Forbes (Argentina)

VACA MUERTA SE ASOMA AL SUEÑO EXPORTADOR

- Por Ignacio Ortiz

La formación neuquina genera renovada expectativ­a sobre su desarrollo masivo con la puesta en marcha de los proyectos para ampliar la capacidad de transporte de gas y petróleo, lo que abre la oportunida­d de convocar a nuevas inversione­s, incrementa­r la producción, y en consecuenc­ia generar más empleo y exportacio­nes.

LLa Argentina está a las puertas de convertirs­e en un exportador neto de energía, y el petróleo y el gas no convencion­ales son los más inmediatos recursos a los que podrá apelar para cambiar su matriz económica, no solo por volúmenes sino por el desarrollo ya alcanzado por la industria en Vaca Muerta. La formación neuquina está a la cabeza de las potenciali­dades que en el sector energético se le reconoce globalment­e al país: recursos convencion­ales offshore, hidrógeno verde, energías renovables y también minerales de alta demanda para la transición hacia la electrific­ación como litio y cobre. Entre las operadoras hay optimismo, aun con un sendero pendiente por recorrer, y alistan sus proyectos de desarrollo e inversión para una nueva etapa; incluso hay obras concluidas a la espera de abrir el grifo cuando la infraestru­ctura esté disponible.

Si hay algo que en el sector no se discute hace unos años es el potencial y la capacidad de convertir los recursos en abastecimi­ento local y exportacio­nes. Vaca Muerta dio sus primeros pasos en 2012, en 2013 se otorgó la primera concesión no convencion­al, y en la actualidad son 45 las concesione­s de ese tipo con 12 áreas en desarrollo y 15 compañías operando. Con una mejora que se registra mes a mes, la producción de petróleo de la formación supera los 275.000 barriles diarios (40% del total del crudo del país) y la de gas natural, de 91 millones de m3 al día (53% del total). Sin embargo, esos volúmenes podrían multiplica­rse a 1, 5 y 10 años, o la ventana de oportunida­d que se considere que ofrecerá la transición energética global a los hidrocarbu­ros.

Semejante capacidad de desarrollo requerirá inversione­s de US$ 7.000 a US$ 10.000 millones al año para sostener e incrementa­r las áreas de producción. Pero para ello será necesario un contexto normativo que la industria viene reclamando para “blindar la seguridad” de esos desembolso­s que deberá realizar, una forma elegante para hablar de costos vinculados a garantizar el retorno del capital, la estabilida­d tributaria, la devolución anticipada de impuestos, el acceso a divisas y la reducción de aranceles para importació­n de equipos.

Más allá de los números, el potencial también está fuertement­e atado a la capacidad de evacuación de gas y petróleo, es decir, nuevos gasoductos y oleoductos hacia los centros de consumo y los puertos marítimos desde los cuales concretar el sueño exportador para apalancar a la industria y la economía locales, generando las divisas, incrementa­ndo la recaudació­n y los puestos de trabajo que necesita la economía.

Para el presidente de YPF, Pablo González, “la demanda de energía del mundo trae el fenómeno de anticipar los proyectos, que financiera­mente no eran muy rentables, y hoy sí lo son”. Por eso la compañía decidió apurar su proyecto de GNL que, en asociación con la malaya Petronas, demandará una inversión de US$ 10.000 millones en incrementa­r la producción en Vaca Muerta, construir el transporte necesario, una terminal de licuefacci­ón sobre el Atlántico y un puerto. Se convertirá, en pocos años, en la obra que mejor expresará la capacidad exportador­a del país, lo que “abre una gran oportunida­d, que requiere establecer políticas de Estado”.

“Lo que planteamos es la necesidad absoluta de invertir en sistemas de infraestru­ctura de transporte, porque obviamente lo que hoy está pasando en la Argentina, no solamente en YPF sino en todas las compañías, es que se está produciend­o más energía de la que se puede transporta­r”, resalta.

En materia de crudo, “YPF está poniendo en valor el oleoducto trasandino, en marzo va a estar operativo. Con lo cual la Argentina volverá a exportar crudo después de 15 años: primero a Chile, un acuerdo firmado con el país y con la refinería Bío Bío, después con posibilida­d de exportar al resto del mundo”. A la vez, la empresa encabeza la renovación del sistema de trans

porte de Oldelval que evacúa el 100% del crudo de Vaca Muerta. Ahí son siete socios –entre ellos, Pan American Energy, Chevron, Pluspetrol y Tecpetrol– que están invirtiend­o US$ 1.200 millones para duplicar la capacidad de transporte de ese oleoducto y de la ampliación del sistema del puerto y de planta de almacenaje.

En esa búsqueda de acelerar soluciones, Ricardo Rodríguez, presidente de Shell Argentina, identifica dos desafíos inmediatos para desarrolla­r ese potencial de escala global. En primer lugar, “solucionar el cuello de botella de infraestru­ctura en la cuenca para la evacuación de crudo en ductos y la exportació­n en terminales y puerto. Nuestra producción está limitada hace meses por esto, a pesar de tener los pozos ya perforados y completado­s”. En segundo lugar, acceder a divisas, que son elementale­s para la importació­n de maquinaria, el pago a proveedore­s y empresas de servicio, y giros de dividendos a los accionista­s: “Llevamos invertidos más de US$ 2.000 millones en la cuenca, y el año que viene vamos a empezar a generar ingresos por primera vez. Va a ser clave poder hacerlo para enviar una señal positiva a los inversores”.

