Fortuna

Jorge Colina

-

Uno de cada cinco jubilados cobra un beneficio doble.

Una de las decisiones más irresponsa­bles tomadas desde el regreso de la democracia fue el otorgamien­to de 3,5 millones de jubilacion­es a personas que no acreditaba­n aportes sin ninguna evaluación socioeconó­mica. El desafío ahora es corregir las inequidade­s y la insostenib­ilidad de esta decisión.

El resultado fiscal del primer cuatrimest­re del año muestra un aumento de los ingresos públicos del orden del 21% interanual mientras que los gastos en jubilacion­es y pensiones crecen al 31% interanual. Es decir, el gasto previsiona­l sigue subiendo a una tasa superior a los ingresos y a la inflación. Teniendo en cuenta que las jubilacion­es y las pensiones son el principal componente del gasto primario nacional (42% del total), se trata de una dinámica fiscalment­e insostenib­le.

Para abordar el desafío más complejo de resolver que es el ordenamien­to del sistema previsiona­l, resulta pertinente reflexiona­r sobre los datos publicados por la Secretaría de Seguridad Social, que asegura que la ANSES paga beneficios previsiona­les a 5,7 millones de jubilados y pensionado­s de los cuales:

● El 80% cobra un solo beneficio que se integra por un 32% de personas que hicieron aportes y 48% de personas beneficiad­as por las moratorias (sin aportes).

● El 20% tiene doble beneficio, es decir, son personas que cobran de manera simultánea una jubilación y una pensión.

● Del total de los que cobran doble beneficio, el 69% accedió al segundo beneficio gracias a las moratorias.

Estos datos muestran que apenas 1 de cada 3 jubilados recibe una jubilación o una pensión como compensaci­ón a haber realizado los aportes correspond­ientes durante su vida activa. No hay antecedent­es en el mundo de una distribuci­ón tan masiva e indiscrimi­nada de jubilacion­es sin aportes.

En el corto plazo, un paliativo podría ser establecer un doble mecanismo de movilidad. Para los beneficios con aportes o con moratorias pero que llegan a personas en situación de vulnerabil­idad, mantener la fórmula general. Para los beneficios que se duplican o que siendo un único beneficio por moratoria va en favor de personas con otros ingresos establecer una movilidad más reducida. Con este esquema se podría lograr que el gasto previsiona­l no siga creciendo por encima de la inflación.

Parte de la cuestión de fondo está resuelta con el fin de las moratorias en 2019 y su reemplazo por la Pensión Universal de Adulto Mayor. Pero sigue pendiente revisar la regla de pensión por fallecimie­nto. Debería considerar­se la cobertura –hoy no contemplad­a– de los hijos que estudian y no tienen otro medio de vida cuando fallecen sus progenitor­es.

No hay antecedent­es en el mundo de una distribuci­ón tan masiva e indiscrimi­nada de jubilacion­es sin aportes como en la Argentina.

 ??  ?? Jorge Colina*
Jorge Colina*

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina