“SE AGOTÓ UN MODELO Y ESO EMPIEZA A GENERAR UN CAMBIO CULTURAL EN ARGENTINA”
EL DIPUTADO ELECTO DE JUNTOS POR EL CAMBIO POR LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, MARTÍN TETAZ, ANALIZA EL ESCENARIO PARA 2022 Y EL IMPACTO DE LAS ELECCIONES EN EL GOBIERNO.
En el análisis post elecciones de Martín Tetaz, economista y diputado electo de Juntos por el Cambio en CABA, hay dos factores que tuvieron impacto en el resultado. Por un lado, asegura que “la gente se cansó de la política tradicional y eso explica en parte el éxito de algunos candidatos”. Y añade: “El modelo de populismo/kirchnerismo está definitivamente agotado. La gente entendió masivamente ese concepto. En CABA tres de cada cuatro porteños votaron en contra de eso”, asegura. ¿Y eso cómo impacta en el mediano plazo? Lo que se viene es el cambio. Hay un cambio que empieza en 2023 en Argentina y lo que estamos discutiendo –y vamos a darle forma en estos dos años– es a terminar de construir ese cambio cultural. La elección mostró que ya la gente se cansó y quiere un cambio.
¿Cómo la recuperación en la Provincia de Buenos Aires?
El aparato electoral del gobierno. Ir a buscar gente que no había ido a votar. El cansancio afectó al peronismo de dos maneras: la gente los votó en contra en las PASO y en las secciones donde a ellos les iba siempre mejor fue muy poca gente a votar. El Gobierno consiguió llevar a votar algo de esa gente y achicó un poco la diferencia. Pero a pesar de poner toda la carne en el asador, no le alcanzó.
Cuando decís que el populismo es un ciclo agotado en la Argentina ¿es una expresión de deseo o es un diagnóstico preciso que se va a sostener?
La gente ya entendió que no va más. Me pasé toda la segunda parte de la campaña recorriendo el sur de CABA y lo que vi es un montón de gente trabajando, con ganas de trabajar y puteando por los planes sociales y el esquema de clientelismo. Si nadie lo quiere. No es la clase media está enojada con los planes. Al contrario, el clase media entiende que es una necesidad social, pero el pibe que labura en una carnicería de barrio en negro dice: “Sáquenlos a los planes, tengo que romperme el alma 12 horas por día”.
Y eso te pasó en las villas también.
Los sectores más humildes te dicen: “Termínenla con los planes, lo que queremos son condiciones para trabajar”.
¿Y cuál es la explicación?
Tenemos una propuesta muy concreta de transformar los planes sociales en empleo. Entendemos que ese debate cultural hay que darlo ahora, que no se puede incluir con planes porque se termina, y que la única forma de incluir socialmente es con empleo. Hay mecanismos. Propusimos incentivos para las empresas y para las personas en la tran
sición entre el plan y el empleo, y cambios en las reglas laborales para que las PYMES puedan contratar trabajadores. Las 650.000 PYMES te dicen que quieren contratar, pero que no se animan. ¿Cómo en un país subdesarrollado las empresas van a tener miedo de contratar? Algo está mal, hay que cambiarlo.
¿Lo que más te sorprendió en el recorrido en la calle fue esto? ¿O también el tamaño de esa economía?
Sí. Lo que vi es un nivel de actividad económica brutal, impresionante, y un montón de activos que no se pueden poner en valor. Lo que me preocupa más de esa economía informal es que tenés gente gastando $ 100.000 o $ 70.000 por mes, pero no tienen acceso a ningún crédito. Hay que poner en valor eso. Un poco lo que proponía Hernando del Soto respecto de la propiedad del valor, de poner en valor la tierra informal en Perú, hay que trasladarlo, traducirlo aprovechando la tecnología de las criptomonedas para poner en valor toda la actividad económica que hay en lo que se llama (a mi juicio mal) economía popular, en esa economía informal.
¿Por qué mal llamado? ¿Porque hay una distorsión con los planes?
