ACUERDO O DEFAULT, éSA ES LA CUESTIóN
La nota de tapa de esta edición de Fortuna es una saludable brisa de aire fresco en medio de tanta pandemia y confinamiento: la presencia cada vez mayor, aunque tal vez a un ritmo bastante lento, de mujeres en el management de las compañías; en este caso seis CEOs al frente de empresas destacadas y multinacionales. Los obstáculos, desafíos y logros son similares, y una reflexión sobre todos ellos contribuye a mejorar las prácticas y adecuar la cultura de las compañías para que sean atributos como la idoneidad, el mérito, el compromiso y la flexibilidad las únicas razones que expliquen la conformación de las cúpulas corporativas.
El contexto económico sigue dominado por la cuestión crucial de la reestructuración de la deuda, donde la diferencia entre lo que ofrece el Gobierno de Alberto Fernández y lo que reclaman los bonistas “extranjeros” es muy poca pero por alguna razón que parece relacionada a la política, el acuerdo se ha demorado más de lo previsto. Solo a partir de la resolución de esa pulseada —que ya lleva siete meses— la Argentina estará en condiciones de ordenar sus prioridades. ¿Habrá acuerdo o default?, ésa es la cuestión.
Obviamente, los actores económicos hacen fuerza por el acuerdo. El presidente Fernández lo dice también, a cada rato, aunque aclarando que debe ser una resolución favorable y sustentable para el país. Esto quiere decir que se pueda pagar sin sacrificios excesivos. Entonces, ¿cuál es la traba? Todas las miradas apuntan hacia la vicepresidenta Cristina Kirchner, que encarna al sector más radicalizado de la coalición oficialista, y al ministro Martín Guzmán, que parece responder más a Cristina que a Alberto.
¿Y qué quiere Cristina? Es difícil saberlo, pero en ese sector siempre se ha dicho que “es preferible un buen default a un mal acuerdo”. Se verá pronto, aunque la diferencia entre el Gobierno y l os bonistas es tan pequeña que se hace difícil pensar que podamos concretar el default técnico en el que país, de hecho, ya se encuentra.
Además, de l as notas de tapa y sobre la deuda, sugiero fuertemente la entrevista a Agustín Salvia, el titular del Observatorio de la Deuda Social de la UCA para cuestiones económicas y sociales, en la que advierte sobre una de las consecuencias más dolorosas de esta crisis de oferta y de demanda, que es el crecimiento de la pobreza, que podría llegar al 50 por ciento de la población. Es decir que al final de la pandemia uno de cada dos argentinos quedará bajo la linea de la pobreza.
El contexto sigue dominado por la cuestión crucial de la reestructuración de la deuda, donde la diferencia es muy poca pero por alguna razón que parece relacionada a la política, el acuerdo se ha demorado más de lo previsto.