“ES DóNDE HAY QUE ESTAR”
FORTUNA: ¿Argentina tiene chances de ingresar a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) luego de haberle pedido un rescate al FMI?
FUNES RIOJA: Hace tres años DE que en la OCDE se hace el plenario internacional del B20. Nosotros ese tema lo trabajamos con el organismo y vamos a ir al plenario para apuntalar la visión de que Argentina tiene que estar en la OCDE. Este es el club de los países de mayor desarrollo y ahí es donde yo quiero estar.
FORTUNA: Hay una cuestión vinculada a la aspiración de estar, pero el país ahora presenta sus cartas nada menos que después de haberle pedido un salvavidas al Fondo.
FUNES RIOJA: De cualquier maDE nera, con los antecedentes que teníamos, el asunto tampoco era tan sencillo. Creo que aún en la forma en que manejemos este auxilio internacional financiero de emergencia, porque hay una situación de turbulencia, los otros no cayeron tanto porque nosotros éramos más vulnerables, me parece que amerita ese tratamiento. A título personal, estoy absolutamente convencido de que la Argentina tiene que entrar en la OCDE y tiene que hacer las cosas como la OCDE las ha capitalizado en función de la experiencia de los países desarrollados. De los países desarrollados que no son sólo los 7 grandes, sino que hay 35 países que tienen determinada consistencia, donde entraron Australia y Nueva Zelanda, que estaban muy atrás. Yo estuve con el primer ministro de Nueva Zelanda y le pregunté cómo hicieron cuando Gran Bretaña les soltó la mano. Y contestó: nos reconvertimos. Ahora funcionan como un reloj desde el punto de vista productivo y desde el punto de vista de sus dirigentes.
hitos importantes en la construcción del G20 y en el rol que tomó el B20: Australia, donde hubo una participación modesta, y Alemania desde el punto de vista de la metodología.
FORTUNA: ¿Temen un retroceso hacia el proteccionismo a escala global?
FUNES DE RIOJA: Las políticas disruptivas van en contrario con la armonización de políticas en el G20. Por ende a mí no me llama la atención que hayamos tenido una tercera ola de incorporación de empresas, hay más de 1.200 para este foro del B20. Esa comunidad empresaria internacional está preocupada por estas disrupciones que en definitiva le quitan previsibilidad al mundo.
FORTUNA: Cada vez que hay un cimbronazo, los empresarios se agrupan, suman más adeptos.
FUNES DE RIOJA: Por lo visto sí. Los cimbronazos desde el punto de vista comercial o financiero llevan a la necesidad de buscar un piso común de políticas que le den previsibilidad y estabilidad al mundo. En definitiva se trata de esto. La Argentina tomó las agendas de los últimos eventos y se preguntó: ¿vamos a inventar algo? Hay temas que son clásicos y ya vienen siendo transitados, y hay que profundizarlos, como la transparencia. Hay que darle seriedad a ese tema, y la región tiene problemas con esto. Otro tema que es transversal, comprende a todos, es pequeña empresa. No estamos haciendo prácticas imaginarias, estamos elaborando documentos y conclusiones para influir en la decisión de los 20. Esto será para noviembre, y no solamente para que quede una frase linda que nos refleje. Queremos dejar normas, valores y legados que sean muy claros. No sólo para el gran empresariado, sino para las pymes.
FORTUNA: Metodológicamente, el grupo discute, intercambia puntos de vista. ¿Para octubre estará listo el documento?
FUNES DE RIOJA: En octubre tiene que estar listo porque tenemos 30 días para discutirlo con el Gobierno y ver qué es lo que va y qué no.
FORTUNA: ¿El Gobierno puede bajarles un tema, que no sea presentado en noviembre durante la Cumbre?
FUNES DE RIOJA: No. Nos puede decir ‘no le tomo ninguna de las recomendaciones’ o ‘le tomo todas’. Igualmente, no sólo vamos a hacer fuerza desde acá. Además de estas recomendaciones, hemos ido testeando los temas.
FORTUNA: Trabajan sobre temas prácticos como la alimentación. Luego tienen que difundirlo.