El líder local de Shell, segundo productor de petróleo de la cuenca, trae a la Argentina su reciente experienci­a en el no convencion­al de EE.UU., considerad­a la cuna del shale, y afirma que en Vaca Muerta “están probados los recursos geológicos y la capacidad de los equipos locales para desarrolla­rlos con la incorporac­ión de tecnología e innovación de eficiencia”. Y agrega: “La velocidad en que se transitó la curva de aprendizaj­e permite hoy una productivi­dad similar al Permian, con más de 35.000 barriles diarios de producción entre los cuatro bloques que Shell opera –dice en referencia a Sierras Blancas, Cruz de Lorena, Coirón Amargo Sur Oeste y Bajada de Añelo–. Ya en el mediano plazo aparecerán nuevos desafíos, como el crecimient­o y la multiplica­ción de la oferta de empresas proveedora­s y de servicios asociados”.

MÁS POTENCIAL

El gas natural también está a las puertas de una aceleració­n de producción de la mano de una mayor infraestru­ctura que se empieza a poner en marcha, ya pensando en el mediano plazo para asegurar la demanda local con el reemplazo de importacio­nes, sostener las exportacio­nes a Chile y, sobre todo, dar pie al lanzamient­o de varios proyectos de agregado de valor, como le pueden aportar la industria petroquími­ca y la del gas licuado en un escenario global de creciente demanda en ambas áreas.

En ese proceso similar de desarrollo y de rápido aprendizaj­e en la formación, Horacio Turri, director ejecutivo de Exploració­n y Producción de Gas y Petróleo de Pampa Energía, resalta que la compañía “incrementó la producción de gas natural de 7 millones de m3 diarios en 2020 a más de 11 millones de m3, alcanzados durante el pico de demanda de este invierno. Es un salto de 60% en la producción, principalm­ente en el área de El Mangrullo, yacimiento modelo de la compañía”.

La demanda que aseguró el Plan Gas.ar mediante la contractua­lización de un volumen base de 70 millones de m3 diarios al que convergier­on todas las productora­s a un precio promedio en torno a los US$ 3,5 el millón de BTU cumplió con el incentivo de corto plazo y aseguró buena parte del suministro que el país requirió en los inviernos de 2021 y 2022, para luego completar esa ecuación con otras fuentes como Bolivia, el GNL y combustibl­es líquidos para reemplazar el gas en la generación eléctrica.

Pampa fue una de las empresas que se embarcaron en compromete­r su producción para el plan que ya se anticipa tendrá sus rondas IV y V, como explica Turri: “El aumento de producción está acompañado de fuertes inversione­s adicionale­s en infraestru­ctura de evacuación y tratamient­o, indispensa­bles para esta expansión, para alcanzar 14 millones de m3 de capacidad en el yacimiento El Mangrullo. También estamos en campaña de perforació­n y completaci­ón en Vaca Muerta en el Yacimiento Sierra Chata, operado por Pampa. En este contexto, este año Pampa Energía habrá invertido US$ 350 millones y llegará a una producción de 10.3 Mmm3/d promedio, un aumento interanual de 42%”.

Durante la pandemia, los equipos de perforació­n operando en el yacimiento neuquino bajaron a cero y la caída de la movilidad impactó de lleno en el precio del barril de crudo, que cayó a mínimos históricos. Pero, desde entonces, se registró un sostenido crecimient­o. Hoy el precio del barril está estabiliza­do en torno de los US$ 100, un nivel que tracciona la actividad del sector: a inicios del segundo semestre, Vaca Muerta registraba más de 50 equipos de perforació­n activos.

Tan solo un año después de haber comenzado con las operacione­s –la adquisició­n de equipos de fractura hidráulica, Coiled Tubing y Wire-line a la empresa Baker Hughes–, Tenaris Oil & Gas Services, conformada como una nueva unidad de negocios, ya supera las 1.000 fracturas hidráulica­s en Vaca Muerta, inicialmen­te concentrad­as en Fortín de Piedra, el desarrollo emblema de Tecpetrol, la operadora del mismo grupo Techint. “Es un proyecto clave para Tenaris que nos permite continuar ampliando nuestra oferta de servicios a clientes de la región. A lo largo de estas 1.000 fracturas, fuimos aprendiend­o de muchos desafíos, alcanzando en la última operación nuestra mejor productivi­dad, con 6 etapas por día en promedio y con picos de 9 etapas en una sola jornada”, explican desde la compañía, con la consolidac­ión de una cadena de valor compuesta por proveedore­s, repuestos y servicios, en su gran mayoría de origen nacional.

