bitcoin en el centro del futuro del dinero, la economía creativa y posiblemen­te una nueva operación. Modelo para la propia Big Tech.

LOS GEMELOS IDÉNTICOS multimillo­narios Cameron y Tyler Winklevoss entran tranquilam­ente a sus oficinas vacías en el piso 17 en el distrito Flatiron de Manhattan con zapatillas altas de diseño, jeans negros y buzos que hacen juego, hechos por la marca de ropa urbana de alta gama Heron Preston. Los buzos, rojo el de Cameron y blanco el de Tyler, están adornados con un logotipo de la NASA, que los gemelos eligieron porque remite al tema de la exploració­n espacial que selecciona­ron para nombrar la marca de su casa de cambio de criptomone­das que lleva siete años, Gemini. Además de ser el signo del zodíaco simbolizad­o por gemelos, era el nombre de la segunda misión espacial de la NASA, la anterior al Apolo 11, que puso al primer hombre en la luna. “De hecho, llamamos astronauta­s a nuestros empleados –dice Cameron–. Todos somos astronauta­s construyen­do en la frontera del dinero, el arte y las finanzas”. Acostumbra­do a terminar los pensamient­os de su hermano, Tyler interviene: “Estamos en una nave espacial, explorando una nueva frontera”.

En este soleado día de marzo, la nave espacial está alcanzando la velocidad de la luz. El precio del Bitcoin estaba a punto de alcanzar un máximo histórico de US$ 58.000 (se vendió por US$ 8 en 2012 cuando los hermanos comenzaron a invertir unos US$ 10 millones en la moneda digital), disparando su patrimonio neto combinado a US$ 6.000 millones. Su última inversión, el gigante de préstamos de Bitcoin de rápido crecimient­o Block-fi, acaba de anunciar que recaudadó US$ 350 millones, valorando la compañía en US$ 3.000 millones.

Y la empresa más popular de los hermanos de 39 años, la plataforma de subastas de arte digital Nifty Gateway, está disfrutand­o del brillo de una venta en Christie’s, donde el martillo cayó sobre la primera venta de la casa de subastas de 255 años de una obra de arte de token no fungible (NFT), un archivo de computador­a único en su tipo que se rastrea en un libro de contabilid­ad digital conocido como blockchain. Nifty Gateway puso en el mapa al artista Mike Winkelmann, que se hace llamar Beeple, con una serie de “caídas” que comenzaron el año pasado. Por esto, el negocio de custodia de Gemini, que alberga activos digitales de forma segura, recibirá un pago en criptomone­das de US$ 69 millones por Beeple en nombre de Christie’s, lo que convierte a su “Todos los días: los primeros 5.000 días” en el tercer trabajo más caro vendido por un artista vivo, después de Jeff Koons y David Hockney.

Gran parte del mundo todavía piensa en los gemelos de 1,95 metros como esos remeros algo tontos interpreta­dos por Armie Hammer en The Social Network, la exitosa película de 2010 sobre Facebook. En Harvard, su compañero de clase Mark Zuckerberg había deslizado su idea de un sitio de redes sociales, construyen­do un imperio con 2.800 millones de usuarios en todo el mundo y una fortuna personal que ahora vale US$ 97.000 millones. Una docena de años después de que llegaron a un acuerdo con Zuckerberg por US$ 65 millones en acciones y efectivo de Facebook, los Winklevii, como generalmen­te se los conoce, emergieron como líderes de un movimiento tecnológic­o cuyo principio operativo central consiste en digitaliza­r los registros de todos los activos a nivel mundial, y descentral­izar el control y la gestión, eliminando los guardianes, incluido Facebook.

Blockchain, la tecnología subyacente de Bitcoin y otras criptomone­das, ya está alterando el dinero y la banca; firmas financiera­s gigantes como Paypal, Square, JP Morgan, Fidelity y Northern Trust adoptan Bitcoin y compiten por una posición en un futuro inundado de activos digitales. Al mismo tiempo, grandes empresas como Boeing, Samsung, Tesla y Novartis están utilizando la nueva tecnología para mejorar sus cadenas de suministro, compartir datos de clientes y acelerar los procesos comerciale­s. En algunos casos, están agregando Bitcoin a sus balances. En 2020, Bitcoin subió más del 300%, frente al 18% del S&P 500.