Exactamente. Porque el principal que habla de economía popular es el gestor de la pobreza, en Argentina, que se llama Juan Grabois, que vive de gestionar la pobreza, no de gestionar la actividad económica, que vive de controlar a la gente que va a las marchas y de condicionarles la firma de la contraprestación para que cobren un plan a cambio de ir a la marcha. Eso es inmundo, se tiene que terminar.
Uno de tus proyectos va a ser tratar de garantizar que el BCRA sea independiente con una modificación en el sistema de elección. ¿Con ese procedimiento va a ser suficiente para lograr esa independencia en un país donde la política interviene todo?
Estoy trabajando en doblar la apuesta. No te puedo decir mucho por ahora, pero voy a presentar el proyecto de reforma de la Carta Orgánica. Eso es lo que funciona en el mundo. Cuando mirás cómo hicieron Chile, Perú, Colombia, Brasil, Paraguay, México, el país de América Latina que te guste, no tienen inflación y esencialmente lo consiguieron con independencia del Banco Central. Lo segundo es que no es un problema ideológico, gane la izquierda o la derecha no cambia esto.
El Banco Central no se toca.
Acaba de ganar Castillo en Perú, no cambia en absoluto. Gana Bachelet o Piñera en Chile, el Banco Central no se toca. Gana Mujica o Lacalle en Uruguay, no se toca. Entonces, porque acá en Argentina a veces se piensa eso, lo más importante es que no hay una diferencia ideológica, hay una forma técnica que es conocida en el mundo para terminar con la inflación y yo quiero aplicarla acá. Para que entiendas para dónde va la doblada de apuesta que voy a hacer respecto de los temas monetarios: el futuro es cripto.
¿Creés que a través de una tecnología cripto se podría hacer una canasta de monedas con otras monedas del Mercosur, por ejemplo?
No. Creo que puede haber una moneda descentral en Argentina gobernada por la sociedad de manera descentralizada.
¿Qué 2022 imaginás?
La economía argentina está muy cerrada todavía del lado de la oferta, no del lado
de la demanda. La gente quiere salir y el turismo todavía está trabajando 45% debajo de la capacidad, hotelería y turismo es uno de los sectores más afectados todavía por protocolo. El transporte todavía está 15% abajo. Hay muchas restricciones todavía de la oferta, a mí se me
ocurre que cuando nosotros avancemos hacía una vacunación un poco más integral en terceras dosis y esté plenamente vacunada la sociedad y veamos que no enfrentamos el riesgo de una nueva ola se va a poder abrir mucho más la economía y volver a la actividad sin tantos aforos, sin tantas restricciones. Y eso solo puede permitir una recuperación de la actividad que no se necesita mucho para tener un año mejor que el 2021, Argentina puede crecer 4 puntos tranquilamente el año que viene.
¿Aunque la economía se recupere, 2022 y 2023 no le alcanzaría al gobierno para revertir en las elecciones generales el resultado de las PASO?
Creo que paradójicamente al gobierno le favorece un efecto 2015 en el 2023. A medida que se acerca la elección del 2023 la expectativa al cambio de gobierno va a mejorar los precios de los activos. Lo mismo que pasó en el 2015, eso va a ocurrir, si no explota la interna política del gobierno antes. Esa expectativa, eso se va a repetir. Pero hay una ola de cambio que es muy difícil de parar, que empezó, que es muy difícil de parar y que la gente quiere otra cosa, quiere un modelo nuevo.
¿Inflación 2022?
No tenemos la menor idea. Muy difícil que sea menor que la de este año, pero depende de cómo sea la cuestión política dentro del propio gobierno.
¿Soñarías con ser presidente?
Es una idea que siempre pasa por mi cabeza. Yo quiero transformar la Argentina, no necesito un lugar para hacerlo. Si puedo terminar con la inflación de la Argentina desde la Cámara de Diputados y la ley que estoy proponiendo consigue ser aprobada y termina con la inflación me doy por satisfecho sin necesidad de ser presidente. Pero si fuera una herramienta necesaria para transformar la Argentina lo pensaría.
