Las startups que serán los próximos unicornios
Por 8° año consecutivo, Forbes trabajó en conjunto con Truebridge Capital para encontrar las 25 startups de EE.UU. respaldadas por capitales de riesgo que tienen más posibilidades de convertirse en unicornios. De las 175 compañías que figuraron en la lista a lo largo de los años, 116 se convirtieron en unicornios, otras 22 fueron adquiridas y 9 empezaron a cotizar en bolsa antes de alcanzar esa marca. Solo 5 implosionaron o cerraron. Quiénes son las empresas del top 25.
Después de vender Shipt, su servicio de entregas en el día, a Target por US$ 550 millones, BILL SMITH lanzó su tercera gran actuación consecutiva desde Birmingham, su ciudad natal.
LANDING, su negocio de departamentos amueblados que ya cumplió tres años, alcanzó los US$ 83 millones en ventas en 2021 y espera llegar a los US$ 200 millones este año brindando un servicio a la generación de los que trabajan desde cualquier lugar.
BILL SMITH CONDUCE SU MIDNIGHT SILVER X DE TESLA
POR LAS CALLES DEL CENTRO DE BIRMINGHAM, ALABAMA, Y ESTACIONA FRENTE A UN COMPLEJO
de departamentos de pocos pisos. “Esto era un prostíbulo hace 100 años”, dice con una sonrisa. Hoy es un edificio moderno y renovado, uno de varios en esta vieja ciudad industrial donde su compañía, Landing, ofrece alquileres flexibles de departamentos amoblados. Smith, de 36 años, un hombre delgado, con intensos ojos azules, entra en un departamento luminoso de un dormitorio con una disposición “tipo casa chorizo”. El alquiler mensual vale US$ 1.800, un 20% más del precio al que se alquilaría si estuviera vacío. Está decorado con muebles de líneas simples, ropa de cama neutra e incluso vajilla de color gris, todo diseñado y fabricado por su equipo. “Si alguien quiere mudarse a un departamento en 5 días, tenemos que poder conseguirlo y ponerlo lindo en poco tiempo –dice–. Visto desde afuera parece fácil, pero es muy complejo”.
A partir del cambio en la manera en que los estadounidenses viven y trabajan, Landing les ofrece a sus miembros (que pagan US$ 199 por año) un rápido acceso a departamentos listos para mudarse con la posibilidad de un alquiler flexible de tan poco tiempo como un mes. Más barato que un hotel o un departamento corporativo y más predecible que
Airbnb, Landing apunta a los millennials por su flexibilidad para trabajar de manera remota, así como a otras personas (enfermeras ambulantes, padres con hijos independizados y gente que es nueva en una ciudad) que no tienen ganas de encarar la búsqueda de una vivienda y de comprar muebles para una estadía temporaria.
El grueso de los US$ 200 millones de ingresos de Landing proviene de su margen de ganancia, en general de un 30% a 40% más de lo que se paga por alquilar departamentos de dueños de viviendas multifamiliares, como los megapropietarios American Landmark y Northwood Ravin. Opera en 81 mercados en todo el país, pero los más grandes son las ciudades de gran crecimiento del Sun Belt, como Las Vegas, Phoenix, Austin, Atlanta, Nashville y Tampa.
En 2018 Smith vendió su anterior compañía, Shipt, un servicio online de entrega de comestibles, a Target por US$ 550 millones. Cree que Landing tiene más posibilidades: estima que quizás el 10% de los 40 millones de estadounidenses que viven en departamentos elegirán viviendas amuebladas de alquiler flexible dentro de 10 años. “El Covid-19 adelantó un cambio en la manera de vivir que iba a ocurrir en 5 años –dice–. Llegaremos a US$ 1.000 millones de ingresos para 2025. Y solo estaremos arañando la superficie de las oportunidades”.
Landing recaudó US$ 237 millones en una ronda de inversión, incluyendo US$ 75 millones en una reciente valuación de US$ 475 millones. No está mal para una firma que tuvo ingresos por US$ 83 millones en 2021, seis veces más que en 2020. Pero no es tanto como Smith esperaba, en especial debido a su historial y al crecimiento de sus ingresos. “Si fuera diciembre, ya estaríamos en el club de los US$ 1.000 millones”, dice, y agrega que recaudar dinero para su negocio “no fue divertido”.
Un aspecto positivo de seguir estando en la categoría de los que no son unicornios es que Landing todavía cumple con los requisitos para obtener un lugar en la lista de este año de Forbes de las próximas startups de US$ 1.000 millones: es una de las 25 compañías respaldadas por capitales de riesgo que tiene más posibilidades de alcanzar una valuación de US$ 1.000 millones.
Tal como mostró el auge y la caída de Wework, tanto el potencial como el riesgo de los nuevos modelos inmobiliarios son enormes. Smith trabaja para manejar el riesgo y la complejidad operativa con datos… con muchos datos. ¿Cuáles son las ciudades que tienen deman
“Bill Smith es muy sencillo. Es muy distinto a un Adam Neumann o Travis Kalanick”.
da y rentabilidad potencial? ¿Cómo recortar los costos de instalación? ¿Es necesario adaptar los precios y el marketing según la temporada? “Esto debe ser impulsado por la tecnología y no por las personas –dice Smith, que confía en los datos y su algoritmo patentado–. Es la única manera en que el modelo va a funcionar”.
Smith, que es dueño de casi un tercio de Landing y tiene una fortuna de más de US$ 400 millones incluyendo el efectivo que recibió por Shipt, está preparado para el desafío. “Me aburro fácilmente. Me atrae resolver estos problemas”, dice. Hijo de un agente de Cellular One y una transcriptora médica, creció en Birmingham. Recuerda que para su cumpleaños número 5 pidió de regalo un maletín y que luego cargaba su computadora de escritorio a la casa de su papá durante los fines de semana cuando sus padres se divorciaron. No estaba muy interesado en el colegio (“lo odiaba”), y dejó de estudiar a los 16 años. Vendía teléfonos Nextel después de clases, lo que le permitía ganar US$ 5.000 o más por mes, una suma considerable para un adolescente que vivía en Alabama. En 2009 fundó Insight Card Services, que ofrecía tarjetas Visa prepagas recargables. Cinco años más tarde, a los 28, vendió ese negocio a Green Dot.
Ya como joven millonario, comenzó a apoderarse del negocio inmobiliario. Se presentó en una subasta para comprar 33 condominios (ya vendidos) y, sobre la marcha, decidió licitar para la compra de 7 pisos en un edificio conocido como John Hand Building, donde habían estado las oficinas centrales de un banco. La oferta ganadora fue de US$ 510.000. “En ese momento pensé: ‘¡Dios mío! ¿Qué es lo que acabo de ganar?’ –dice–. La suerte fue que lancé Shipt y logré ocupar el edificio” (hoy el exbanco aloja las oficinas centrales de Landing).
En 2014, Smith creó Shipt para ofrecer entregas en el día a clientes que pedían alimentos online, con una inversión de US$ 3 millones. Para 2016, Shipt estaba disponible en 25 ciudades de 8 estados, lo que representaba un desafío para Amazon e Instacart, sobre todo en los mercados más pequeños. Con un paquete accionario propio de apenas el 50% en el momento de la venta por US$ 550 millones a Target, Smith era verdaderamente rico. “No parecía un gran cambio de vida, incluso cuando desde afuera se viera así –dice–. Vivo en la misma casa y hago las mismas cosas que hacía antes”.
Smith guarda en su celular una lista de 30 ideas de negocios y, después de dejar Target (como parte del acuerdo, trabajó para el minorista durante un año y medio), comenzó a pensar cuál era el siguiente paso. Los capitalistas de inversión estaban ansiosos por financiar cualquier proyecto que él eligiera. “Si me hubiera dicho que iba a dedicarse a realizar exploraciones en la luna, probablemente le hubiera dado dinero”, dice Ian Sigalow, de Greycroft, que encabezó la primera ronda de inversión de Shipt a una valuación previa a la inversión de US$ 45 millones y luego invirtió en Landing.
El primer intento de Smith, que se llamó Homesie, apuntaba a dueños de casas que necesitaban arreglos y podían solicitar el servicio por mensaje de texto. “Fue un fracaso total. Lo probamos unas pocas semanas y, literalmente, nadie se registró”. Smith lo cerró y dio su siguiente paso: transformar el funcionamiento y el concepto del sitio web en Landing. “Las compañías de productos de consumo son una nave espacial o no lo son, y si no son una nave espacial no quiero perder ni un minuto”. La idea básica para Landing había estado guardada en su celular por años. Durante su breve etapa como propietario de esos 33 condominios, había visto cómo a menudo los médicos residentes en la Universidad de Alabama alquilaban departamentos que necesitaban solo por un año. Y él había sufrido en carne propia la experiencia de mudarse temporalmente a San Francisco, uno de los mercados inmobiliarios más duros de EE.UU., en 2016, mientras creaba Shipt. “Estaba en Craigslist tratando de encontrar un lugar que sirviera para mi familia y fue un terrible dolor de cabeza”, recuerda.
