Un click puede cambiarlo todo
No es una novedad que el mundo cambió. Y mucho. En 2020, se modificaron nuestras rutinas, nuestros espacios, cómo compramos, cómo nos relacionamos y hasta los modos en los que trabajamos o nos entretenemos.
En mayo de 2020, hace exactamente un año, la consultora internacional Mckinsey ya había adelantado que en ocho semanas se había avanzado cinco años con la adopción digital.
Personalmente, creo que esto también fue un desafío profesional. Porque, mientras todo esto sucedía en el mundo, tenía que establecer campos de acción y un norte para una compañía como Logitech. Seguramente muchos se sentirán identificados cuando vieron que sus planes anuales se transformaban en concretos casi idílicos. Y también cómo la flexibilidad se tornaba un valor corporativo.
En pocas semanas pasamos de comprar en shoppings a que la rutina sea scrollear en tiendas online o recibir paquetes en la puerta de casa. Seguramente muchos ya lo hacíamos, pero la masificación aparejó una demanda sin precedentes.
En nuestro caso, el impacto en la demanda fue el doble que en cualquier otro año registrado. Lo que sucedió es que, por ejemplo, muchos debían equiparse para la modalidad home office, para sobrellevar cuando suceden varias reuniones en un mismo ambiente o se mezcla el Zoom de los chicos con el status diario. En esa primera etapa de demanda y por esos motivos, lo más requerido fueron ítems que suplían una necesidad inmediata.
Luego, pasaron las semanas y continuábamos con el mismo panorama, pero con la necesidad de conectarnos con el entretenimiento. Antes los desplazamientos quitaban tiempo libre, que ahora podía ser dedicado a los hobbies y el esparcimiento.
Así, comenzó la segunda etapa. Previo a la pandemia de Covid-19, el gaming y los esports ya se encontraban en franco ascenso. Pero el contexto los enfrentaba a una escalada histórica. En ese punto, los consumidores buscaron equipamiento con necesidades específicas para el juego online, como también webcams: las transmisiones en diversas plataformas comenzaron a ser parte de la rutina nocturna de muchos.
Los creadores de contenidos contaban con una oportunidad única: tenían espacios gratuitos, atención de la gente y buscaban profesionalizarse.
Pero ahora estamos en una tercera etapa. Como mencionó Nicholas Bloom, especialista en trabajo remoto de la Universidad de Stanford, la era del escritorio permanente finalizó.
El futuro será con modelos híbridos de presencialidad y oficinas efectivas. Entonces, el consumidor evalúa características para equipar sus espacios como la estética, qué es ergonómico y beneficiará su salud, qué hace menos ruido, entre otros detalles de diseño. ¿El futuro? Innovación y flexibilidad.
Acompañar un momento como el que nos toca atravesar, sin precedentes, es sin duda un esfuerzo titánico, con variables que todo el tiempo se modifican y sobre las que no se puede ejercer control. Pero, al mismo tiempo, se establece el desafío de tener un contacto sin precedentes con las audiencias y consumidores, y que muchos nichos se ampliaron.
Ahora, hijos, padres y abuelos pueden estar jugando al mismo tiempo en diferentes zonas del territorio de la Argentina y hasta del mundo, marcando esos momentos como el recuerdo para el futuro postpandémico.
El hecho de tener mayores puntos de contacto con los consumidores nos obliga a innovar. En el campo de la publicidad se espera un crecimiento del 71% de la realidad virtual, según la consultora emarketer.
Pero, aunque las estrategias de punto de venta ahora son virtuales y las compras por impulso no pueden ser la media, creo que se debe buscar aportar valor a las rutinas individuales para crecer.
La digitalización aportó conocimiento. Y el conocimiento, sin duda, es poder.
ACOMPAÑAR UN MOMENTO SIN PRECEDENTES ES UN ESFUERZO TITÁNICO, CON VARIABLES QUE SE MODIFICAN Y SOBRE LAS QUE NO SE TIENE CONTROL.