“VOY A PRESENTAR UN PROYECTO DE REFORMA DE LA CARTA ORGÁNICA DEL BCRA PERO VOY A DOBLAR LA APUESTA: RESPECTO DE LOS TEMAS MONETARIOS, EL FUTURO ES CRIPTO”.
“Nos tocó perder estas elecciones y hay que ser claros en eso para llevar tranquilidad. Pero como dicen algunos, en la Provincia se vivió una remontada histórica. Logramos una paridad de diputados con un total de 15 al igual que Juntos por el Cambio”, reflexiona Victoria Tolosa Paz, diputada electa por el Frente de Todos para la Provincia de Buenos Aires. “Tomamos nota, hubo cambios en el gabinete y trabajamos de cara al 2023 con una agenda política pensando en la sociedad”, agrega.
¿A qué adjudicás que hayan logrado en dos meses y medio achicar la brecha en las elecciones?
Hicimos una tarea muy importante que tuvo que ver con poder movilizar a nuestros votantes. A los votantes del Frente de Todos del 2019 que apáticos, desencantados, encerrados, doloridos en la salida de la pandemia no nos habían acompañado y que fueron invitados a volcar esa confianza y ese apoyo en las urnas. Logramos que más de 500.000 bonaerenses le dieran ese respaldo en las urnas al Presidente, al Gobernador y al equipo de legisladores que vamos a ir al Congreso. Tomamos nota de lo que pasó, hubo cambios de gabinete, y comenzamos a trabajar de cara al 2023 con lo que sentimos que tiene que ser la agenda política más fuerte en la respuesta que necesita la sociedad: en términos productivos, de inversiones, de qué herramientas y leyes tenemos que discutir de cara a lo que se viene para la Argentina. Una Argentina que este año está creciendo y va a crecer aún más en los años venideros, pero con una cantidad de normas que tenemos que ser capaces de discutir en un Congreso que, esperemos, tenga esa capacidad de encuentro.
¿Cuál es tu mirada en estos próximos dos años? ¿Cómo vamos a resolver esta gran crisis económica que se agudizó en la pandemia?
Primero, que la oposición reconozca que la Argentina viene de soportar una crisis económica muy fuerte que se agravó por la pandemia. No nos había pasado nunca en la historia y además partíamos del subsuelo en términos económicos y sociales. La Argentina está creciendo. Este año va a crecer en niveles de recuperar casi la totalidad de la caída del PBI del año pasado e incluso podría ser más, lo que demuestra que el sendero que estamos transitando es el correcto, con muchas piedras en el camino. No hay Argentina que crezca sin resolver qué hacemos con la deuda del FMI. En los próximos meses hay una abultado vencimiento que la Argentina no
puede asumir, no podemos en 2022 destinar US$ 19.000 millones como vencimientos reales. Entonces, primero es la madurez política para la oposición y el oficialismo plantear hacia adelante un camino de certezas sobre cómo resolvemos la deuda con el FMI y cómo plantamos un camino de certezas para empresarios argentinos e internacionales que tienen que mirar al mercado de la Argentina con cierta previsibilidad: cuál va a ser la matriz impositiva, cuáles son las condiciones para que esas inversiones lleguen, cuál es el mercado interno y cuál es el externo. Estamos hace tres meses con niveles récords de exportaciones, pero no alcanza si no somos capaces de mirar cuánto impactan en la vida de los ciudadanos de a pie.
¿Creés que se va a reconfigurar el poder interno en el Gobierno?
Nuestro frente y esta coalición de gobierno tiene estas heterogeneidades y tensiones, pero hemos sido capaces de resguardar el interés que pensamos que es el de los 45 millones de argentinos. No tenemos dudas de que la Argentina tiene que crecer y redistribuir. Y consensuar. Por ejemplo, la Ley de Empleo Joven en Argentina, para dar mayores garantías y liberación de cargas patronales para los empleadores que tomen un joven de entre 18 y 24 años. Esta agenda se consensúa dentro del Frente de Todos y luego se lleva al Parlamento. Y estas tensiones posiblemente estén, el tema es que quien gobierna a la Argentina es el Presidente con la Vicepresidenta. Y el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires no es menor.
