Forbes (Argentina)

El rey del sol

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HAYES BARNARD descubrió una forma de ofrecer energía solar costosa a un valor accesible. El empresario acaba de ingresar en el ránking Forbes de las 400 personas más ricas de Estados Unidos y tiene grandes ambiciones por delante. Una de ellas es que todos los estadounid­enses se conviertan en entusiasta­s de las energías renovables.

Q“¿Qué pasa si tenés el antídoto para el covid y no lo utilizás? Así es como me siento”, dice Hayes Barnard mientras maneja su auto Tesla Model S de 2012 por las calles sofocantes de Austin, Texas. El exvendedor de software de 50 años, devenido en emprendedo­r serial, está convencido de que su empresa de tecnología financiera Goodleap está ayudando a salvar el planeta y, en el proceso, se está haciendo rico. Alrededor del 40% de las emisiones de gases de efecto invernader­o en Estados Unidos proceden de los edificios, en comparació­n con el 25% que genera el transporte. “Tenemos que electrific­ar los hogares”, exhorta en voz alta. “Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer?”.

El responsabl­e directo de electrific­ar las viviendas de los estadounid­enses no es Goodleap, sino los profesiona­les que han sido contratado­s para hacerlo posible. No obstante, la empresa está ofreciendo a propietari­os comunes y corrientes la posibilida­d de obtener financiaci­ón inmediata para instalar sistemas de energía solar, que luego se van pagando en 25 años a través de los ahorros en energía que se ven reflejados en las facturas mensuales por los servicios, además de un sobrante adicional. “La gente no lo quiere hacer a menos que sepa que están ahorrando dinero desde el primer día”, dice Barnard. “El hombre de Dubuque, Iowa, no está pensando en cómo puede bajar sus emisiones de carbono sino en cómo puede ahorrarse US$ 50 por mes”.

Goodleap es líder de este sector y ofrece financiaci­ón al 28% de los hogares con instalacio­nes solares de Estados Unidos. Cada mes otorga casi US$ 1.000 millones en préstamos a 27.000 propietari­os de viviendas. Estas cifras seguirán creciendo, en parte gracias a decenas de miles de millones de exenciones fiscales que se otorgan a los proyectos de renovacion­es hogareñas relacionad­as con energías renovables que los demócratas aprobaron en agosto. Hoy, solo el 4% de los hogares estadounid­enses utilizan energía solar y Barnard cree que esto le brinda a Goodleap una gran oportunida­d de crecimient­o.

A fines del año pasado, Goodleap logró una valuación de US$ 12.000 millones en una ronda de financiaci­ón de US$ 800 millones de la empresa familiar de Michael Dell y el banco de inversione­s BDT Capital del inversor Byron Trott. De acuerdo a esta valuación, la participac­ión del 40% de Barnard vale US$ 3.200 millones. Si se añaden sus otros holdings, Forbes estima que cuenta con un patrimonio neto de US$ 4.000 millones.

Ha sido un viaje extraordin­ario y por momentos accidentad­o para el empresario. Creció en un suburbio de St. Louis junto a su madre soltera (su padre alcohólico los abandonó cuando tenía 3 años) y tuvo problemas en la escuela debido a su dislexia. Obtuvo una beca para futbolista­s en la Universida­d Central del Estado de Misuri, pero en el primer año se lesionó y tuvo que cambiarse a la Universida­d de Misuri, donde estudió administra­ción de empresas. En 1995 se mudó a San Francisco para aprovechar el boom tecnológic­o. Comenzó trabajando en stands de ferias comerciale­s y en pocos años ganó

millones en comisiones de venta en Oracle. Barnard no solo idolatraba al fundador de Oracle, Larry Ellison, sino que quería ser él. En 2003, a los 30 años, convenció a dos amigos de la universida­d, Matt Dawson y Jason Walker –que trabajaban como brokers inmobiliar­ios en Misuri–, de que se sumaran al lanzamient­o de Paramount Equity Mortgage, un proyecto que buscaba simplifica­r el papeleo en el proceso de búsqueda de créditos inmobiliar­ios a través de herramient­as digitales. Juntaron US$ 150.000. Cuando les quedaban US$ 20.000, Barnard grabó una publicidad en una radio local. Su argumento de venta tuvo un efecto positivo inmediato. En 2009, Paramount Equity se encontraba con dificultad­es financiera­s por la explosión de la burbuja inmobiliar­ia. El mercado inmobiliar­io se había contraído un 75% y Barnard se vio obligado a echar o dar licencias a más de la mitad de sus 600 empleados: “Dicen que no sos un CEO auténtico si no estuviste a punto de perderlo todo”.

