DE QUé SE QUEJAN
Un discurso oficial anti empresas privadas.
Falta de un plan que incentive la producción y la exportación.
Escaso diálogo con las áreas específicas del Gobierno.
Mayores regulaciones, en especial las cambiarias.
Más presión impositiva, como el llamado impuesto a los ricos.
Prohibición de despidos.
Ocupaciones de tierras y relativización de la propiedad privada por parte de algunos funcionarios.
no amenaza con un impuesto a la riqueza. Y hay una parte de la sociedad argentina que coincide con eso. El tema de los valores debe ser predominante y anterior a las herramientas técnicas que hay que corregir. Tenemos que ordenarnos en valores distintos. En el mundo de hoy se progresa con empresas, capital privado, innovación, participación internacional”.
Es evidente que a la hora de levantar vuelo las empresas que se van sopesan las alternativas. Según Elizondo, “hay una conjunción de factores por el cual se está produciendo este fenómeno. Cuando una empresa decide irse de un país es porque antes ha evaluado muchos aspectos previamente. No se trata de una decisión intempestiva y por supuesto que no es fruto de una sola causa. Tengo la certeza de que son varias las razones. La decisión surge entonces de un complejo de razones que obviamente son integrales. A partir de allí, hoy con la foto de la economía argentina, el nuestro es un mercado que pierde atractivo. Es un mercado con una población empobrecida, con poder adquisitivo en retroceso, una plaza inestable, con una tasa de inflación imprevisible. También la política cambiaria es imprevisible y las tasas de interés no la fija el mercado sino la política. En estas condiciones es muy difícil planificar para una compañía”.
Estas son algo así como las líneas generales, el trazo grueso de un cuadro difícil de interpretar. En el caso por caso surge, en cambio, la diversidad y las opiniones, entonces, suelen ser divergentes. La economía argentina, como todas, representa un vasto panorama de intereses al que la crisis impacta de distinta manera.
En lo que hace a los industriales, el sector podría claramente dividirse en dos partes: las grandes empresas y las PyMEs. Entre las primeras existe, a su vez, una subdivisión: se hallan las de capital nacional, algunas con perfil exportador y otras con claro destino de mercado interno, y las internacionales. Tienen un alto nivel de inversión y manejan negocios de grueso calibre.
A la hora del diagnóstico, José Urtubey, empresario y directivo