Consistente con el propósito
Las empresas que llevan varios años trabajando en la temática empiezan a sofisticar su agenda de sustentabilidad. Finanzas sostenibles y carbono neutral se encuentran entre los principales ejes de trabajo para generar impacto positivo. Todo debe ser medible: los datos que antes quizás aparecían en el reporte de sustentabilidad pasaron a formar parte de las memorias financieras de las empresas. Los planes más importantes de más de 70 compañías top del mercado.
En los últimos años,
las empresas pusieron primera en materia de sustentabilidad y aceleraron a fondo para cumplir sus ambiciosos objetivos a corto y mediano plazo. Eso trajo consigo una sofisticación de la agenda. “Hace 20 años, hablábamos de responsabilidad social y trabajo con la comunidad. Hoy tenés una agenda que toca todas las áreas: ambientales, sociales, gobierno corporativo y hasta finanzas y abastecimiento sostenibles”, señala Lucas Utrera, director asociado de SMS por el área de Sustentabilidad.
Los números y las mediciones se convirtieron en un requisito indispensable. Todo debe ser medible: huella de carbono, mujeres en posiciones de liderazgo y en la organización. Estos eran datos que antes quizás aparecían en el reporte de sustentabilidad y ahora pasaron a formar parte de las memorias financieras de las empresas. “Hay un interés por satisfacer la demanda de los inversores, pero también hay una necesidad de darle consistencia al propósito de las compañías”, asegura Utrera, que dice que en la consultora vieron multiplicarse las consultas en el último año.
Natura, por caso, creó IP&L (o modelo de Ganancias y Pérdidas Integradas) en respuesta a la necesidad de impulsar decisiones relacionadas con la sustentabilidad en función de datos de impacto. “Es un modelo para la gestión integrada de los desafíos ambientales, sociales y económicos, que busca medir en valores monetarios los efectos positivos y negativos del negocio sobre el capital humano, social y natural”, aseguran desde la firma. Su principal valor es la monetización: “Permite una mayor capacidad para relacionar resultados y compararlos con información financiera o económica”, añaden. Este indicador permitió a la firma saber, por ejemplo, que en el último año generó un retorno neto de US$ 1,5 en beneficios para la sociedad por cada US$ 1 de ingresos, y que el valor generado para la sociedad por sus operaciones en la Amazonia fue de US$ 59 millones.
El eje de finanzas sostenibles es desde hace algunos años la vedette en materia de sustentabilidad, tanto a nivel global (por los ODS de la ONU, el Acuerdo de París y las necesidades de financiar el desarrollo sostenible) como a nivel local y regional. “La vara subió y con el interés del inversor sobre en qué está financiando se terminó de meter el último bastión que faltaba, que era el área financiera”, destaca Utrera. En el caso de BBVA, situó a la sustentabilidad como una de sus seis prioridades estratégicas. Hace dos años lanzó(furonmalelíftn)eraihadnenpa,raénsntaemos personales llawmoajcdicakie, pensados para adquirir bienes que apuntan a energía renovable y eficiencia energética, como vehículos eléctricos, electrodomésticos con eficiencia energética A o superior y paneles solares. Trabaja con un doble foco. Por un lado, vinculado con la acción climática, contribuyendo a fomentar la eficiencia energética, la economía circular y la descarbonización. Y, por el otro, fomentando un crecimiento inclusivo, movilizando inversiones hacia infraestructuras que no dejen a nadie afuera. En Banco Provincia, el objetivo es generar productos y servicios financieros que contribuyan con el desarrollo sustentable. Así, también optó por líneas de crédito con condiciones especiales que promueven la protección del medioambiente y la incorporación de procesos de producción sostenibles, así como la generación de un impacto social positivo. Entre ellas, se destacan la línea Agrosustentable para inversión en biodigestores en el sector agropecuario, préstamos personales para adquirir tecnologías limpias y electrodomésticos con eficiencia energética, y otras para pequeños productores agropecuarios y agroecológicos de Provincia Microcréditos.
En esta mirada de los inversores por compañías con impacto positivo, uno de los ejes son las acciones de cuidado por el medioambiente. Esto, en las empresas, se traduce en un interés creciente por la medición de la huella de carbono, un proceso sumamente exhaustivo que profundiza la conversación en la organización sobre eficiencia energética y energías renovables; también, el interés por evaluar viabilidad de proyectos de economía circular que reconviertan de manera virtuosa sistemas de gestión de residuos. “Todo lo que es medición y auditoría empieza a ser muy relevante porque es lo que le da consistencia a todo lo que decís de vos mismo, a lo que le decís a un inversor”, asegura Julián Costábile, socio de SMS por el área de Sustentabilidad.
“Estamos convencidos de que la gestión del negocio con mirada de triple impacto –social, medioambiental y económico– es la forma de operar”, destacan desde Danone, que en 2017 logró la primera certificación B para el negocio de aguas (fue recertificada en 2021) y en