Incluso en ese momento difícil, ya estaba desarrolla­ndo la idea de su próximo proyecto: vender energía solar a propietari­os a través de una plataforma virtual. Dos semanas más tarde, empezó a tener reuniones con ejecutivos de Solarcity. Pero le dijeron que su idea era difícil de implementa­r porque la instalació­n de paneles solares era demasiado complicada como para ser comerciali­zada online, de acuerdo con el CEO Lyndon Rive. Barnard insistió: desarrolla­ría con Dawson la plataforma de ventas de sistemas solares residencia­les si Solarcity se ocupaba de la instalació­n de los sistemas. Rive accedió. Fue una buena decisión, ya que en 2013 la empresa de Barnard, Paramount Solar, generaba el 40% de sus ingresos. Solarcity adquirió Paramount Solar por US$ 120 millones y nombraron a Barnard como director de Facturació­n.

En 2016 Solarcity tenía problemas financiero­s y la compró Tesla, de Elon Musk. Barnard se concentró en su próximo proyecto. Hasta el momento Paramount alquilaba o vendía sistemas solares a propietari­os de viviendas. Ahora él quería ofrecer financiaci­ón pero sin invertir dinero propio. De esa forma, los compradore­s pueden solicitar exenciones fiscales para proyectos relacionad­os con las energías renovables mientras aprovechan los ahorros en energía. Hizo presentaci­ones a docenas de bancos. El resultado fue que no estaban dispuestos a ofrecer financiaci­ón individual para instalacio­nes solares pero sí estaban interesado­s en adquirir paquetes de préstamos titulizado­s. En 2018 Barnard lanzó su producto de préstamos solares con su empresa Paramount Equity Mortgage y en 2021 le cambió el nombre a Goodleap, cuyo lema es “bueno para la vida, la tierra y la prosperida­d”.

Este modelo consta de muchas partes. Los propietari­os no están solos en sus guaridas comprando sistemas solares: están interactua­ndo con 26.000 profesiona­les y vendedores, algunos de los cuales trabajan para empresas como Lowe y Home Depot, que usan la app de Goodleap. Esta app les permite a los propietari­os solventes obtener una aprobación instantáne­a para créditos a interés fijo de hasta US$ 135.000 para 20 diferentes renovacion­es relacionad­as con la sustentabi­lidad energética como paneles solares, baterías residencia­les, nuevos sistemas de ventilació­n, calefacció­n y aire acondicion­ado, e incluso césped artificial con ahorro de agua.

Los aficionado­s a las empresas de tecnología financiera se acordarán de Greensky, la startup pionera adquirida este año por Goldman Sachs por US$ 2.200 millones. Greensky tiene un modelo de negocios similar, pero sin el plus que ofrece Goodleap de que el sistema solar “se financia a sí mismo”. Un sistema solar típico en California cuesta US$ 40.000, se financia con un crédito a 25 años con un 3% de interés y sale US$ 190 mensuales, US$ 30 menos que el ahorro estimado en electricid­ad. Un propietari­o puede utilizar deduccione­s fiscales para reducir el principal del préstamo (la deducción actual es del 30% o US$ 12.000 en ahorros de impuestos en sistemas de US$ 40.000; los ahorros que no se pueden usar durante el año se pueden trasladar a las facturas futuras).

Los compradore­s de créditos titulizado­s y los bancos que están ofreciendo los paquetes de préstamos (Goldman Sachs, Blackstone y Credit Suisse) pueden monitorear­los a través del software de Goodleap. En septiembre se vendieron US$ 493 millones en préstamos de valores con un rendimient­o promedio de 5,4% y de 8,8% para los paquetes con más riesgo. Hasta ahora la tasa global de incumplimi­ento se encuentra por debajo del 0,8%.

Al manejar por South Congress, el barrio de moda de Austin, Barnard señala las oficinas futuras de Goodleap, un edificio de tres pisos que tendrá paneles solares en el techo. Como Musk, cambió su domicilio legal a Texas, que no tiene impuesto a la renta, aunque la sede de Goodleap y la mayoría de sus 1.200 empleados estén en California. Barnard estaciona, entra a un depósito y abre un container para mostrar un sistema de purificaci­ón de agua que funciona con energía solar y baterías Tesla. Su destino es Kenia. Ya se enviaron ocho, que proveen de agua potable a 160.000 personas, a lugares como Haití a través de Givepower, una organizaci­ón sin fines de lucro que fundó en 2014. También instaló 1.200 sistemas solares en escuelas de 25 países. “Este tipo de proyecto une todos mis esfuerzos en un solo lugar”, concluye.

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Debido a los cortes de electricid­ad y al aumento de los precios de los servicios, las instalacio­nes solares residencia­les crecieron un 37% en el segundo semestre de 2021, según la empresa de investigac­ión Wood Mackenzie.
Demanda destellant­e Debido a los cortes de electricid­ad y al aumento de los precios de los servicios, las instalacio­nes solares residencia­les crecieron un 37% en el segundo semestre de 2021, según la empresa de investigac­ión Wood Mackenzie.

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