EL NUEVO DRIVER DE LAS RENOVABLES
Los grandes usuarios de electricidad aceleran la transformación de sus matrices energéticas, lo que dinamiza los proyectos de generación eólica y solar. Así, el Mercado a Término se convirtió en el principal factor de desarrollo de las energías renovables, que siguen afectadas por las condiciones de la macro local y las restricciones del transporte eléctrico.
La Argentina está a las puertas de convertirse en un exportador neto de energía, y el petróleo y el gas no convencionales son los más inmediatos recursos a los que podrá apelar para cambiar su matriz económica, no solo por volúmenes sino por el desarrollo ya alcanzado por la industria en Vaca Muerta. La formación neuquina está a la cabeza de las potencialidades que en el sector energético se le reconoce globalmente al país: recursos convencionales offshore, hidrógeno verde, energías renovables y también minerales de alta demanda para la transición hacia la electrificación como litio y cobre. Entre las operadoras hay optimismo, aun con un sendero pendiente por recorrer, y alistan sus proyectos de desarrollo e inversión para una nueva etapa, incluso hay obras concluidas a la espera de abrir el grifo cuando la infraestructura esté disponible.
La dinámica expansión de las energías renovables en la Argentina se desaceleró desde la discontinuidad de la adjudicación de contratos del Plan Renovar, lanzado en 2016, y que desde entonces dio inédito impulso al sector. Si bien los últimos proyectos en construcción están viendo la luz desde el año pasado, el crecimiento de la capacidad renovable mermó en los últimos meses y este año solo entraron en operación 23 MW de parques de generación. En el país, la participación de las energías limpias representa hoy poco más del 10%, a través de 187 proyectos operativos que suman más de 5 GW de potencia y que deben llegar, según la ley vigente, al 20% en 2025.
La nueva potencia que está mayormente en construcción no responde a la demanda del Estado para proveer al mercado general a través de contratos con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), sino que corresponde en mayor medida a proyectos del Mercado a Término de Energías Renovables (Mater). Allí se permite la adquisición de energía eléctrica por libre acuerdo con las generadoras, para atender la demanda de los Grandes Usuarios del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), con consumo mayor a 300 kw.
El protagonismo que adquirió este segmento
para las renovables refleja que los grandes consumidores en la Argentina están interesados tanto en reducir la huella de carbono de sus actividades productivas como a la vez garantizarse la seguridad del suministro. En 2021, esa demanda en el Mater fue de 14,8TWH en 2021, a través de 344 compradores.
El interés de las desarrolladoras de los proyectos acaba de verse reflejado en la última solicitud de prioridad de despacho que las empresas presentaron a Cammesa para el segundo trimestre del año. Allí, 29 proyectos de energías renovables aspiraban a contar con el aval de acceso a la red, de los cuales 15 parques eran solares y el resto, eólicos, por una capacidad instalada total de 1,06GW. Como las limitaciones de transporte son las que mandan, el administrador del mercado eléctrico solo dio prioridad de despacho a 244 MW renovables del Mater que podrán inyectar energía en los corredores Centro, Cuyo y NOA.
Este desempeño de la industria no puede analizarse fuera del contexto del desafío global que significa la transición energética. Bernardo Andrews, CEO de Genneia, considerada la mayor generadora de renovables del país, destaca que hoy se observa una gran oportunidad para el sector: “La energía renovable comienza a ser una alternativa competitiva. El principal driver de crecimiento que se presenta es el Mater, que actualmente está inmerso en un formidable desafío de transición energética y reducción de su huella de carbono”.
“El sector privado está asumiendo el compromiso de cambiar su perfil energético y, en este sentido, la industria se convierte en el pilar para aquellos que deseen aportar en este camino hacia la sustentabilidad, sin desentenderse de que Argentina está expuesta a precios internacionales y la necesidad de importar combustibles fósiles”, explica Andrews. La demanda está presente de manera muy importante, hay empresas que quieren seguir invirtiendo, y los recursos humanos y naturales existen en abundancia, por lo que las generadoras coinciden en que debería continuarse con un proceso de inversiones que lleve a cumplir, y superar, las metas ya establecidas por el país.
El titular de Genneia –compañía que se perfila para superar el hito inédito 1 GW de capacidad instalada– reafirma que muchas empresas quieren reconvertirse y descarbonizarse: “La potencialidad está, pero la principal limitante para el crecimiento de la demanda es la infraestructura; necesitamos tener líneas de transmisión con capacidad disponible”. Este es el principal cuello de botella en el cual el sector demanda trabajar en conjunto con el sector público. Los cambios de gobierno no deben generar cambios de políticas bruscas que generen un clima de no inversión, debido a que los proyectos que se planifican son de capital intensivo y a largo plazo.
