“EL EMPRESARIO ESTá ATRAPADO”
Las
FORTUNA: ¿Cuál es para usted el clima de negocios que hoy vive la Argentina?
BOGGIANO: Voy a nombrar una palabra que lo resume todo: expectativa. En definitiva lo que encontramos es que cada vez resulta más difícil que las empresas ganen plata en la Argentina. Cada vez hay más impuestos, más regulaciones, más trabas. A partir de las medidas del Banco Central se dará que todo lo importado será imposible traerlo. Por más que el importador tenga los permisos, no les venderán los dólares.
FORTUNA: En este contexto, ¿qué perspectivas vislumbra?
BOGGIANO: Las perspectivas de crecimiento del país son cada vez peores. Es difícil entender cómo alguien puede pensar que la solución era endurecer el cepo cambiario. Lo único que se logra con eso es poner más trabas a la economía. El argentino que quiera viajar tendrá que comprar dólar blue.
No le venderán el dólar oficial. Luego escuchamos al presidente de la Nación diciendo que los dólares son para producir. Es algo extrañísimo. Uno tendría que poder hacer lo que le da la gana con tu plata.
FORTUNA: ¿Qué evaluación hace de la gestión gubernamental?
BOGGIANO: El Gobierno está ha
ciendo todo mal. No digo que Macri lo haya hecho bien, pero ésa no es una excusa. Macri tenía algo de credibilidad todavía; por eso, tras las PASO ocurrió el desastre.
FORTUNA: Alberto Fernández encarna un gobierno kirchnerista, con todo el bagaje de usos y costumbres del peronismo. ¿Por qué deberían debería existir en la Argentina una política de Estado que premie y favorezca el desarrollo productivo del país. Y, de alguna manera, miran con recelo que el único sector con rentabilidad positiva sea el financiero. “Algo funciona mal cuando sólo un rubro saca beneficios, cuando el crecimiento no es armónico”, enfatizan.
¿Y el futuro? “Tal vez la crisis podamos tomarla como un castigo divino o como una oportunidad para la mejora y el cambio —sostiene Pedro Cascales—. Si es así, bienvenido sea. Hoy el eslabón más importante y el más débil son las PyMEs, que emplean al 70% de los trabajadores privados y mueven el 45% del PBI. Si no cambiamos, tendremos solo salidas transitorias y ante cualquier movimiento político volveremos a caer. Hace falta consenso político con todos
El principal problema del decreto sobre las telcos es que las define como empresas de servivio público y las saca de su ámbito de competitividad.
decir, las saca del ámbito de la competencia entre privados, que es el que asegura que ese sector —clave para toda la economía, para todos los negocios— siga a tono con lo que pasa en el mundo.
“Si lo que quieren es hacer que todo el mundo tenga acceso a la conectividad, a internet como servicio, no creo que el mejor camino sea pisando los precios. En el fondo, cuando se congelan los precios en una economía inflacionaria, donde se espera que el índice de inflación este año sea del 40%, implica en la práctica para las empresas obtener un valor más bajo”, le dice a Fortuna el analista Enrique Carrier, titular de Carrier y Asociados.
El Gobierno echó mano a la situación de escasa conectividad que desnudó la pandemia para avanzar en la regulación sobre las telecomunicaciones. Los datos duros parecen darle la razón. Según la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica, realizada por el Ministerio de Educación, menos de la mitad de los hogares cuenta con acceso fijo de buena calidad en la señal a Internet; 3 de cada 10 de hogares no tienen acceso fijo a Internet: 27% accede sólo por celular y 3% no tiene internet de ningún tipo.
Además, en hogares con Internet fija, la tercera parte tiene problemas en la señal. El 53% no cuenta con una computadora liberada para uso educativo y el 56,1% de los alumnos de nivel primario de gestión estatal utilizan únicamente el teléfono celular para fines educativos.
Pero el decreto generó muchas suspicacias. “Clarín es el principal perjudicado porque tiene una participación importante en todos los negocios —asegura Carrier—. En otros casos, hay algunos que son fuertes en cable, otros lo son en telefonía móvil. La verdad es que teniendo la TV abierta, TVA y las alternativas con internet, no tiene mucha lógica que la TV por cable sea esencial y estratégica”.
Y redondea: “El tema con el control de precios es que resulta fácil de entrar y muy difícil de salir. Se acumula entonces el retraso, la olla acumula presión. El congelamiento ahora es hasta fines de diciembre. Pero luego no van a recuperar terreno. A nivel consumidor final, lo que mantiene el precio es la competencia, que a su vez es lo que incentiva a tener mejores productos. En este caso al servicio público en competencia, si se le quita la variable precio, la competencia desaparece. Por más que haya tarifa social, si no hay cobertura de la red inalámbrica o fija, es lo mismo que nada”.
La intervención del Gobierno en el mercado genera urticaria entre
“Si lo que quieren es hacer que todo el mundo tenga acceso a internet, no creo que el mejor camino sea pisando los precios”. ENRIQUE CARRIER