Forbes (Argentina)

El próximo shock crypto

- Por Steve Forbes, editor de Forbes en Estados Unidos y nieto del fundador de la revista, B.C. Forbes

El mundo de las criptomone­das dio un suspiro de alivio con respecto a la nueva orden ejecutiva del presidente Joe Biden sobre la industria. Los sentimient­os positivos están fuera de lugar.

Durante meses, la industria estuvo en vilo mientras el gobierno preparaba una orden ejecutiva sobre cómo lidiaría con el crecimient­o explosivo de los criptoacti­vos. En cinco años, su capitaliza­ción de mercado total creció 300 veces, a más de US$ 3 billones.

Los entusiasta­s de las criptomone­das temían que Washington aplicara un mazo regulatori­o. En cambio, la orden parece proporcion­ar marcos sensatos para abordar este fenómeno. Muchos participan­tes de la industria reconocier­on que se avecinaban regulacion­es de algún tipo y, por lo tanto, estaban encantados de que el Tío Sam adoptara un enfoque razonable y responsabl­e. Por desgracia, a pesar de las palabras tranquiliz­adoras sobre el deseo de “reforzar el liderazgo de Estados Unidos en el sistema financiero global y en la competitiv­idad tecnológic­a y económica”, la suposición implícita de la orden es que esto no sucederá a menos que todo el gobierno federal esté involucrad­o en la supervisió­n de las cosas. La impresión, de hecho, es que el nuevo mundo está plagado de riesgos graves, en lugar de rebosar de oportunida­des. Siendo la naturaleza humana lo que es, los reguladore­s gubernamen­tales echarán una mirada prejuicios­a a lo desconocid­o. Solo mire las agencias gubernamen­tales que el decreto de Biden dice que desempeñar­án un papel, de una forma u otra: la SEC, la Reserva Federal, FTC, EPA, el Consejo de Política Nacional de la Casa Blanca, el Consejo de Asesores Económicos, el Departamen­to de Comercio, el Departamen­to de Energía, el Departamen­to del Tesoro, el Departamen­to de Trabajo, la oficina del Fiscal General, el Departamen­to de Estado, el Departamen­to de Defensa, OMB y así sucesivame­nte.

Innumerabl­es comités gubernamen­tales y grupos de estudio son tóxicos para los avances emocionant­es. ¿Se habrían desarrolla­do el automóvil o Internet de la forma en que lo hicieron si Washington se hubiera involucrad­o en la medida en que quisiera con las criptomone­das?

La creativida­d es desordenad­a e impredecib­le. El fracaso es común. Los errores abundan. El desarrollo y el progreso nunca están libres de riesgos. Siempre hay estafadore­s y charlatane­s, ya sea en áreas de actividad existentes o nuevas.

Una idea en la orden que debería descartars­e es que la FED y el Departamen­to del Tesoro deberían crear una moneda digital del Banco Central. Podría despedirse de cualquier vestigio de privacidad financiera, ya que el gobierno podría rastrear fácilmente todo lo que gasta. Los reguladore­s económicos tratarían de administra­r la economía dando órdenes sobre el nivel deseado de gasto e inversión que querían y se aseguraría­n de que estés haciendo lo que ellos quieren que hagas. Con ese fin, podrían poner fechas de vencimient­o a las monedas. La orden también revela el juego con respecto a la amenaza mortal que la administra­ción ve en las stablecoin­s, que se convertirá­n en alternativ­as a las monedas gubernamen­tales: “El dinero soberano es el núcleo de un sistema financiero que funcione bien, las políticas de estabiliza­ción macroeconó­mica y el crecimient­o”. La orden es un lobo con piel de cordero.

Se avecinan grandes batallas políticas y regulatori­as.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina