Martín Redrado “No alcanza, falta un plan para producir”
El economista y ex presidente del BCRA analiza la corrida cambiaria y afirma que es necesario combatir seriamente la inflación. Por qué dice que “no hay un nuevo FMI o un Fondo más bueno”.
El economista y ex presidente del Banco Central analiza la corrida cambiaria y afirma que es necesario combatir seriamente la inflación. Por qué dice que “no hay un nuevo FMI o un Fondo más bueno”.
La corrida cambiaria dejó severos daños colaterales. La estampida del dólar terminó por cargarse a un presidente del Banco Central y dos ministros, le dio por debajo de la línea de flotación a los salarios y azuzó la inflación al punto de que este año se espera escale al 30%, el doble de lo pautado por el Gobierno en las metas originales.
Abrasivo, el mercado desgastó en un puñado de días el escudo que significaba el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. De allí la batería de medidas de manual que debieron aplicarse de apuro para detener la ofensiva. Hay, en la visión de Martín Redrado, mucho de ingenuidad en un equipo económico más preparado para los buenos vientos que para la tempestad.
FORTUNA: ¿Era necesario refrescar el equipo económico en término de nombres? ¿Se había producido un desgaste?
REDRADO: Fueron días de furia. No cabe duda que la política cambiaria estaba corriendo por detrás de los acontecimientos, que las intervenciones del Banco Central no habían logrado dar certidumbre, previsibilidad. Por el contrario, fueron aumentando la incertidumbre del mercado. Sobre todo cuando un Banco Central interviene y el tipo de cambio se sigue movimiento, ahí la pulseada la va ganando el mercado y no el banco. Más allá de las personas, la política cambiaria tuvo muchas marchas y contramarchas que la llevaron a su agotamiento. Era necesario cambiar esa política.
FORTUNA: ¿Qué opina de la nueva batería de medidas lanzadas para controlar el tipo de cambio?
REDRADO: Son medidas clásicas que uno tiene que tomar en el contexto de una corrida cambiaria. Esto es absorber la mayor cantidad de pesos y poner a disposición del público la mayor cantidad de dólares posible que haya tanto en el Banco Central como en el sistema financiero. Está claro que la medida de no tener una fecha para liquidar divisas parecía para un país desarrollado, no para un país como la Argentina. Por supuesto que no hay que volver a las restricciones irrealistas, pero algo razonable debe haber. Un tiempo entre 180 y 360 días es lo lógico para darles flexibilidad a los exportadores, pero también saber que se cuenta con esas divisas. Ahora se necesita pericia para saber utilizarlas. Sobre todo mostrar el peso que tienen las intervenciones del Banco Central.
FORTUNA: ¿Se desmontó el esquema de regulaciones financieras demasiado rápido? ¿Quedamos a merced de los capitales golondrinas?
REDRADO: Creo que hubo una apertura excesiva de la cuenta capital, quizás un poco inocente. Sobre todo en un mundo donde el principal desafío que tiene cualquier hacedor de políticas públicas, en Pretoria,
Brasilia, Kuala Lumpur o Buenos Aires, es cómo administrar los flujos de capitales que son tan volátiles. Hoy los capitales ingresan a los mercados emergentes y salen con una velocidad realmente muy importante. Con lo cual lo relevante para un hacedor de políticas públicas es tener la capacidad de generar políticas anticíclicas, es decir guardar en épocas de vacas gordas para gastar en épocas de vacas flacas. Mi visión es que el equipo económico estaba mucho más preparado para un proceso de ingreso de capitales. Es decir, cuando hay viento a favor. Pero de repente hubo una brisa en contra y los encontró con el paso cambiado.
FORTUNA: ¿Se puede hablar de sorpresa en torno a la salida masiva de capitales cuando todos sabían que la Reserva Federal iba a comenzar un proceso de suba de tasas de interés?
REDRADO: Es cierto, por ahí uno puede decir que el Ministerio de Finanzas lo previó tomando los u$s 9.000 millones de deuda en enero, y quizás el Banco Central no, al no tomar medidas como por ejemplo esta que hablo de haber extendido el plazo de liquidación. A mi juicio está claro que el esquema de metas de inflación que eligió la Argentina tuvo fallas, hasta el propio presiden- te ha tomado nota de que su enfoque antiinflacionario no fue correcto. Se tomó este esquema tomando a la tasa de interés como el único instrumento para poder fijar expectativas inflacionarias y lo que esto generó fue precisamente lo contrario. Se generó una atracción de capitales golondrina que hicieron del carry trade el mejor negocio financiero que hubo en el mundo durante 2017. Los altos rendimientos del carry trade muestran la falta de mirada de lo que estaba ocurriendo en los mercados internacionales. ¿Estaba preparado el equipo económico? Una parte sí y otra parte no.
FORTUNA: ¿Con qué otros instrumentos debe jugar el Banco Central para bajar la inflación?
REDRADO: Creo en la política macroeconómica como la base de una política antiinflacionaria. Es decir
“Creo que hubo una apertura excesiva de la cuenta capital, quizás un poco inocente. Sobre todo con capitales tan vólatiles”.
que todos los brazos de una política económica vayan en dirección de poder bajar la tasa de inflación. La política fiscal, monetaria, de ingresos, los botones que maneja el sector público tienen que ir todos en un mismo número nominal. Hoy mientras estamos hablando, el gasto público está creciendo a un 17,5% anual, la emisión monetaria a un 29% y las políticas de ingresos del sector público, es decir el pago de salarios, jubilaciones, asignaciones sociales, en promedio suben 22%. Cada una de las variables que toca al sector público va en distinta dirección nominal. Un ministro de Economía, en definitiva, es un director de orquesta.
FORTUNA: ¿Había muchos directores en la orquesta?
REDRADO: Yo diría que había muchos músicos, cada uno tocando una partitura distinta. Cuando uno toca la mejor música electrónica, el otro el mejor folklore, el otro la mejor música clásica, si todos tocan al mismo tiempo lo que sale es un gran ruido. Lo que se necesita es una política macroeconómica consistente que vaya mostrando mojones, balizar el camino. Que haya metas específicas plurianuales con objetivos trimestra- les que muestren cómo los tres brazos de la política económica pueden convivir. No hay reemplazo para una política macro sustentable y sobre todo consistente. A mi juicio es la gran deuda que tiene este gobierno.
FORTUNA: El presidente Macri reconoció que este año la inflación puede rondar el 30%. Pero todavía queda un largo camino en torno a la actualización de tarifas.
REDRADO: Espero que haya también un cambio allí y que se trabaje con un concepto central que es la segmentación o el análisis de la capacidad de compra o la capacidad adquisitiva que tienen las distintas zonas urbanas donde se aplican esas tarifas. Para ser gráfico, es muy distinta la capacidad de pago de un ciu- dadano en Recoleta que la que tiene otro en Mataderos, Flores o Soldati. Hay que trabajar mucho más con las cuadrículas, hacer segmentación. Lo utilizamos en el sector privado cuando uno busca vender mejor, entonces hay que segmentar de acuerdo a la clase de consumidor al que apunta. Hay que ser específico en la capacidad adquisitiva, y esto no se ha hecho. Se suben las tarifas el 400% para todo el mundo en la Ciudad de Buenos Aires, y lo que digo es: reanalicemos porque sin dudas que las tarifas tienen que actualizarse, pero con criterio.
FORTUNA: ¿Habrá una vuelta de tuerca en este tema a partir de la salida de Juan José Aranguren del Ministerio de Energía?
REDRADO: Es deseable que la haya. Uno de los temas que Argentina tiene por delante es que tienen que cerrar las cuentas públicas. En la Carta de Intención al FMI hay un enfoque muy parcial sobre este caso. Está claro que el salario real de los trabajadores registrados, como el de los no registrados, va a sufrir una caída de entre el 3 y el 6% este año, con lo cual ser más precisos en torno a cómo se trabaja en el tema tarifas me parece central.
“Lo que vi en el acuerdo con el Fondo es lo clásico: ajuste fiscal y cambiario que permitan equilibrar la economía local”.