ENTRE LA COYUNTURA DE LA MACRO Y EL FUTURO DE LA INNOVACIÓN
LOS PRINCIPALES ACTORES DEL CAMPO ANALIZAN NO SOLO EL PESO DE LAS RETENCIONES EN SUS MODELOS DE NEGOCIO, SINO EN LA BÚSQUEDA DE MEJOR PRODUCTIVIDAD CON MAYOR EFICIENCIA, Y MENOR IMPACTO AMBIENTAL A PARTIR DE LA INTEGRACIÓN DE MÚLTIPLES TECNOLOGÍAS QUE YA MARCAN EL PRESENTE Y EL FUTURO DE LARGO PLAZO DEL SECTOR. MÁS DE 200 PERSONAS SE DIERON CITA EN LA RURAL PARA ESCUCHAR A LOS PROTAGONISTAS.
El campo lo volvió a demostrar. Su capacidad de generación de divisas le permitió, como tantas veces, salir en auxilio de una macroeconomía agotada, con reservas de divisas casi en negativo, y un gobierno con bajo margen político para confrontar al sector agrario. Tras la experiencia del llamado “dólar soja” que alentó a los productores a liquidar exportaciones por más de US$ 8.100 millones (el ingreso de divisas más alto de los últimos 20 años en un mismo mes), los resultados fueron casi una demostración de fuerza de lo que puede el sector más dinámico de la economía cuando se lo permiten.
Ese mismo dinamismo es el que demanda, a la vez, apartar la mirada de la coyuntura, para analizar el desarrollo sustentable basado en innovación y tecnología que permita asegurar un agro competitivo para los próximas años. La digitalización marca un nuevo camino en el agro, que pone la atención en el producto de la tierra pero también en las nuevas demandas de los consumidores por alimentos de menor huella de carbono para un medioambiente en problemas.
parte de este debate entre necesidades del presente y posibilidades del futuro, los dirigentes de la Mesa de Enlace volvieron tras la experiencia del llamado “dólar soja” al reclamo por las retenciones como medida principal e inmediata. Casi al unísono es el pedido de Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA); Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA); Carlos Iannizzotto, presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), y Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA).
La medida abierta durante 25 días de septiembre que permitió liquidar 14 millones de toneladas de soja fue, para Pino, “una situación exitosa para el Gobierno más allá de que para el campo no fue nada, porque esto no fue otra cosa que una medida recaudatoria por una necesidad de juntar divisas”. Y planteó que es “el momento ideal” para que el Congreso, en el marco de la discusión del Presupuesto 2023, “levante la mano y diga que el tema de derechos de exportación pase por la Legislatura y ese sea el lugar de discusión”.
Chemes manifestó la preocupación que se presenta hacia adelante porque “el dólar soja fue como haber tomado recursos a cuenta y ahora hay que pensar con qué se va a cubrir el grano que no va a estar hasta febrero”, cuando comienza la próxima temporada de liquidaciones fuertes del complejo agrario. En un contexto de preocupaciones adicionales por el clima seco que anticipa una cosecha de trigo muy comprometida y de cosecha gruesa con falta de lluvias, “esto resulta apenas un parche que no ataca los problemas estructurales que generen un horizonte claro para el aumento de la producción y la inversión”.
De inmediato surge el planteo de la eliminación de las retenciones a la producción agropecuaria cuya aplicación fue judicializada por las entidades, por entender que resulta inconstitucional al no haber sido sancionada la Ley de Presupuesto 2022. En ese sentido, Iannizzotto señaló que “la puerta de la estabilidad económica pasa por la productividad que está fuertemente encaminada a través del sector agroindustrial” al cuestionar “la miopía política tan grande que ha pacomo
sado por diversos gobiernos”. Así, reiteró su postura y la de la Mesa de Enlace respecto de que “la baja de impuestos es el tema fundamental y no un dólar soja más allá de la reciente circunstancia, porque lo más apropiado es bajar retenciones y buscar alternativas para darles soluciones a las economías regionales”.
“Es necesario que los que no aprendieron nada –enfatizó Achetoni– empiecen a reflexionar qué es lo que el campo necesita: que le den condiciones al conjunto del agro y de las actividades del país”, y retomó el cuestionamiento sobre “las medidas atadas al antojo del gobierno de turno que habilita los beneficios al sector exportador, pero alejados de la realidad, porque el productor tiene realidades totalmente distintas sin infraestructura de caminos, ni tiene conectividad ni energía adecuadas”.