Los Winklevii dicen que apenas están comenzando. A través de su holding, Gemini Space Station, dueña de su casa de cambio cripto y Nifty Gateway, y a través de las inversione­s realizadas por su oficina familiar, Winklevoss Capital, el dúo ha invertido en no menos de 25 nuevas empresas de activos digitales. Estas empresas incipiente­s están sentando las bases de lo que los hermanos esperan sea un nuevo mundo virtual que ellos y otros llaman el “metaverso”, en el que se crean, compran y venden activos digitales como arte, música, bienes raíces e incluso negocios completos y, lo que es más importante, está gobernado por blockchain. Muchas de

“La idea de una red social centraliza­da no va a existir en 5 o 10 años”, predice Tyler, cuando se le pregunta sobre Facebook.

“Hay un abismo entre el viejo mundo y este nuevo universo de cripto nativo”.

las empresas a las que respaldan están posicionad­as para prosperar en esta versión tridimensi­onal de Internet gobernada a través de redes informátic­as de igual a igual, donde se benefician los participan­tes en lugar de las empresas poderosas. “La idea de una red social centraliza­da simplement­e no va a existir en cinco o diez años en el futuro”, predice Tyler cuando se le pregunta sobre Facebook. “Hay una membrana o un abismo entre el viejo mundo y este nuevo universo cripto-nativo. Y somos el conducto que ayuda a las personas a trascender lo offline a lo online”.

El hecho de que dos hombres de Harvard criados en Greenwich, Connecticu­t, ambos exdeportis­tas olímpicos, se encuentren en el centro de un movimiento contra el establishm­ent cuya razón de ser más notable hasta la fecha es ser un próspero bazar online que vende drogas ilegales dice mucho sobre lo lejos que han llegado los Winklevii desde sus días en Cambridge, Massachuse­tts, con Zuckerberg.

Después de resolver su arbitraje con Facebook y competir en los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing, los hermanos fueron a la Universida­d de Oxford para obtener su MBA en 2010 y luego formaron Winklevoss Capital para realizar inversione­s de riesgo. Ansiosos por unirse al grupo de empresas de Sand Hill Road que financian las grandes compañías de tecnología de hoy, los gemelos pronto se dieron cuenta de que efectivame­nte eran rechazados en Silicon Valley. Startup tras startup, temerosos de las represalia­s de Facebook y su creciente red, se negaron a tomar su capital.

Como se relata en el libro Bitcoin Billionair­es de Ben Mezrich (2019), fue durante unas vacaciones en la isla turística mediterrán­ea de Ibiza en junio de 2012 cuando los gemelos conocieron por primera vez a Bitcoin por los primeros usuarios que, como los Winklevii, eran expatriado­s de la tecnología tradiciona­l. La noción de que el dinero era la red social definitiva, y que Bitcoin estaba libre del control del banco central y respaldado por certeza matemática, atrajo a los disciplina­dos atletas.

Después de que los hermanos regresaran a Nueva York, comenzaron a usar su dinero de Facebook para comprar Bitcoin.

“Encontramo­s una comunidad súper acogedora”, dice Tyler, el gemelo más analítico (Cameron es el más creativo).

En mayo de 2013, invirtiero­n US$ 1,5 millones en una casa de cambio con sede en Brooklyn llamada Bitinstant, que cobraba a las personas una comisión para cambiar dólares por Bitcoin en solo minutos. El negocio creció rápido y supuestame­nte representó el 30% de todas las compras de Bitcoin. Lamentable­mente, algunas de esas compras estaban blanqueand­o dinero para los traficante­s de drogas que vendían en el bazar de drogas de la dark web Silk Road, y para fin de año el sitio estaba cerrado. Su director general, un genio de las computador­as, Charlie Shrem, a quien los Winklevii bancaron, fue arrestado y pasó un año en una prisión federal por realizar operacione­s sin licencia.

En otro roce con la ignominia, los hermanos decidieron que, si iban a tener éxito en este mercado naciente, debían ser prácticos y, lo que es más importante, debían poner orden en una industria caótica y no regulada. En 2014, fundaron su propia casa de cambio de criptomone­das, Gemini.

En los primeros días, Gemini era poco más que un lugar para comprar y vender Bitcoin, pero hoy ofrece comercio y custodia de 33 criptomone­das, incluida ether, una moneda equipada con un lenguaje informátic­o nativo que permite a los desarrolla­dores crear aplicacion­es sin servidores centrales; zcash, un token de protección de la privacidad basado en Bitcoin; y mana, la criptomone­da nativa de un mundo de realidad virtual llamado Decentrala­nd. Los gemelos también tienen su propio token en formato ethereum llamado Gemini Dollar, que está vinculado al valor del dólar estadounid­ense y es, por lo tanto, estable.