FUNES DE RIOJA: Por eso creamos un foro de líderes nacionales. Este no puede ser sólo un problema de elites empresariales. Esto tiene que llegar abajo. Por eso fuimos a Rosario, luego a Salta, Córdoba, donde hubo 800 empresarios reunidos para discutir esto. Estamos convencidos de que si la globalización no entra en el empresario común y en la gente común, no hay posibilidad para Argentina de entrar al mundo. Tenemos un lugar en el G20, tenemos una voz. Argentina puso un tema sobre la mesa, que es futuro alimentario sustentable. Y nosotros lo que hicimos fue decir que para discutir esto tiene que involucrarse al sector primario y al sector industrial. Acá
hay que agregar valor. No es que no vayamos a exportar más commodities, pero si les podemos agregar valor, mucho mejor.
FORTUNA: ¿Es difícil la tarea de bajarle al empresario un mensaje superador cuando está chapoteando en el barro, tratando de salir adelante?
FUNES DE RIOJA: Desde que yo nací estamos chapoteando en el barro. Lo que me encantaría sería que la Argentina no siguiera chapoteando en el barro, que no tuviera el 25 o 30% de pobreza, no tuviera el 35% de informalidad laboral, tuviéramos competitividad, una productividad seria, un Estado eficiente, moderno. A mí esto no me cambia el escenario. Sólo haciendo todos los deberes uno evita todas estas oscilaciones como país. Esto es como cuando una persona está débil, entonces lo agarra un viento y se lo lleva.
FORTUNA: ¿La idea es cómo aprovechar la globalización desde el punto de vista y el protagonismo del empresario?
FUNES DE RIOJA: Sí, es así. El primer aspecto a decir es que nunca tuvimos el espacio que la iniciativa privada tiene en cualquier país desarrollado. Esto nos da un espacio para tenerlo. Históricamente o se negó la participación de la iniciativa privada o se hizo un manejo coyuntural. Sin proyectos de mediano o largo plazo.
FORTUNA: Es como si por primera vez los empresarios tomaran consciencia de la responsabilidad que tienen como clase.
FUNES DE RIOJA: Grupalmente. Quizás sería muy injusto decir que no hay gente responsable. Yo soy el menos importante de toda esta gente, yo sólo articulo. Soy un articulador de gente que es imposible pensar que tenga el tiempo que está dedicando para hacer esto. El tiempo y el esfuerzo económico, porque es una iniciativa puramente privada. Se constituyó un fideicomiso en el Banco de Valores, no tocamos un peso, lo administra el fideicomiso. Hay una excecutive sherpa, Carolina Castro, que es la administradora. Alquilamos unas oficinas dentro de la Unión Industrial Argentina. Yo
“Queremos dejar normas, valores y legados que sean muy claros. No sólo para el gran empresariado, sino también para las PyMEs”.
no soy funcionario público y estoy absolutamente ad honorem. Lo hago porque estoy convencido.
FORTUNA: ¿Se cuestiona el rol del Estado desde el sector privado?
FUNES DE RIOJA: El rol del Estado para que sea un buen Estado. Tenemos una oportunidad fantástica. Acá tenemos un Estado elefantiásico o ausente. A nosotros eso no nos interesa. Viniendo de la industria de la alimentación puedo decir que ne- cesitamos un Estado muy eficiente, un Senasa, una defensa de la competencia. Esto para exportar y para importar. Que no nos pongan barreras por cualquier cosa. Esto va a todos los planos, incluida la Justicia. Sin una Justicia rápida y eficiente no hay seguridad jurídica. Todo esto requiere de un Estado que no sea bobo. ¿Qué son estas recomendaciones? Son recomendaciones estructurales de mediano y largo plazo. Ahora hay que tomarlas e implementarlas, con un seguimiento. Porque no es solamente hacer poesía. Sino que haya posibilidad de implementación, por lo tanto tienen que ser concretas y susceptibles de seguimiento. Ver qué hicieron los del G20 con todas estas cosas. ¿Es fructífero o sólo musicalmente agradable escucharlo? Esto se tiene que transformar en políticas de Estado. Por ejemplo, el comercio sufre un gran problema de unila-
teralismo y la OMC necesita reforzarse y aggiornarse, pero es una entidad necesaria.
FORTUNA: Otro de los ejes planteados por Argentina es el del financiamiento de obras de infraestructura.