A la par del agro, la ganadería afronta desde el 1° de noviembre una nueva etapa en el mercado local para dejar atrás la salida del producto desde la industria frigorífica con medias reses para hacerlo con trozos de hasta 32 kilos, lo que Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), consideró que representará “importantes avances en materia de sanidad e inocuidad” para el mercado local pero a la vez cumplir con un “requisito muy demandado en el exterior cada vez que se va a negociar”. La medida, aseguró a diferencia de otras entidades, abaratará el costo de la carne al señalar que muchas carnicerías “para poder vender los cortes caros (lomo, cuadril, peceto) los tienen que bajar de precio, mientras que cobran más caro los cortes baratos que venden mucho”.
CAMPO DIGITAL
El campo también tiene en pleno desarrollo la agenda de la digitalización y las nuevas tecnologías. Una escena cotidiana en cualquier producción rural de la Argentina permite relevar con drones e imágenes satelitales si los cultivos están afectados por una plaga para que el productor desde su celular pueda identificarla y saber en tiempo real qué insumo debe aplicar para solucionar el problema.
“Sin duda, los productores están preparados para subirse a la ola tecnológica, sobre todo porque el agro argentino es uno de lo más competitivos y lleva en su ADN la innovación y estar siempre a la vanguardia”, afirmó Juan Martín Ocampo, gerente de Agronegocios de Santander Argentina. En ese objetivo de acompañar a los clientes del agro, Ocampo planteó que en la actual revolución de los datos “el crédito se commoditizó y la diferencia se puede dar por la digitalización del servicio financiero”, proceso de transformación que se aceleró con la pandemia e impulsó a la entidad a lanzar “un nuevo portal digital para el ecosistema agro que cruza desde la punta productora hasta la comercialización”.
Para Eduardo Novillo Astrada, CEO de Agrotoken, en el mundo siempre se mira qué tipo de tecnología se está usando en la Argentina ya que siempre está a la vanguardia “para hacer todo mucho transparente, descentralizado y abierto al mundo”. Sobre esa base se desarrolló “una solución que permite la tokenización de las commodities, es decir, convertir de manera transparente y segura los granos en un activo financiero que puede utilizar de varias formas”, una herramienta que sirve para comercializar de la mejor manera lo cosechado y que “permite que la tecnología sume valor a la tarea del productor”.
Esa misma necesidad de competir hace que el agro nacional sea muy dinámico. Este nuevo boom de empresas agtech que están
proliferando desde hace unos años es un reflejo. “Muchas son creadas por los mismos productores o sus hijos que devienen en emprendedores o inversores de estas nuevas tecnologías que son aplicadas a los sistemas agropecuarios para aumentar la productividad, la eficiencia y la rentabilidad”, completó el panorama Maximiliano Landrein, cofundador y CEO de Agrofy. En 7 años, la compañía “multiplicó por 11 la cantidad de productos digitalizados, mejoró la calidad de todo lo que está online, y gracias a estas innovaciones en los próximos tres años cambiará la forma en que funciona la parte comercial del agro”.
La digitalización también permite a los productores pensar en la relevancia de la medición para la toma de decisiones, y el campo tiene un conjunto de herramientas para pensar en lograr mayor eficiencia, más producción y trabajar en la sustentabilidad, para lo cual, tras la era de innovación en genética y en biotecnología, irrumpió esta nueva etapa del manejo de datos. El mercado, así, tiene una oferta amplia de herramientas como la que ofrece en el país Field View, “una plataforma digital que brinda a los productores soluciones innovadoras basadas en la cienpresa cia de datos, la cual los ayuda a administrar sus labores de una manera más eficiente, proporcionándoles informes agronómicos para tomar las mejores decisiones de gestión y compra a lo largo de toda la campaña y, de esa manera, optimizar sus resultados y medir datos”, explicó Luis Silva, líder de Climate de Bayer Crop Science Conosur.
Representante de una empresa verticalmente integrada que siembra cerca de 160.000 hectáreas por año, Ana Wegman, responsable de Innovación y Desarrollo en Lartirigoyen, contó que miden tomando como aliada a la tecnología: “Tenemos un programa muy grande y exitoso donde fuimos incorporando de a poco a todos nuestros productores, socios y clientes. Y la clave para que esto funcione es el trabajo con las personas”. Desde la visión de Wegman, “el concepto de la agricultura de precisión permite trabajar por ambiente y el tipo de herramientas disponibles está logrando una democratización de la información”, y permite “ir del macroambiente al nivel píxel para tratar a cada uno como se debe, en un claro ejemplo de eficiencia y sustentabilidad”.