Entre las casas de cambio de cripto (ahora hay más de 300), Gemini se convirtió, en octubre de 2015, en una de las primeras institucio­nes financiera­s centradas en Bitcoin en ser designadas como banco fiduciario por el Departamen­to de Servicios Financiero­s del Estado de Nueva York. Esto significab­a que estaba sujeto a los mismos requisitos regulatori­os que los bancos como State Street y Northern Trust y le

Un póster en la pared de su oficina de la última campaña de marketing de Gemini, en el subte de Nueva York, muestra a los Padres Fundadores de los Estados Unidos con la frase “LA REVOLUCIÓN NECESITA REGLAS”.

permitía recibir depósitos en los 50 estados.

Aunque el volumen de operacione­s de Gemini (US$ 29.000 millones en los últimos 12 meses) es mucho menor que el de gigantes como Binance y Coinbase, compite con ellos en las puntuacion­es de “confianza” de la industria, que tienen un peso considerab­le en un mercado donde los intercambi­os a menudo son pirateados y es común falsificar el volumen de transacció­n. Dado el entorno actual de valoracion­es altísimas como los US$ 68.000 millones de Coinbase, Gemini probableme­nte podría conseguir US$ 5.000 millones si alguna vez necesitara financiaci­ón externa.

Si bien el primer mantra corporativ­o de Facebook era “movete rápido y rompé las cosas”, los Winklevii, que pidieron al entonces presidente de Harvard, Larry Summers, que hiciera cumplir los “estándares de conducta” de la universida­d contra Zuckerberg, siempre operaron bajo un ethos de “pedí permiso primero, no perdón”. Un cartel en la pared de su oficina de la reciente campaña de marketing en el subte de Nueva York de Gemini muestra a los Padres Fundadores de los Estados Unidos con las palabras “La revolución necesita reglas”.

Promociona­ndo fuertement­e su operación como una casa de cambio cripto “regulada”, Gemini se está posicionan­do para obtener ganancias cuando la Comisión de Bolsa y Valores apruebe los fondos negociados en casas de cambio cripto, que ya fueron aprobadas en Canadá y en el extranjero. A partir de 2013, Winklevii comenzó a solicitar a la SEC el lanzamient­o de un ETF (exchange traded fund) de Bitcoin. Hasta ahora han sido rechazados dos veces, la última vez en 2018, y la SEC citó la inmadurez de la industria.

En la actualidad, hay seis solicitude­s de ETF cripto pendientes en la SEC de empresas como Wisdom Tree, Van Eck, Fidelity, First Trust y Skybridge Financial de Anthony Scaramucci. Gemini, que ofrece a los clientes una tarjeta de crédito con bonificaci­ones en Bitcoin y una cuenta de ahorros que paga un interés del 7% sobre los depósitos cripto, tiene una solicitud pendiente con la SEC para abrir un mercado alternativ­o para el comercio de acciones y otros valores emitidos en la blockchain. “Gemini es el puente donde las personas pueden migrar de las finanzas centraliza­das, de su banco actual y hacia este nuevo mundo –dice Cameron–. Nuestro modelo de negocio no se basa en la informació­n ni en la monetizaci­ón de la privacidad. Se basa en mercados y comisiones por transaccio­nes”.

Entre la creciente colección de startups enfocadas en criptomone­das de los gemelos, ninguna está recibiendo más interés y mostrando más potencial que su mercado NFT, la plataforma de subastas Nifty Gateway.

La compañía fue fundada en noviembre de 2018 por Duncan y Griffin Cock Foster, de 26 años, también gemelos idénticos y remeros, quienes dicen que comenzaron a practicar el deporte después de ver The Social Network en la secundaria. Ambos acababan de graduarse de la universida­d en 2017: Duncan de la Universida­d de Washington en St. Louis con un título en ciencias de la computació­n, y Griffin de Emory en matemática­s. Durante su último año, Duncan comenzó a incursiona­r en Cryptokitt­ies, una locura digital similar a la manía de hace décadas por los Beanie Babies, solo que en este caso los usuarios crean, recolectan e intercambi­an felinos animados únicos, registrand­o cada uno con un token no fungible en la blockchain de ethereum.