EN TRANSICIÓN
Las renovables no compiten directamente con los fósiles, sino que son complementarias en el largo camino de la transición. Es un proceso gradual que va a ocurrir sí o sí. Y al país se le reconoce de manera recurrente el potencial para convertirse en un actor clave a nivel mundial en materia energética. “La potencialidad puede darle una relevancia sustancial en los mercados de shale oil, shale gas, eólico, solar y litio, a partir de una gran ventaja que es la diversidad geográfica en que se distribuyen esos recursos, lo que le daría a la Argentina una oportunidad única de un desarrollo sustentable y federal”, destaca Martín Genesio, presidente & CEO de AES Argentina.
En ese sentido, el directivo reitera su propuesta de conformar “mesas de diálogo, pequeñas y focalizadas, que deberían estar conformadas por seis
actores: gobierno nacional, oposición, gobierno provincial, empresas privadas, sindicatos y comunidades. Cada mesa debería enfocarse en un subsector en particular y definir una hoja de ruta que pueda ser guía para una política (ley o resolución) de Estado”.
“Los recursos necesarios para desarrollar el potencial que Argentina tiene en el sector energético –resalta– son inversiones de largo plazo y de capital intensivo, necesitan reglas claras y durables”, una demanda común a todos los sectores de la diversificada matriz energética. En esa senda, la compañía orienta todo su crecimiento basado en fuentes renovables de energía y apunta al crecimiento eólico y solar con y sin almacenamiento, segmentos en los cuales es líder global, para avanzar en 2023 en una nueva senda de crecimiento y en terminar de afianzar los productos para los sectores de minería de litio y el agro.
Pero el Estado demostró que no solo puede ser demandante de energía renovable sino un actor de peso en el aprovechamiento de los recursos a través de las empresas provinciales de energía, las que impulsan y gestionan sus propios proyectos, tal los casos de Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado (Camyen), que acaba de anunciar la construcción de cuatro nuevos parque solares; el Parque Eólico Arauco S.A.P.E.M de La Rioja, que se embarcó en dos nuevos proyectos eólicos y otros dos solares; o Energía y Minería de Salta - Remsa, que desarrolla un proyecto de micro redes en 13 localidad del interior provincial.
Entre esos casos, se destaca la empresa Jujuy Energía y Minería, Jemse, que llevó adelante el proyecto Cauchari, que es hasta hoy el mayor parque solar de la Argentina ubicado a más de 4.000 metros de altura en plena Puna con 300 Mw de generación. Felipe Albornoz, presidente de Jemse, destaca que está todo listo para encarar la ampliación a 500 Mw con financiamiento chino, y para lo cual se espera entregar la nueva energía a Cammesa como al Mater, ya que es necesario atender ambas demandas. La provincia encara también la licitación para la construcción de ocho parques solares, que conforman la etapa 1 del Proyecto Solar Distribuido y que sumarán 48 Mw de capacidad renovable en distintos puntos de la provincia, como también analiza la viabilidad de los proyectos de minería y de plantas de la zona.
Pero, si se esperaba la mano del Estado, buenas noticias se asoman para el sector a partir del reciente anuncio de construcción de nuevas líneas de alta tensión que permitirán la incorporación de más renovables al sistema, algo que impulsa el Gobierno nacional a partir de un crédito del BID por más de US$ 1.100 millones. Las 22 obras están pensadas para resolver un nudo en cada una de las provincias y se vincula con el diseño de una matriz energética que propicie la incorporación paulatina del hidrógeno y garantice el desarrollo económico y social del país, y el desarrollo industrial competitivo.
También forma parte de la estrategia el desarrollo de un modelo de mercados eléctricos regionales para la incorporación de energías renovables en las distintas zonas del país para aprovechar la capacidad remanente de transporte, con recursos de mayor competitividad en cada una de ellas. La idea central es impulsar generación que se consuma en la misma área que se encuentra y motorizar aquellos proyectos de pequeña escala de índole local aprovechando la capacidad de transporte disponible o instalaciones de almacenamiento de energía en puntos de la red. Con ese aporte se busca que disminuyan las restricciones de abastecimiento y se sume un factor de competitividad.
Más allá de las dificultades, el camino es irreversible por las urgencias que impone el cambio climático, pero también en un criterio comercial, ya que, en la medida en que los países de destino de las exportaciones locales establezcan mecanismos de ajuste de carbono en sus fronteras, la huella de carbono de los productos impactará directamente sobre nuestros exportadores. La sustentabilidad será también negocio ya que ser climáticamente competitivos sumará valor agregado a la alicaída competitividad nacional.
En el país, la participación de las energías limpias representa poco más del 10%.