¿Se podrá mostrar ese rumbo en el corto plazo de unidad más allá de esas tensiones? Hay incógnitas que generan cierta incertidumbre…
Hay un marco de claridad y lo mejor que nos puede pasar en Argentina es mirar los hechos y no los rumores políticos. Hoy el ministro de Desarrollo Producno tivo es Matías Kulfas y el de Economía es Martín Guzmán y ambos tienen una enorme tarea y desarrollo, que es, primero, lograr que las inversiones brutas reales en Argentina están por arriba de la etapa de la prepandemia. Cada rama y sector tiene todavía dificultades y una agenda para trabajar. Hay mucho trabajo para desarrollar en materia de generar incentivos fiscales, reglas claras para las inversiones, una matriz impositiva que pueda convivir con no ponerle un zapato en la cabeza a ningún empresario, pero entender a la Argentina desigual que tenemos que ir subsanando. Nunca la Argentina tuvo estos niveles de empleo formal sometido bajo la línea de la pobreza. Tenemos 3,4 millones de trabajadores formales que tienen el salario por debajo de la mitad de la línea de la pobreza, con un promedio de ingreso de $ 35.000. Y eso no se hace solamente con decisión política, se hace acordando con el FMI y resolviendo los problemas hacia adelante, generando condiciones para que el salario no sea un costo.
Y generando incentivos…
Bueno, la Ley de Empleo Joven tiene un poco que ver con esto. Las PYMES y microempresas viven teniendo una presión tributaria que es muy diferente a la de las grandes empresas en la Argentina. Esa diferenciación de la escala hay que atenderla. ¿Qué hago yo como Estado para darle esas oportunidades y cómo voy trabajando? La agenda del empleo formal en los jóvenes es una agenda que tenemos que darnos.
¿Votarías a favor de una partición de la Provincia de Buenos Aires en dos o tres provincias?
No, para nada.
¿Pueden convivir eficazmente realidades tan diversas?
tengo ninguna duda de que no es un tema de división de jurisdicciones, sino que es un tema de cómo la agenda política y la mediática toman estas diferencias. Voy al Congreso Nacional a llevar esta agenda que difiere mucho de la agenda del AMBA. Para que el AMBA pueda resolver las profundas desigualdades sociales que tiene necesita de ese interior productivo en su máxima expresión de capacidad para seguir redistribuyendo. Si la agenda va a ser la de la timba, de la especulación financiera, de la deuda insostenible que nos dejaron, ahí no hay Argentina posible. Y eso es lo que tiene que asumir la oposición cuando plantea que tenemos que aprender de los errores. No te terminan de blanquear qué Argentina quiere.
¿Tenés algún país modelo al que te gustaría apuntar?
Depende. Si miramos qué queremos ser en materia industrial, Alemania será un faro. Si queremos ver la capacidad de nuestra industria, la capacidad regional de la producción de alimentos, uno puede mirar Australia y Nueva Zelanda y el componente del agregado en valor de la agroindustria. Si miramos la calidad de vida de los países nórdicos en términos de lo que significa poder construir políticas de estado con estados muy fuertes.
¿Pensás que hay un relanzamiento del albertismo en la pospandemia?
La etapa que viene es de un gran desafío que es crecer y distribuir, crecer y generar condiciones para una Argentina que va a tener que mirar hacia adelante en los próximos 10 años, qué exportamos y qué vamos a exportar. Y para eso tiene que haber un Estado que plantee la logística, la infraestructura portuaria, el desarrollo de las vías del tren, de los ferrocarriles y de las autopistas. No imagino la Argentina con un Estado corriéndose de ese rol porque para todo eso tiene que haber un Estado y un equipo de gobierno al que yo voy a respaldar siempre.
“ESTAMOS HACE TRES MESES CON NIVELES RÉCORD DE EXPORTACIONES, PERO NO ALCANZA SI NO SOMOS CAPACES DE MIRAR CUÁNTO IMPACTAN EN LA VIDA DE LOS CIUDADANOS DE A PIE”.