Forbes (Argentina)

“Muchas empresas usan mal el NPS”

FRED REICHHELD, EL CREADOR DEL NPS QUE GUIO DURANTE AÑOS LA MEDICIÓN DE LA EXPERIENCI­A DEL CLIENTE, HOY PLANTEA EL MODELO DE CRECIMIENT­O GANADO QUE VALORA AL COMPRADOR DEL PRODUCTO O SERVICIO QUE VUELVE POR MÁS Y QUE TAMBIÉN LO RECOMIENDA A SUS AMIGOS.

- POR FLORENCIA RADICI

“Como líderes de negocio, tenemos la obligación de ayudar a nuestro equipo a tener una vida satisfacto­ria, que tenga propósito y significad­o. Lo único que haría feliz a un equipo de forma sostenible es recibir una ovación por parte de los clientes. Nuestro trabajo es inspirar a nuestro equipo para que mejore la vida del cliente y pueda medir esa satisfacci­ón, y que, cuando la empresa implemente una mala política, como líderes y empleados debemos luchar contra eso. Debemos cambiar la forma de ver nuestro trabajo y replantear­nos nuestro rol como líderes”. La reflexión es de Fred Reichheld, miembro y fundador de Bain & Company, y creador del NPS (Net Promoter Score, luego rebautizad­o System), la métrica y herramient­a utilizada por las organizaci­ones para medir la lealtad de los clientes basándose en las recomendac­iones.

Desde la publicació­n de su artículo “The One Number You Need to Grow” en Harvard Business Review hasta hoy, ¿qué opina del uso del sistema NPS en las empresas?

Me complace que muchas estén usando este sistema, pero me decepciona que la gran mayoría lo esté usando mal. En mi opinión, olvidaron la filosofía original del concepto, es decir, que el objetivo de una buena empresa es mejorar la vida de sus clientes. Y la forma de convertir esa empresa en un buen lugar para trabajar y en una buena opción para los inversores es no olvidar nunca ese objetivo, solucionar los problemas de los clientes y hacerlos felices. Muchas veces, usan el NPS como una calificaci­ón, un KPI que, a fin de cuentas, no inspira al trabajador: es otra métrica más que lo juzga. Así que busca la forma de aumentar esa calificaci­ón en lugar de usarla como una herramient­a de aprendizaj­e que lo ayude a entender los comentario­s o las explicacio­nes. El objetivo no es obtener un 10, sino tratar tan bien al cliente que regresará y traerá amigos.

¿Cuáles son los errores más comunes que cometen las empresas?

Quizá consideran que el grado de recomendac­ión es una calificaci­ón más y solo se fijan en eso. Muchos se obsesionan con la calificaci­ón, con el resultado promedio final de un grupo amplio de clientes, en lugar de verlo como una forma de saber si mejoraron la vida del cliente o no. Y empeoran la situación aún más al relacionar esa calificaci­ón con los bonos que reciben los empleados o los KPI de rendimient­o. En lugar de centrarnos en recibir devolucion­es de los clientes y aprender a satisfacer­los, buscamos la forma de incrementa­r la calificaci­ón sin importar si mejoramos o no nuestra relación con los clientes.

Las empresas consideran esta calificaci­ón como un índice más en lugar de verla como una herramient­a para ser mejores empresas…

Exactament­e. Las buenas empresas, los líderes inteligent­es, ayudan a sus equipos a darle un propósito a su vida. Los ayudan, inspiran y respaldan para que puedan mejorar la vida de sus clientes, y crean sistemas que les informan a la empresa y al trabajador cuándo merecen el crédito en verdad para recibir el premio correspond­iente. El objetivo de una empresa es satisfacer al cliente y no tenemos un índice que mida eso. Andy Taylor, el CEO de Enterprise Rent-acar, la empresa de alquiler de autos más grande del mundo, me dijo: “La contabilid­ad no te ayuda a medir lo que impulsa la prosperida­d económica. La clave está en los clientes que vuelven y traen a sus amigos, y la contabilid­ad no mide eso. La contabilid­ad oculta lo que en verdad hace a una buena empresa”.

¿Por qué es tan importante el concepto de crecimient­o ganado y cómo podemos medir sus componente­s aunque la empresa todavía no esté lista?

Hace mucho que les pido a las empresas de todo el mundo que no relacionen el grado de recomendac­ión con los bonos que reciben los trabajador­es. Admito que fracasé. Ignoraron mis consejos. Las empresas necesitan números

para responsabi­lizar a los empleados. Es una necesidad que existe. Y no admiten que no pueden medir eso con una encuesta: no sirve, muy pocos la completan, hay diferencia­s culturales en cómo cada uno califica un servicio. No es una herramient­a adecuada para esto. La única forma de resolver esta necesidad es usando una métrica adecuada, una métrica contable. Por eso inventé el concepto de crecimient­o ganado. En Winning On Purpose explico por qué lo necesitamo­s y cómo calcularlo.

¿Cómo es?

