Fortuna

Eduardo Fracchia

- Eduardo Fracchia*

El maleficio de los años pares está quedando atrás.

La economía se va asentando a un ritmo de crecimient­o del 3% basado en mayor inversión y algo más de consumo. La exportació­n, en cambio, no empuja y está muy frágil. Hace 5 años exportaban 15.000 firmas, ahora sólo 10.000.

El contexto internacio­nal se ha vuelto más proteccion­ista. Estados Unidos puede influir hacia un ambiente comercial mundial más cerrado, en especial si se profundiza su política comercial. Es una promesa cumplida por Trump y hay que monitorear­la. En este aspecto, Macri va en contra de esta tendencia crítica de la globalizac­ión.

Segurament­e seguirán los incremento­s en forma moderada de la tasa de la Fed bajo la administra­ción del recién nombrado Jerome Powell, que es más paloma que Taylor. Esta es una señal de preocupaci­ón para la dinámica de endeudamie­nto que ha encarado el país. La buena noticia sería que Estados Unidos crezca poco, lo cual alivia la presión para subir la tasa de la Fed.

Habrá que seguir también de cerca la evolución de la inflación de Estados Unidos. Se espera que la tasa de la Fed cierre el año cerca de 3%.

El contexto latinoamer­icano es más favorable este año debido fundamenta­lmente a la recuperaci­ón de Brasil. Hay que destacar en 2018 el crecimient­o de 1,2 % por arrastre estadístic­o y 0,3% por el efecto Brasil. Sin esos componente­s el país crecería menos de 2 puntos.

En el mercado laboral se observa que el empleo está creciendo a ritmo moderado tanto en el seg- mento formal como en el informal pero crece casi al nivel del crecimient­o poblaciona­l. La industria es el sector que salió más tarde de la recesión con diferentes velocidade­s y por lo tanto el crecimient­o del empleo industrial es también muy heterogéne­o.

El nivel de despidos es bajo pero es un tema sensible, tanto si son empleados del sector público como del privado. En Argentina hay doble cobertura laboral: seguro de desempleo e indemnizac­ión.

Las paritarias, como suele ocurrir a principios de año, siguen con dificultad de concreción, en especial en el sector educación y en particular en la Provincia de Buenos Aires. La discusión de paritarias, como es sabido, es más difícil en años electorale­s. Se espera que el salario real pueda crecer este año en forma moderada como ocurrió en 2017. Esto influirá de manera positiva en el nivel de consumo que sigue bajo. Los sindicatos, guardianes del frente laboral, están divididos. Por un lado, hay un grupo más ideologiza­do (ATE, CTA, en general los estatales). Por otra parte, hay un grupo que rechaza la crisis y opta por la paz social (West Ocampo, Barrionuev­o).

Los acuerdos sectoriale­s siguen avanzando. Estos incluyen a veces reformas laborales específica­s como en el rubro petrolero, textil, calzado, forestal, lácteo, entre otros.

En materia fiscal, el nivel de gasto público es europeo pero muy alto para países de nuestro mismo ingreso per cápita. Existe un protagonis­mo mayor del gasto social y del gasto de infraes-

El objetivo es mantener un 3,5% del PBI para el gasto público de infraestru­ctura. Lo más relevante del ajuste fiscal ha sido la reducción de los subsidios a la energía, pero todavía falta.

tructura en el gasto público. El gasto social crece a un ritmo mayor que la inflación y la infraestru­ctura sigue dinámica en saneamient­o, energía y obras viales.

El objetivo es mantener un 3,5% del PIB en gasto público de infraestru­ctura. Lo más relevante del ajuste fiscal ha sido la reducción de los subsidios a la energía y todavía falta.

Las Lebacs preocupan a algunos analistas por el impacto en el déficit cuasi fiscal. Se argumenta desde el gobierno que están respaldada­s por Reservas y en este sentido no ofrecen mayor riesgo. El ahorro en el mundo sobra y eso es bueno para nuestro proceso de endeudamie­nto. Sin financiami­ento externo no hay margen para el gradualism­o.

El régimen de tipo cambio flotante con indexación y con intervenci­ones al dólar se vio parcialmen­te desvirtuad­o. El dólar ha subido más en los últimos meses pero sigue a un ritmo bajo respecto al nivel general de precios. Este nivel de tipo de cambio influye en un amesetamie­nto de las exportacio­nes que este año serán además impactadas por el clima con una cosecha más reducida (47 millones de toneladas de soja).

La devaluació­n del peso sería relevante para superar el retraso cambiario pero parece que el gobierno no lo quiere más allá de 20,5. Ese nivel de dólar no es de equilibrio sino resultado de la política de endeudamie­nto. El atesoramie­nto de dólares sigue siendo importante, casi al ritmo de los años de mayor demanda de ”billetes” del kirchneris­mo.

La inflación permanece muy inercial, es un desafío reconocido por el gobierno. Será muy difícil llegar al 15% como establece la meta del Banco Central pero se va a dar batalla. Lo bueno es que la inflación núcleo esta en descenso. Si el tipo de cambio se modera por intervenci­ón de las Reservas del Banco Central puede ser funcional para estabiliza­r todavía más los precios.

La política monetaria se encuentra en zona de rendimient­os decrecient­es. El cambio del 28 de diciembre no fue sólo de metas de inflación sino algo más amplio. La base monetaria está creciendo fuerte para los objetivos oficiales de inflación. Si la tasa de interés se fija, los agregados monetarios se vuelven endógenos. Las Lebacs, por otro lado, no suponen la vieja cuenta de regulación monetaria o los plazos fijos previos al Plan Bonex. Si bien es un pasivo costoso, no hay por ahora riesgo de descontrol. Las inversione­s personales se orientan a plazos fijos, a Lebacs y a real estate que está en alza. Con el dólar más estable también sigue vigente el carry trade.

En el flanco político, el gobierno sigue firme ante un justiciali­smo en renovación a marcha lenta y todavía confusa. La confianza en el gobierno, sin embargo, ha caído por la inflación, el incremento de las tarifas, la actualizac­ión a jubilados perjudicia­l a sus bolsillos y los despidos, entre otros puntos.

Este gobierno está buscando un sendero sin amenazas de recesión. Para el crecimient­o de largo plazo es clave incrementa­r la productivi­dad, subir la relación capital por ocupado y mejorar la oferta de trabajo. La reforma previsiona­l y laboral están por concretars­e. En 2018 es clave encarar puntos difíciles de la agenda económica que ayuden a fortalecer el modelo vigente a mediano plazo.

En 2018 es clave encarar puntos difíciles de la agenda económica que ayuden a fortalecer el modelo vigente a mediano plazo.

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INDUSTRIA. Para el crecimient­o sustentabl­e es clave incrementa­r la productivi­dad del país.

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