En este punto se refleja una vinculación muy apreciada del agro con una emtecnológica como Microsoft. “Se dan todas las capacidades técnicas para poder transformar industrias que vienen operando de la misma manera desde tiempos inmemoriales como es el agro –afirmó Martín Sciarrillo, CTO de Microsoft Argentina–. Las alianzas estratégicas nos hacen entender cuáles son los problemas para poder brindar nuestras capacidades tecnológicas para resolverlo, para con un mayor entendimiento convertir esos datos en insights para diferentes modelos de negocios y servicios y eficientizar su ciclo de producción utilizando la tecnología”.
María Inés Di Nápoli, CEO de Plataforma Puma, agregó que desde la compañía desarrollaron una herramienta que permite al productor medir su impacto ambiental. “Como es una problemática que nos interesa a todos, creamos una calculadora que mide la huella de carbono. Además, nuestra app permite visualizar, almacenar y gestionar toda la información generada en cada etapa del cultivo, de manera geolocalizada y ordenada por campaña. La democratización de la información es tal que permite tomar decisiones en tiempo real y hasta hacer relevamientos de campo sin estar conectados a la web”.
DESAFÍOS SUSTENTABLES
En la búsqueda de una agricultura cada vez más sostenible en respuesta a las necesidades y demanda de los consumidores, el campo viene adoptando formas de producción más conscientes y menos agresivas con el medioambiente, y que además sean social y económicamente aceptables. Juan Lariguet, presidente de Corteva Agroscience Cono Sur, así lo entiende al explicar que “el foco es ver el hoy pensando en el mañana. Con ese fin, se busca mitigar la emisión de efecto invernadero, desarrollar productos innovadores que reduzcan su huella y promover la inclusión y diversidad de pensamiento”. Pero otro tema no menor que destaca es “garantizar la biodiversidad enfocándose en entender la dinámica de malezas, insectos y enfermedades”.
En ese sentido, Pilu Giraudo, presidenta honoraria de Aapresid y miembro RMR, destacó que los retos son producir más cantidad y calidad pero con menor huella ambiental, amigándose con las energías renovables y promoviendo biodiversidad y alta capacidad de resiliencia ante el cambio climático. “Argentina está anticipada en este camino de la preocupación por la erosión de los suelos. Los productores locales fueron los primeros en poner fin a un paradigma de deterioro en este sentido, mientras que en el mundo más del 80% sigue practicando la agricultura extensiva –explicó Giraudo–. La siembra directa, en el mismo sentido, abrió una nueva forma de trabajar, bajo un abordaje holístico que, además de la tecnología, incluye otros saberes como la ciencia y la experiencia. Hoy se produce y preserva en simultáneo, con preocupación por el desarrollo social, porque la sustentabilidad es eso”.
Esteban Bruel, administrador de Estancia La Clavija Maquinec, explicó que en su estancia están muy enfocados en buscar prácticas, procesos y maquinarias que los ayuden a hacer una producción respetuosa para el suelo, el aire y el agua. “Somos una empresa que produce commodities persiguiendo renta en dólares. Como queremos que esta firma perdure entre la familia, decidimos sumarnos a un programa de bonos de carbono que nos permite medir lo que hacemos. Gracias a eso pudimos determinar nuestras emisiones pasadas y elaborar un plan para mitigar las actuales. Además, rompimos recetas viejas, ya que entendemos que la sustentabilidad es rentable”.
Finalmente, Martín Fraguío, director de Carbon Group, explicó que la consultora se desarrolló “a partir del Acuerdo de París, donde por primera vez el sector privado tomó el liderazgo y presentó el rol de los suelos”. En ese marco, se creó esta organización que “permite generar programas que integran la visión del mundo financiero, la visión de lo técnico cuantibilizando con las emisiones de efecto invernadero y la protección de los suelos, para que el productor pueda medir su impacto en el entorno”. Este camino de los bonos de carbono “en este 2022 tendrá su año bisagra porque es en el que se está diseñando el nuevo mercado de carbono bajo el Acuerdo de París que se va a implementar a partir de enero de 2023”.