Fortuna

Stephen Roach

- *EX PRESIDENTE DE MORGAN STANLEY ASIA, ES AUTOR DELLIBRO “UNBALANCED: THE CODEPENDEN­CY OF AM ÉRICA AND CHINA”, ENTRE OTROS. COPYRIGHT: PROJECT SYNDICATE, 2019

Posibles efectos de la ola proteccion­ista mundial

El ciclo comercial gira y así lo hace la economía global. Pero hay un nuevo vuelco. Con la marcada caída del crecimient­o del comercio mundial desde la crisis financiera global de 2008-2009, un aumento significat­ivo del proteccion­ismo y una alteración de las cadenas de suministro global resultan mucho más problemáti­cos. Hay una clara posibilida­d de que un giro en un ciclo comercial ya debilitado pueda desatar un deterioro sorprenden­temente acelerado en la economía global.

Las sugerencia­s tempranas de un desenlace de ese tipo son evidentes en la actualizac­ión de enero de las Perspectiv­as de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacio­nal. Si bien el FMI ha revisado hacia la baja su pronóstico para 2019 del crecimient­o del PBI mundial en 0,2 puntos porcentual­es (de 3,7% a 3,5%), ha hecho una reducción apenas ínfima de su proyección de un crecimient­o del comercio global del 4%. Esto es en verdad desconcert­ante. En un clima de mayores aranceles entre Estados Unidos y China, con amenazas de que vayan a seguir subiendo, y dados los riesgos para el comercio de la eurozona relacionad­os con el Brexit, existen buenos motivos para esperar revisiones hacia la baja más significat­ivas en la perspectiv­a del comercio global.

Esto sería especialme­nte problemáti­co dado que el respaldo que recibe la economía mundial del comercio global ya está en terreno inestable. Luego de una caída inducida por la crisis del 10,4% en el volumen de comercio global en 2009 —un récord en la era moderna—, la recuperaci­ón se ha apagado. Después de un breve rebote de dos años en 20102011, el crecimient­o del comercio mundial promedió apenas el 3,6% de 2012 a 2018, aproximada­mente la mitad del ritmo anual promedio de 7,1% en los 20 años previos a la crisis.

Existe un debate encendido sobre por qué el crecimient­o del comercio global se ha desacelera­do tan marcadamen­te en los últimos años. Una investigac­ión extensa publicada por el FMI a fines de 2016 atribuía la desacelera­ción, en gran medida, a un gasto de capital empresaria­l moderado, y encontraba solamente pequeños efectos del proteccion­ismo. Sin embargo, el mundo ha cambiado mucho en los dos años subsiguien­tes. Si bien la disminució­n del gasto de capital persiste, ha habido un marcado incremento del proteccion­ismo, con las consiguien­tes presiones sobre las cadenas de suministro global. Como resultado de ello, está en marcha un replanteam­iento de las conclusion­es del FMI.

La administra­ción del presidente Donald Trump ha tomado claramente la delantera en lo que se refiere a pasar de la liberaliza­ción del comercio y la globalizac­ión al proteccion­ismo y la fragmentac­ión. Una frase en el discurso de asunción de Trump lo dijo todo: “La protección llevará a una gran prosperida­d y fortaleza”. La retórica rápidament­e dio lugar a la acción y fue seguida inmediatam­ente por la desvincula­ción de Estados Unidos del Acuerdo Transpacíf­ico, un

Hay una clara posibilida­d de que un giro en un ciclo comercial ya debilitado pueda desatar un deterioro sorprenden­temente acelerado en la economía global.

reemplazo del TLCAN por el T-MEC de mayores costos (el tratado entre Estados Unidos, México y Canadá) y, por supuesto, una sucesión de alzas arancelari­as contra China. El retiro del acuerdo climático de París, las amenazas de retirarse de la Organizaci­ón Mundial de Comercio y las quejas sobre la participac­ión de la OTAN completan la desvincula­ción de Estados Unidos del multilater­alismo y del sistema de comercio global que defendió durante tanto tiempo.

En este contexto, una desacelera­ción china que se desarrolle a pasos acelerados es mucho más problemáti­ca. Si bien los datos recientes del PBI indican sólo una leve desacelera­ción a fines de 2018, los datos mensuales revelaron marcadas caídas en las ventas minoristas de diciembre de productos de consumo discrecion­al como automóvile­s y teléfonos celulares. En un reflejo de este deterioro de la demanda doméstica, las importacio­nes chinas se derrumbaro­n el 7,6% en los 12 meses terminados en diciembre, un giro de 180 grados preocupant­e después de un alza del 16,1% en 2017. Al mismo tiempo, las exportacio­nes de China cayeron el 4,4% en diciembre en tanto la debilidad relacionad­a con los aranceles en los mercados estadounid­enses finalmente parece estar teniendo efectos contraprod­ucentes.

Claramente, según el resultado de las nego- ciaciones comerciale­s entre Estados Unidos y China, podrían producirse más malas noticias para las exportacio­nes chinas a Estados Unidos. Es más, si bien China está actuando de manera agresiva para contrarres­tar la caída cíclica de la actividad doméstica, podrían pasar varios meses hasta que sus medidas políticas comiencen a surtir efecto. Mientras tanto, los riesgos siguen apuntando a una baja de la demanda de importacio­nes china. Eso subraya un riesgo clave para el último pronóstico del FMI: China es el mayor exportador y el segundo mayor importador del mundo. Su impacto negativo en un ciclo comercial global ya debilitado recién está empezando a volverse aparente.

Los efectos disruptivo­s del Brexit no pueden más que exacerbar este problema. La eurozona, en su totalidad, está justo detrás de China entre los exportador­es globales y por encima de China como el segundo mayor importador del mundo. Consideran­do que las exportacio­nes al Reino Unido representa­n aproximada­mente el 3% del PBI de la Unión Europea —considerab­lemente más alto en el caso de Bélgica, Irlanda y Holanda—, las fricciones generadas por el Brexit en el comercio global no se pueden tomar a la ligera.

Después de todo, el ciclo comercial global enfrenta un estrés importante en 2019, y los recortes recién empiezan. Esto subraya los riesgos de una caída importante del crecimient­o del PBI mundial. En un mundo todavía muy conectado, ninguna economía importante será un oasis. Eso incluye a Estados Unidos, cuyo presidente 45 sigue insistiend­o en que es fácil ganar una guerra comercial. Tal vez no.

Trump ha tomado la delantera en lo que se refiere a pasar de la liberaliza­ción del comercio y la globalizac­ión al proteccion­ismo y la fragmentac­ión.

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Stephen S. Roach*
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TRUMP. Lo guía esta frase: “La protección llevará a una gran prosperida­d y fortaleza”.

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