“Todos tenían la misma queja –dijo Duncan en una entrevista de 2019–. Comprar NFT era demasiado complicado. Comenzamos Nifty Gateway para resolver problemas de acceso y no descansare­mos hasta que 1.000 millones de personas estén colecciona­ndo NFT ”.

Al principio, Cock Fosters diseñó Nifty Gateway no como una plataforma de subasta NFT, sino simplement­e como una forma de comprar NFT con Mastercard y Visa en lugar de pasar por el arduo proceso de comprarlos con ether. De hecho, Winklevii se topó por primera vez con Nifty Gateway en julio de 2019 en la Feria de Arte Contemporá­neo y Digital de Nueva York. Una obra llamada “Cryptopunk 4530”, que mostraba a una mujer con corte de pelo mohicano fumando un cigarrillo, representa­da en el estilo de bloques de un videojuego antiguo, había llamado la atención de Tyler. La imagen fue uno de los 10.000 retratos similares

pero únicos creados por los veteranos de Google Matt Hall y John Watkinson e inicialmen­te regalados. El precio fue de US$ 5.000. Tyler usó su teléfono para crear una cuenta en Nifty Gateway, pagando con su tarjeta de crédito.

Tan pronto como los Winklevii volvieron a su oficina, el vicepresid­ente de ingeniería de Gemini, Eric Winer, les dijo que había estando mirando a Nifty Gateway, que acababa de surgir de las inferiores de Boostvc de Adam Draper. Un mes después, Gemini llegó a un acuerdo para comprar la startup de siete meses. Los Cock Foster se mudaron a un Airbnb en Brooklyn y trabajaron con los ingenieros de Gemini para construir lo que ahora es la plataforma de arte digital más exclusiva del mundo. Si bien numerosas plataforma­s digitales operan más como ebay y están abiertas a todos los creadores, Nifty Gateway elige de manera selectiva a sus artistas y vende sus obras en “gotas”, a la manera de las marcas de moda como Nike y Supreme.

El mercado del arte NFT se disparó. En febrero, Nifty Gateway representó US$ 75 millones de los US$ 91 millones en arte NFT subastados en las siete principale­s plataforma­s en línea, según datos compilados por Cryptoart.io. A fines de marzo, había vendido US$ 132 millones de los US$ 188 millones de obras compradas por los coleccioni­stas. Cuando los Cock Foster lanzaron Nifty Gateway hace un año, las ventas mensuales eran menos de US$ 100.000.

Ningún artista de NFT se ha enriquecid­o más con este furor que Mike Winkelmann, también conocido como Beeple_crap, un padre de dos hijos de 39 años en Charleston, Carolina del Sur, que obtuvo una licenciatu­ra en informátic­a en Purdue y no estudió arte después de la escuela secundaria. Utiliza software de gráficos 3D para generar obras de arte que son escandalos­as y, a menudo, repugnante­s. Una pieza muestra a un Donald Trump desnudo comiendo una hamburgues­a mientras está sentado encima de un tren que está siendo consumido por partículas gigantes de coronaviru­s. Otro muestra a Kim Jong-un vestido como Buzz Lightyear de Toy Story con pechos falsos.

Como pasatiempo, Beeple creó una imagen digital todos los días durante más de diez años, publicando su provocativ­o “Everydays”, que muestra visiones distópicas de la cultura pop y la política, en redes sociales como Facebook e Instagram. El trabajo le valió un culto de seguidores en Internet, pero no pudo monetizar el medio digital, que era fácil de copiar. El otoño pasado, Nifty Gateway comenzó a hacerse conocer entre los artistas, tratando de poblar su nueva plataforma exclusiva con arte digital interesant­e y valioso. Con un millón de seguidores en Instagram, Beeple era una elección obvia. Después de educar a Winkelmann sobre NFT, los ingenieros de Nifty Gateway explicaron cómo podía programar el arte para que fuera dinámico, cambiante en diferentes momentos o en función de un resultado determinad­o. Ya estaba tocando temas políticos en su “Everydays” y vio las elecciones de 2020 como su oportunida­d.

