SOL, VIENTO, MADERA
La energía nuclear no es la única fuente que necesita paciencia y dinero. “No se puede prender un interruptor y activar las renovables”, dice el magnate de Denver Phil Anschutz. Le llevó 16 años obtener los permisos y derechos para construir 700 turbinas eólicas en 40.500 hectáreas en Wyoming e instalar una línea de alta tensión que distribuyera la energía eléctrica producida a Las Vegas. Tenía que conseguir un permiso para matar a algunos ejemplares de águilas reales e instalar turbinas en una zona que es el hábitat natural del gallo de salvia.
Si bien el año pasado la energía eólica creció un 12% y la solar un 21% en el mundo, no es lo suficientemente rápido, aunque se progresó en otras áreas como la tecnología de las baterías para almacenar la energía eléctrica generada de manera intermitente por la solar y la eólica, aunque los fabricantes se ven afectados por la escasez de minerales.
Charles Koch es el dueño de Koch Industries, que entre otras actividades se dedica a refinar petróleo, y no es conocido por su preocupación por el medioambiente. Para que las energías limpias tengan una chance, es necesario que reinen el pragmatismo y las ganancias. Koch invirtió US$ 1.700 millones desde principios de 2021 en baterías y energía solar que ayudó a reducir el uso de materiales exóticos. Cuantos más proyectos de este tipo haya, más posibilidades de que se multipliquen exponencialmente.
En energías alternativas, “lo perfecto es enemigo de lo bueno”, dice Jeffrey Ubben. En 2020, Ubben se fue de la empresa de inversiones de alto riesgo activista Valueact, donde manejaba US$ 12.500 millones, para irse a Inclusive Capital Partners, que administra fondos de US$ 3.000 millones. Está en el directorio de Exxonmobil, donde aboga por iniciativas de captación de carbono, y en el de Enviva, la empresa más grande del mundo de pellets de madera. Esta tiene 10 plantas de producción en 6 estados del sudeste de EE.UU. que procesan árboles y restos de madera de empresas de explotación forestal sostenible para fabricar 6 millones de toneladas anuales de pellets de 7,6 cm que se venden al Reino Unido y Japón, que lo usan para generar energía eléctrica en lugar del carbón. “El sudeste (de EE.UU.) es la Arabia Saudita de la madera”, dice bromeando Ubben.
El CEO de Enviva, John Keppler, cree que puede duplicar la producción para 2027. Los ambientalistas tienen sus reparos pero Ubben considera que es una solución inteligente a corto plazo.
Otra solución a corto plazo sería que, a medida que la energía rusa vaya desapareciendo del mercado, los precios vayan subiendo hasta que la economía global baje lo suficiente como para reducir la demanda. A la larga, el problema se resolverá pero pasaremos momentos difíciles. La Agencia Internacional de Energía recomienda que se duplique la inversión actual en energías alternativas y que se inviertan US$ 12 billones hasta 2030 para mantener el aumento de la temperatura global a 2°C.
Aun así, no hay que dejar de ser optimistas, afirma John Arnold. Solo hay que seguir las recomendaciones y no permitir obstáculos como demasiadas regulaciones del gobierno o ciudadanos que se opongan a proyectos.