Un sistema de atención médica ajustado a las necesidades
La transformación digital en la atención médica cobró impulso gracias a la pandemia, y muchas de las partes del sistema comenzaron a introducir medidas que permitieron su desarrollo, como pasaportes de vacunas, identificación basada en códigos QR, servicios de telesalud y atención virtual, sistemas de análisis predictivo y estructuras de gobernanza para compartir datos y recursos digitales administrativos. A raíz de las encuestas que realizamos en BCG a líderes de atención médica se evidenció que los avances tecnológicos, impulsados por la crisis, los ayudaron a superar décadas de inercia en sus organizaciones.
Estos logros fueron sorprendentes, pero no suficientes para desarrollar un sistema de atención médica avanzado. En primer lugar, porque no cumplen el objetivo principal de los sistemas de atención de la salud en todo el mundo: una mejora fundamental en los resultados de los pacientes. Y, en segundo lugar, porque no son lo suficientemente completos como para estar preparados para los desafíos de atención médica que se avecinan.
A pesar de las mejoras realizadas para gestionar la respuesta a la pandemia, muchos sistemas de atención médica todavía tienen una infraestructura de TI fragmentada, estándares incompatibles y actividades restringidas que solo se aplican a organizaciones específicas. Las iniciativas de transformación de la atención médica digital aún tienden a estar orientadas hacia la tecnología en sí, en lugar de alcanzar mejores resultados para los pacientes o la capacidad del sistema para brindarlos.
Creemos que un primer paso para solucionar estas incompatibilidades debería apuntar a la creación –por parte de los ministerios y organizaciones de atención médica– de plataformas y sistemas digitales más integrales para brindar una atención médica mejorada y centrada en el paciente, tal como las personas merecen. De esta forma, podrían maximizar los beneficios de la tecnología, no solo reduciendo costos, sino también uniendo partes dispares del sistema, mejorando las prácticas de larga data que restringen la calidad de la atención médica y logrando sus objetivos centrados en el paciente.
Para transformar la atención médica digital, el sistema primero debe dividirse en dominios de actividad amplios pero controlables, trascendiendo los límites organizacionales y, asimismo, permitiendo cambios enfocados. Para ello, estos cuatro pilares representan lo que deberían ser las principales prioridades:
Construir una infraestructura de atención médica digital: Permite compartir servicios, agrupar y compartir datos, y desarrollar recursos en línea atractivos para pacientes, empleados y otras partes interesadas.
Desbloquear la posibilidad de atención biónica: La provisión de servicios y pruebas a través de una experiencia combinada, presencial y virtual.
Aprovechar el análisis de datos y la IA:
Recopilar datos del campo y usarlos para estrechar el ciclo de la percepción a la acción (personalizar la atención, expandir el conocimiento, reducir la variación injustificada y reducir las prácticas clínicas deficientes).
Digitalizar la estructura oficial: Transformar las prácticas gubernamentales para aprovechar al máximo las capacidades digitales en la investigación, gestión y financiación de la atención de la salud.
Una iniciativa integral para la transformación de la atención médica digital cubriría estos cuatro aspectos. Sin embargo, hay que tener en cuenta las necesidades que cada país tiene para combinar cada dominio según las prioridades que requieren. Por otro lado, identificando los dominios y roles que reflejan la organización y sus objetivos, es posible mantener bajo control las tareas y desarrollar la capacidad para continuar creciendo. Algunas de las prácticas que ayudarían a este progreso tienen que ver con ser comprensivo, enfatizar en la experiencia del cliente, reducir obstáculos como barreras para compartir datos, diseñar interfaces de usuario comunes para que un sitio que permite solicitar recetas resulte familiar a aquellos que ya han reservado citas, crear protocolos escalables para las comunicaciones con los pacientes, identificar las brechas en la atención, brindar espacios para otras organizaciones, actualizar la tecnología solo después de comprender los factores humanos y, por último, optimizar los recursos humanos.
El público espera un alto nivel de madurez digital en sus instituciones y esperará aún más de la atención médica en los próximos años. El cuidado de la salud no tiene por qué quedarse atrás del resto de los sectores. Los gobiernos deben aprovechar la oportunidad para obtener todos los beneficios y el valor de un sistema de atención médica digital. Al adoptar completamente la tecnología digital de esta manera, adaptada a las necesidades de sus ciudadanos y la comunidad, estamos construyendo el sistema de atención médica del siglo XXI que la gente merece.