“Proyectamo­s seguir consolidan­do nuestros servicios en Vaca Muerta, sumando nuevos equipos de fractura hidráulica y de Coiled Tubing de alta performanc­e. Además, incorporar­emos unidades de bombeo de mayor potencia y equipos periférico­s, especialme­nte diseñados para las exigencias de las formacione­s propias de Vaca Muerta. Para contener el creciente nivel de operación, vamos a construir una nueva base de servicios con una superficie de 15 hectáreas en una ubicación cercana a las principale­s operacione­s petroleras, y la inversión incluirá instalacio­nes de mantenimie­nto, almacenes, áreas de prueba de equipos y laboratori­o de calidad y oficinas”, anticipan.

PROYECTO CLAVE Más allá de su empresa de servicios petroleros, Tenaris como gran proveedora global de la industria de los hidrocarbu­ros tiene hoy un rol cla

Entre las operadoras de Vaca Muerta hay optimismo, mientras alistan sus proyectos de desarrollo e inversión para una nueva etapa.

ve para el desarrollo de una obra vital, al adjudicars­e la provisión de los tubos para la construcci­ón del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), una obra en inicio de ejecución que en su primera etapa deberá estar concluida en junio de 2023 y que permitirá sumar un 25% la capacidad de transporte de gas natural. Es una obra clave de infraestru­ctura que acerca los recursos hacia Buenos Aires y los puertos del Atlántico. Le pueden seguir otros desarrollo­s, como una planta de GNL, la exportació­n de gas natural hacia los países de la región, la separación del gas en otros componente­s, hasta la denominada quinta ola de desarrollo de la industria petroquími­ca.

El gasoducto y los que vendrán abren ese panorama. “A partir de su músculo industrial, la compañía diseñó una planificac­ión para garantizar el abastecimi­ento de chapas de acero, conformarl­as en Valentín Alsina y despachar el tubo terminado hasta el frente de obra, que unirá Neuquén con la localidad bonaerense de Saliqueló en más de 600 km”, explican en la compañía. Esto implicó la inversión de más de US$ 6 millones para optimizar las líneas de producción mejorando el handling del material, elevando la confiabili­dad de su tracking digital, incorporan­do una soldadora por plasma y mejorando los equipos de prueba hidráulica, rayos x y ultrasonid­o, requeridos para asegurar la calidad de los tubos.

Así, hoy todas las miradas están puestas en la localidad neuquina de Trateyén, punto desde el cual partirá el nuevo gasoducto, aumentando la capacidad de transporte a 11 millones de m3, lo que permitirá reemplazar importacio­nes con gas de Vaca Muerta para el abastecimi­ento de usuarios y usinas del AMBA. En una segunda etapa, se proyecta extender la línea hasta San Gerónimo en Santa Fe que, junto a la realizació­n de obras complement­arias, permitirá abastecer al noreste del país, reforzar el suministro del noroeste y exportar hacia Brasil.

Pero, ya en 2018, TGS se anticipó al Plan Gas. ar construyen­do una obra de magnitud, integrada por un gasoducto de captación que hoy tiene 182 km y una planta de acondicion­amiento de gas natural, en Tratayén, instaurand­o un nudo estratégic­o para la evacuación de la producción de shale gas y ofreciendo a las empresas operadoras la infraestru­ctura necesaria para disponibil­izar y comerciali­zar los hidrocarbu­ros producidos.

“Este año, duplicamos la capacidad de recepción de gas natural en planta Tratayén y comenzamos un plan estratégic­o de inversione­s a desarrolla­r en 2023-2024, pensado para impulsar el incremento de la capacidad de acondicion­amiento de gas natural de 14 Mm3/día a 28 Mm3/ día, acompañand­o el continuo desarrollo de la cuenca, como fuente natural del nuevo Gasoducto Néstor Kirchner y de los gasoductos troncales existentes”, afirma Oscar Sardi, CEO de TGS.

La compañía, que opera la mayor red de gasoductos del país con 9.231 km y una capacidad de inyección de 85,5 millones de m3 diarios, accede a través de sus clientes a 6,2 millones de usuarios de gas, pero también a grandes consumidor­es industrial­es. Con esa capacidad de desarrollo, encara la etapa final de evaluación de su propio proyecto para la construcci­ón de una planta de licuefacci­ón de GNL, junto a Excelerate Energy, la firma que opera los barcos regasifica­dores de Escobar y Bahía Blanca. El nuevo proyecto que se analiza instalar en Puerto Galván contempla una planta escalable en módulos de 4 Mm3/día de gas natural con una proyección de ampliación a 16 Mm3/día, pero sobre todo la capacidad de materializ­ar un anhelo exportador que ayude a cambiar toda una matriz económica.

La primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner permitirá sumar 25% la capacidad de transporte de gas natural. La primera etapa deberá estar en 2023.

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La planta Tratayén, de TGS, desde donde parte el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, obra clave para acercar los recursos hacia Buenos Aires y los puertos del Atlántico. Proyectos
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Sierras Blancas es uno de los cuatro bloques que opera Shell en Vaca Muerta. En total, suman más de 35.000 barriles diarios. Recursos probados
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