A medida que la gente fue adquiriendo más flexibilidad respecto de dónde vivir, quiso facilitarles la tarea de elegir departamentos amueblados que no tuvieran los costos que se manejaban a nivel corporativo. Al igual que con Shipt, Smith puso inicialmente dinero en efectivo e invirtió finalmente US$ 15 millones. El lanzamiento de Landing fue difícil. Smith estaba haciendo malabares para afrontar personalmente las demandas de una startup además de las de su hijo más pequeño (tiene tres), que nació en 2019 con necesidades especiales y requirió de varias cirugías. Luego, en marzo de 2020, surgió la pandemia, los negocios cerraron y el destino de Landing quedó pendiendo de un hilo. Todo esto ayudó a que siempre fuera humilde. “Bill Smith es muy sencillo. Es muy distinto a un Adam Neumann o Travis”, dice el director financiero de Landing, Casey Woo, haciendo alusión al fundador de Wework (y exjefe de Woo) y al fundador de Uber, Travis Kalanick. “Uno suele tener, o bien un gran ego, o menos instinto asesino”.
Aunque el potencial de Landing es enorme, enfrenta una gran cantidad de competidores: desde las startups como Blueground y Zeus Living hasta hoteles que cada vez más ofrecen estadías prolongadas. Incluso Airbnb está impulsando estadías a largo plazo para trabajadores remotos, la categoría de esta empresa que más creció en 2021.
Dirigir un negocio como este también requiere de mucho dinero. Además del capital recaudado, Landing
Smith, que abandonó el secundario, está valuado en más de US$ 400 millones por sus startups Shipt y Landing.
asumió una deuda de US$ 230 millones, de los cuales retiró US$ 80 millones para poder cubrir todos los gastos, desde alquileres y tecnología hasta muebles y traslados. Usa su algoritmo para facilitar la ocupación de sus departamentos, siempre evaluando la demanda, explorando ubicaciones y definiendo precios en tiempo real. En este momento, Landing tiene 7.000 departamentos alquilados, con tasas de ocupación de 90%, pero admite que le faltan algunos años para lograr que el negocio sea rentable.
En lugar de firmar contratos de alquiler por adelantado con el propietario, corriendo el riesgo de que los departamentos queden vacantes si nadie alquila, Landing confía en el software para hacer primero una lista de los departamentos (tiene 20.000 en su base de datos), y luego firma los contratos y amuebla los departamentos. A partir de la experiencia de Wework en relación con los alquileres a largo plazo, Landing firma contratos de un año, lo que permite reajustar los precios o dejar las propiedades que ya no tiene sentido conservar. “El éxito de Landing radica en que funcionamos a demanda –dice Marcus Higgins, el director de Operaciones, que antes trabajó para Oyo Hotels, respaldado por Softbank–. Esto es un cubo de Rubik gigante y, en cuanto uno consiguió hacer un par de cosas bien, tiene que darlo vuelta y hacerlo de nuevo”.
En cuanto al diseño de los departamentos, es una de las claves para mantener bajos los costos. La firma fabrica sus muebles en Vietnam, donde los costos son inferiores. Luego los traslada por barco a un depósito de 280.000 m2 en Moody, Alabama. Tiene también depósitos más pequeños en Las Vegas, Austin y Phoenix.
La flexibilidad también se tradujo en el diseño cuando los costos de los fletes se dispararon: las sillas de cocina ahora son apilables, lo que permite almacenar una mayor cantidad. Una nueva línea de muebles que está por salir incluye mesas ratonas y mesas laterales que se armarán en Alabama en lugar de enviarse ya armadas. Con todo esto, Landing logró recortar los costos de instalación más del 50% desde su lanzamiento, según Woo, su director de Finanzas.
La pregunta del millón, por supuesto, es cuánta gente querrá vivir en una vivienda temporaria mes a mes, y si la movilidad de la pandemia para los empleados de oficina no solo continuará, sino que seguirá siendo lo suficientemente popular para que las finanzas funcionen. “El mundo del trabajo está en un gran período de experimentación”, dice Steve Cadigan, consultor especializado y autor de Workquake, que fue el primer director de RR.HH. de Linkedin. “El nómada digital se mantiene vigente hasta que quiere establecerse y tener hijos”, agrega. Smith, por supuesto, se muestra mucho más optimista, a partir de la idea de que el mercado inmobiliario es tan grande que Landing tendrá éxito incluso captando su pequeño segmento. “No todos van a vivir de manera flexible y ni siquiera lo hará la mayoría, pero millones de estadounidenses van a elegir vivir así”, dice.