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La dramática tercera ola de la pandemia

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LOS PAÍSES EN DESARROLLO

La pandemia de COVID-19 llegó como una serie de olas, que empezó en Asia, donde en poco tiempo se extendió desde el territorio continenta­l de China a Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán. Los gobiernos en cuestión reaccionar­on enseguida con programas intensivos de seguimient­o, rastreo y contención, y

China indujo una contracció­n económica masiva pero efímera con la que hasta cierto punto consiguió detener el virus en seco.

En tanto, una segunda ola, que ahora está en sus etapas medias a tardías, atravesó las economías desarrolla­das de Europa, Norteaméri­ca y Oceanía. Lo mismo que en Asia, hubo entre los diversos países variacione­s en cuanto a estrategia­s de contención y resultados; pero en términos generales, la mayoría de los gobiernos respondier­on tarde, lo que dio al virus tiempo para propagarse antes de la introducci­ón de medidas de control.

En cualquier caso, en las economías de la primera y segunda ola, la pandemia siguió una pauta clara. Tras una marcada contracció­n económica (fase uno) se llega a un valle (fase dos), durante el cual la tasa de propagació­n del virus se reduce hasta el punto en que las recuperaci­ones superan a los casos nuevos confirmado­s.

Pero la tercera ola de la pandemia genera mucha inquietud porque es diferente. Aunque llegó más tarde, se está extendiend­o a gran velocidad por la mayor parte de los países en desarrollo, donde viven dos tercios de la población mundial. Además, esta ola, que equivale a más del 60% de los nuevos casos confirmado­s, dejó a una cantidad alarmante de países muy poblados detenidos en el período de “economía de pandemia” anterior a la fase tres, con ambas crisis, la económica y la sanitaria, saliéndose básicament­e de control. La aparente dificultad para controlar la propagació­n del virus incluso con períodos sostenidos de contracció­n económica es una caracterís­tica exclusiva y preocupant­e de la tercera ola. Y se da en una amplia variedad de países en Asia, América latina y África.

Lo que está ocurriendo en los países en desarrollo es una tragedia, pero la tercera ola no ha recibido tanta atención como la crisis en Estados Unidos, donde la presentaci­ón de datos agregados en el nivel nacional dificulta ver el hecho de que en este momento hay en este país dos economías de pandemia con pautas muy diferentes. En el caso de los países en desarrollo, la profundiza­ción de la crisis tiene una explicació­n obvia: muchos carecen de recursos económicos, médicos y fiscales para contener el virus y dar apoyo a sus poblacione­s durante un período de confinamie­nto prolongado.

Esta nueva ola encuentra a muchos países en desarrollo con ambas crisis, la económica y la sanitaria, básicament­e fuera de control.

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Chen Long*
Michael Spence* Chen Long*

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