FUNES DE RIOJA: En este punto el núcleo es que el sector privado tiene que asociarse a la obra pública también a través del financiamiento. La Participación Público Privada no se da sólo en la Argentina, sino en el mundo como un mecanismo que aparece para financiar. Si hablamos de economía digital, la digitalización va a estar en todos lados. La industria 4.0 ya está en la Argentina a través de la industria automotriz y tiene que ir hacia otros sectores. En energía, hablamos de energías limpias. Ese es un gran desafío para la Argentina. En alimentación vemos que se inventan muchas barreras para arancelarias para nuestros productos. En segundo lugar, que el potencial hay que desarrollarlo al máximo y para eso debemos tener capacidad de producción, capacidad de industrializa- ción y de exportación. En educación, con este sistema educativo no generamos empleo. Pero lo más grave es lo siguiente: las empresas no traen tecnología porque no hay mano de obra calificada, entonces la ponen en otro país que la tenga. Y el operario argentino que se preparó para eso migra. Formamos los recursos y migran, y no entra la tecnología que necesitamos para un país que tiene vocación industrialista.
FORTUNA: ¿Se está dando ese debate en el Gobierno?
FUNES DE RIOJA: Lo están dando los gobiernos y lo estamos dando nosotros. Y nosotros tenemos que convencer a nuestro gobierno de que esto tenga carne en las conclusiones. En cuanto al rol de la pequeña empresa, genera entre el 60 y el 90% del empleo en el mundo. Argentina, además y por la deformación del Estado, tiene un exceso de 1 millón de empleados públicos. Ahora, ¿dónde van a ir? Van a tener que ir a esas pequeñas empresas a las que hay que hacerlas formar parte de las cadenas de valor, transparentes, sustentables. Para esto hay que generar el puente entre educación y empleo, entre la sociedad y la empresa. Hoy no hay una valoración positiva de la iniciativa privada. El G20 es un vehículo, y la influencia del B20 es clave porque se ha convertido en el grupo más importante y tenemos que hacer oír nuestra voz.
FORTUNA: ¿Usted cree que el resultado de los distintos grupos de trabaja podrá traducirse en recomendaciones concretas para el Gobierno, como por ejemplo pautar niveles máximos de tributación en cada uno de los niveles del Estado?
FUNES DE RIOJA: El tema fiscal no está, no lo pusieron en la agenda. Por ende, no lo podemos poner nosotros. Lo hemos planteado a nivel nacional. Lo que sí está es cuál es el entorno favorable para crear empresas y empleo. Un Estado eficiente, un ordenamiento
legal que genere seguridad jurídica, con un esquema de independencia de poderes, que es algo central. Además, una continuidad de políticas de Estado, respeto a la iniciativa privada, obviamente a los derechos humanos, un sistema tributario que sea un aliciente a la inversión.
FORTUNA: La educación es fundamental.
FUNES DE RIOJA: La educación es clave porque pienso que en la Argentina hay que hacer una revolución educativa, no una evolución. La Argentina es un país con una práctica de anomia fenomenal producto de nuestra heteroculturalidad. Yo puedo cambiar 18.000 leyes y no las respeta nadie, y seguimos igual. Todavía quedan muchos resabios corporativos. Creo que la digitalización de la economía y esta nueva forma de comunicación están generando nuevos modos de vinculación entre el trabajador y la empresa. Robert Reich, quien fue ministro de Trabajo de Bill Clinton, decía que la seguridad de un empleo no está en la indemnización, está en las habilidades. De alguna manera estaba anticipando esto que se viene. El trabajador con capacidades es un capital y hay que defenderlo. Si se va a otra empresa, migra, es una pérdida. En algunos casos se está dando que los mandan a entrenarse a algún lado, pero les hacen firmar un contrato para que se quede dos años en la compañía.
FORTUNA: ¿Y la legislación laboral?
FUNES DE RIOJA: Tenemos una legislación laboral de la segunda revolución industrial y andamos por la cuarta. No se sorprendan del 35% de informalidad. Adentro del Estado también ocurre, no sólo en el sector privado. El costo laboral es 3-2-1, más alto que Brasil y en México. Esta fórmula indica que lo que en Argentina cuesta 3, en Brasil cuesta 2 y en México 1 en términos de costo laboral, no sólo salarial. Un trabajador con un sueldo de 100 pesos se lleva a su casa 70 y al empleador le cuesta entre 150 y 200. Estas grietas afectan nuestra competitividad.
“Nunca tuvimos el espacio que la iniciativa privada tiene en cualquier país desarrollado. Esto nos da un espacio para tenerlo”.