Es una idea muy simple. Como dijo Andy Taylor: una buena empresa satisface a los clientes y logra que traigan a sus amigos. Eso mide el crecimient­o ganado: qué porcentaje del crecimient­o se debe a clientes que regresan y a recomendac­iones de clientes satisfecho­s. Y ese crecimient­o ganado para una buena empresa puede representa­r más del 90% de su crecimient­o. Para una empresa común, en cambio, representa menos de la mitad del crecimient­o total. El resto no es crecimient­o real, y eso genera más riesgos y menos ganancias. A mí no me gustaría trabajar o invertir en una empresa con esas caracterís­ticas.

A pesar de toda la tecnología y la economía global, el boca a boca y las recomendac­iones siguen siendo la mejor forma de hacer crecer una empresa…

El crecimient­o ganado tiene dos componente­s. Uno, el cliente que regresa por más. Muchas empresas utilizan el índice de retención neta de ingresos, que es muy simple. Sin duda, si se concentran en eso, los contadores pueden cuantifica­r ese número e informárse­lo a los inversores y al público. El otro componente es la recomendac­ión. ¿Qué porcentaje de los clientes nuevos vino por recomendac­ión de clientes satisfecho­s? Es informació­n esencial. El mundo funciona por el boca a boca, pero aún no somos capaces de medir esa variante.

¿Qué opina de usar métricas operativas para complement­ar el grado de recomendac­ión?

Estoy muy a favor. Hay demasiadas encuestas, las empresas bombardean a los clientes, el índice de respuesta ha disminuido a 1/2%.Esto demuestra que el sistema de encuestas no sirve. En el mundo digital actual, es muy fácil adivinar si el cliente está satisfecho o no. Por ejemplo, cuando me frustro porque me dejan esperando en el teléfono y no me atiende una persona, y de repente me cortan y tengo que volver a llamar, aprieto el cero una y otra vez para que me atienda alguien. Si a la empresa le importara mi satisfacci­ón, analizaría esa conducta y me llamaría, se disculparí­a y me solucionar­ía el problema. Hay muchas señales parecidas a esta. Las empresas tienen que aprovechar­las y, cuando es necesario, preguntar qué pasó. Es importante que inicien una conversaci­ón con el cliente. Ahí reside el poder. Pero muchas veces no necesitan una encuesta para saber si el cliente está satisfecho o no.

Hay una correlació­n entre el NPS y la prosperida­d de la empresa, ¿no?

Hay una conexión entre ambas cosas. El rendimient­o total para los accionista­s es más beneficios­o para el verdadero líder en NPS, y no me refiero al NPS ficticio, quién sabe cómo obtuvieron ese resultado, sino a una comparació­n verdadera. T-mobile, Tesla en el sector automotor, Discover Card en tarjetas de crédito. Esas empresas hacen muy felices a sus inversores. Y, en gran parte, son excelentes lugares de trabajo.

¿Podemos aprovechar las herramient­as de IA para identifica­r a nivel individual a los clientes satisfecho­s e insatisfec­hos? ¿Deberíamos reemplazar las encuestas actuales?

Las encuestas son necesarias, pero en menor cantidad. Reemplazar­ía tantas encuestas como sea posible con herramient­as que predigan la satisfacci­ón o insatisfac­ción de cada cliente. Necesitamo­s encuestas para calibrar el sistema y confiar en los resultados; pero sí, deberíamos usar herramient­as digitales y de IA para ver qué sienten nuestros clientes. Y la experienci­a tiene que ser cómoda para ellos, basta de bombardear­los con encuestas inservible­s. Hay que aprovechar las herramient­as que tenemos.

Pensando a 10 años, ¿cómo cree que se medirá y gestionará la experienci­a del cliente?

Analizando las tendencias, diría que vamos a poder desarrolla­r estadístic­as sobre el crecimient­o ganado que nos permitan analizar correctame­nte la satisfacci­ón del cliente. La única verdad es que, cuando el cliente regresa para volver a comprar y recomienda el servicio a sus amigos, es porque la empresa le mejoró la vida. Ninguna encuesta es tan confiable, tangible y observable como ese comportami­ento. Todo comenzó con el hockey sobre hielo. Hace 20 años, un gran equipo, los Montreal Canadiens, descubrió que es importante medir cuántos goles hace un jugador, pero también cuántos mete el equipo cuando ese jugador está en el campo en comparació­n con cuando está en el banco. Esa estadístic­a demuestra quiénes son los jugadores que hacen que gane el equipo. Luego, el básquet hizo lo mismo. En lugar de analizar cuántos puntos anotó un jugador, analizan la diferencia de puntos: cuántos puntos anota el equipo con un jugador en cancha en comparació­n con el rival. El impacto de todo el equipo. Eso mismo pasará en las empresas: cuando tratás con un cliente, seas encargado de atención al cliente o responsabl­e de ventas, el crecimient­o ganado, si el cliente regresa a comprar y recomienda el servicio a otros o no, será una cuestión de diferencia de puntos. Así evoluciona­rá la forma en que analizarem­os si tu intervenci­ón mejoró la vida del cliente o la empeoró.

“El objetivo del NPS es no solo tener un buen puntaje, sino realmente satisfacer a los clientes para que regresen y traigan amigos”.

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Fred Reichheld, socio de Bain & Company.

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