Las tres inteligencias en las que se tiene que apoyar el líder del futuro
Después de dos años y medio, el mundo sigue haciendo terapia grupal sobre las consecuencias de la pandemia por Covid-19. Entre los tantos aprendizajes que nos dejó, la capacidad de imaginar el futuro es uno de los más preciados. ¿Por qué? Porque pone la creatividad al servicio del bienestar.
Para entender cómo se traslada esto a la cultura de una organización, necesitamos primero responder otras preguntas. ¿Qué es inteligencia estratégica? ¿Cuáles son las tres inteligencias complementarias? ¿Qué tipo de líder se necesita?
La inteligencia estratégica es la capacidad de una organización de crear conocimiento y utilizarlo para tomar decisiones. El objetivo es adaptarse estratégicamente a lo que sucede adentro y afuera de ella, y anticiparse a lo que podría suceder. Se identifican riesgos, oportunidades y tendencias. Es el paso inicial para aplicar luego cualquier tipo de cambio.
Para que tengan un valor aún más significativo, esta creación de conocimiento necesita estar enmarcada en un paradigma que muchas organizaciones ya están utilizando: el de la sostenibilidad. El compromiso y la responsabilidad de las organizaciones con las personas y las comunidades se traduce en la creación de conocimiento que tenga en cuenta el triple impacto, con su mirada social, ambiental y económica.
¿Cómo se crea el conocimiento? Aquí aparece la figura del líder. El conocimiento llega a través del trabajo y la calidad del feedback entre el líder y sus colaboradores. Para lograrlo, el líder necesita enfocarse en el desarrollo de tres inteligencias complementarias: la artificial, la emocional y la social. INTELIGENCIA ARTIFICIAL Con la digitalización y la incorporación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la importancia en la construcción de datos traspasó los resultados del negocio y comenzó a concentrarse también en la experiencia del empleado, en la experiencia del cliente y en el impacto social y ambiental de la organización. Cada vez más, esa cantidad de datos se procesa con la ayuda de IA. A la hora de vincularse con los colaboradores, los líderes necesitan enfocarse en tres cuestiones:
1. Tener flexibilidad. Estar abiertos a nuevos enfoques, no solo descansar sobre ideas propias y experiencias previas.
2. Empoderar al equipo. Se necesita compartir los nuevos enfoques con el equipo, formarlos en materia de inteligencia artificial, incorporar talento IT y nutrirse del intercambio.
3. Promover el pensamiento creativo. El líder necesita construir espacios donde el equipo pueda sentirse cómodo y llegar a soluciones creativas. Estos espacios son fundamentales para resolver problemas hoy y avanzar a futuro. Para liderar una organización no alcanza solo con los datos. Es necesario saber qué hacer con ellos.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Las emociones son un elemento fundamental de la experiencia humana. Cómo nos sentimos afecta nuestra vida, las decisiones que tomamos y nuestra percepción del futuro. Es un indicador de bienestar. Esto también sucede al interior de las organizaciones. Para lograr una cultura saludable, los líderes deben tomar nota de eso. Daniel Goleman, uno de los referentes de la inteligencia emocional en los lugares de trabajo, afirma que un gran líder no solo debe estar bien formado, ser incisivo y analítico, sino que debe desarrollar las cinco cualidades de la inteligencia emocional: autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidad social. El conocimiento de sí mismo tiene una gran relevancia a la hora de analizar la temperatura de las emociones en la organización y vincularse con los colaboradores.
INTELIGENCIA SOCIAL
La inteligencia social es la que pone en práctica a las anteriores. Es la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros de forma empática y asertiva. Desarrollar este tipo de inteligencia permite transmitir información de manera clara y oportuna, promover el aprendizaje desde las fortalezas individuales y grupales, crear conversaciones valiosas en términos de conocimiento y promover las relaciones interpersonales saludables. Es importante recordar que el feedback no es solo aquel que se ofrece, sino también aquel que se recibe. Pedir feedback es tan importante como darlo.
Como personas, la pandemia nos enseñó a valorar lo que tenemos y, a partir de allí, imaginar futuros posibles. Desde el ámbito de la comunicación y la cultura entendemos que esa imaginación nos da la posibilidad de planificar estratégicamente para el bienestar de la organización y el éxito del negocio. De la mano de los datos y de las personas, de la inteligencia artificial, la emocional y la social, los líderes ya no solo son los responsables de guiar a la organización, sino de facilitar espacios justos y motivantes para pensar en lo que sucede y lo que sucederá. En ese ejercicio conjunto de la creatividad es donde comienza el futuro.