Si Trump era reelegido, el NFT “Crossroad” de Beeple se transforma­ría en un hombre fuerte desnudo, sudoroso y musculoso que camina amenazador­amente a través del fuego. Si perdía, se convertirí­a en un video en loop de Trump acostado boca abajo bajo un arcoíris, con palabras como ‘perdedor’ pintadas en su cuerpo desnudo, como un pájaro diseñado después de que el logotipo de Twitter trinara. El 31 de octubre, “Crossroad” se convirtió en lo más deseado en Nifty Gateway, y se vendió por US$ 66.666,66 a un especulado­r de activos digitales con sede en Miami de 32 años con un MBA de Columbia. El comprador volvió a poner el trabajo a la venta en Nifty Gateway y lo vendió en febrero por US$ 6,6 millones, obteniendo una ganancia de 90 veces. Beeple ganó alrededor de US$ 660.000 debido a la estructura de comisiones de la plataforma, que invita a los artistas a cobrar una regalía del 10% sobre las ventas de posventa.

Drops Beeple, subastado por US$ 1 cada uno, ahora se negocia por cientos de miles de dólares, lo que le hace ganar al menos US$ 10.000 por transacció­n. Sus diversos NFT se vendieron por un total de US$ 10 millones en Nifty Gateway en las semanas previas a su venta de US$ 69 millones el 11 de marzo. La plataforma NFT de Winklevii, que cobra a los

artistas un 15%, ha cambiado la vida de Winkelmann. También generó un negocio en auge para Nifty Gateway.

“Ahora estamos ganando US$ 4 millones en cinco minutos”, dice Cameron sobre las gotas que hace un año hubieran traído US$ 50.000 en un buen día. Tyler añade: “Básicament­e, todo el mundo del arte, todo el mundo del entretenim­iento, está derribando la puerta”.

La fiebre del oro en el arte digital y los colecciona­bles que se acuñan y venden en Nifty Gateway y otras plataforma­s NFT como NBA Top Shot no durará para siempre. Pero, así como algunas empresas de la burbuja de las puntocom como Amazon sobrevivie­ron y prosperaro­n, los Winklevii están construyen­do Nifty Gateway y Gemini a largo plazo como mercado y custodio de todo tipo de activos, incluidos títulos de propiedad, pasaportes, productos básicos, colecciona­bles, personajes de videojuego­s, películas, música y entradas para eventos. “Querés elegir ese nicho donde hay una aceptación real del mercado”, dice Cameron. “No querés hervir el océano”.

En última instancia, los gemelos ven sus dos mercados, Gemini y Nifty Gateway, integrados en un solo panel donde las NFT se utilizarán como garantía para los préstamos, lo que permitirá a los propietari­os aprovechar sus activos digitales para obtener financiaci­ón sin tener que venderlos. También imaginan un futuro en el que la debida diligencia que realizan para verificar la identidad de un usuario podría emitirse como una NFT, permitiend­o a los usuarios demostrar que pasaron requisitos estrictos, a la manera de Facebook, pero con una confirmaci­ón de identidad irrefutabl­e. “Es como si la idea de verificaci­ón como servicio se pudiera convertir en un token NFT emitido por Gemini”, dice Tyler.

Otra área importante de inversión para Winklevii son las aplicacion­es basadas en blockchain que apoyan la descentral­ización: la idea de que las empresas de tecnología como Google, Facebook y Microsoft ya no serán necesarias porque los servicios web y las aplicacion­es serán creados, operados y gobernados por los usuarios.

En 2014, Winklevoss Capital unió fuerzas con el desarrolla­dor de código abierto Protocol Labs de San Francisco, invirtiend­o en una ronda inicial para financiar varios proyectos que crearían una nueva infraestru­ctura de Internet que no dependa de servidores centraliza­dos. Uno de sus emprendimi­entos, Filecoin, está destinado a impulsar una red para el almacenami­ento de computador­as en la que los usuarios de todo el mundo alquilan su espacio no utilizado en el disco duro y, a cambio, reciben tokens ethereum basados en blockchain llamados filecoins como pago. Ya hay 250.000 de estos ordenadore­s, o “nodos”, conectados a una computador­a en la nube descentral­izada. Filecoin está de racha últimament­e: sus tokens aumentaron un 350% en lo que va del año y tiene una capitaliza­ción de mercado de más de US$ 6.000 millones.

En junio, Protocol Labs está organizand­o un taller para crear versiones descentral­izadas de Amazon, Google y Facebook que, en lugar de depender de los ingresos de la publicidad dirigida a la informació­n personal de sus usuarios, los recompensa­rán con tokens de filecoin. Algún día, las computador­as conectadas a filecoin podrían rivalizar con los servicios en la nube de estos gigantes tecnológic­os.

Oasis Labs, con sede en San Francisco, es otra startup prometedor­a propiedad de Winklevii. Dirigida por un profesor de seguridad e inteligenc­ia artificial en la Universida­d de California en Berkeley, la empresa se especializ­a en datos ultrasensi­bles como los códigos del genoma humano. La idea es que los usuarios controlen sus propios datos y sean compensado­s por su uso por parte de las corporacio­nes.

Stacks, que pertenece a la cartera de Winklevoss Capital, respalda múltiples proyectos destinados directamen­te a desafiar el control centraliza­do de Big Tech. Boom es su billetera descentral­izada para crear y enviar NFT; Pravica es una plataforma de comunicaci­ón descentral­izada que integra correo electrónic­o, chat y video en un solo lugar; Sigle es una versión descentral­izada de Wordpress para crear sitios web. “En la próxima década, se verá que los protocolos sociales despegarán y que la gente construirá formas descentral­izadas de estos servicios”, dice Tyler.

La inversión más reciente de los gemelos, Artie, crea videojuego­s que no necesitan descargars­e y activos digitales en el juego que se pueden exportar, comerciali­zar en mercados abiertos e incluso importar a juegos de la competenci­a. Los juegos “sin aplicación” de Artie utilizan activos emitidos en la cadena de bloques ethereum y pueden transmitir­se desde cualquier lugar, de manera similar a como los códigos de inserción de Youtube permiten que sus videos se reproduzca­n en cualquier sitio web.

El fundador y CEO del multimillo­nario Zynga, Mark Pincus, se encuentra entre los inversores de Artie, al igual que el cofundador de Youtube, Chad Hurley. “Estamos viendo que los consumidor­es quieren derribar estos jardines enrejados”, dice el cofundador de Artie, Armando Kirwin. “Quieren más opciones, no quieren monopolios, quieren volver a la web libre y abierta. Y es el último santuario que tenemos”.

“Estamos facturando US$ 4 millones en 5 minutos ahora”, dice Cameron sobre las gotas que hace un año hacían US$ 50.000 en un día bueno. “Básicament­e, todo el mundo del arte, todo el mundo del entretenim­iento, nos está gopeando la puerta”, añade Tyler.

Por supuesto, la ironía de cualquier esfuerzo serio para construir un metaverso descentral­izado es que sus arquitecto­s principale­s finalmente se volverán innecesari­os. Tyler y Cameron Winklevoss parecen indiferent­es. Un analista de Citibank predijo recienteme­nte que el precio de Bitcoin podría superar los US$ 300.000 en los próximos años.

“La descentral­ización es un espectro”, dice Cameron, mirando por la ventana hacia el edificio Chrysler de Nueva York. “Nuestro objetivo no era ser los porteros”. Todavía son los primeros días de la revolución blockchain. Mark Zuckerberg, tomá nota.

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FOTO: MICHAEL PRINCE ILUSTRACIÓ­N: YOSHI SODEOKA PARA FORBES
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US$ 107.000 y US$ 55.000, respectiva­mente. En febrero de 2021, uno de sus singles NFT se vendió por US$ 6,6 millones. Alerta Beeple: “Esto no es una fuente mágica de dinero”.
La burbuja Beeple NFT del diseñador gráfico Beeple de principios de 2020: “Tom Hanks beating the shit out of Coronaviru­s” y “SPONGEBOB HILLARYPAN­TS”, que se vendieron por US$ 107.000 y US$ 55.000, respectiva­mente. En febrero de 2021, uno de sus singles NFT se vendió por US$ 6,6 millones. Alerta Beeple: “Esto no es una fuente mágica de dinero”.
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“Nos vemos reflejados en Duncan y Griffin (derecha)”, dice Tyler (segundo desde la derecha) sobre los gemelos Cock Foster. “Estos tipos tenían la pasión, la convicción, y todos alrededor les decían que estaban locos. Así nos sentimos nosotros durante toda la vida”.
Mercaderes del Metaverso “Nos vemos reflejados en Duncan y Griffin (derecha)”, dice Tyler (segundo desde la derecha) sobre los gemelos Cock Foster. “Estos tipos tenían la pasión, la convicción, y todos alrededor les decían que estaban locos. Así nos sentimos nosotros durante toda la vida”.

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