DESACOPLADOS DEL MUNDO
El
desacople entre las finanzas y el mundo real que se evidenció en la crisis de 2008 todavía no tiene un cauce definitivo. El FMI pronostica crecimiento para el año que viene que, en realidad, es reactivación y en muchos países no será en V, sino una recuperación más tenue.
La relajación monetaria puede generar burbujas en Estados Unidos, como ocurrió a principios de los 2000 antes de la crisis subprime. La elección norteamericana está abierta y su desenlace influirá en la región naturalmente. Europa bajó la tasa de interés y las potencias económicas de la Unión Monetaria están en recesión por la pandemia. Alemania lidera Europa pero crecerá poco.
El comercio internacional se expande menos en un contexto mundial donde además las manufacturas son cada vez más difíciles de colocar desde los países emergentes. Estamos en un
pendencia del BCRA ha disminuido ante la mayor dominancia fiscal.
Los altos niveles de gasto estatal, que han crecido más que los ingresos generando un déficit primario, pueden encontrarse como una de las causas de la generación del aumento de precios sostenido en el tiempo. Sumado a este punto, en los últimos meses la emisión monetaria ha crecido mucho por los gastos de emergencia asociados a la pandemia.
El déficit fiscal primario se encuentra en los niveles de finales de los ‘70 estimado en un 9% del PIB, liderado por el gasto en subsidios en la emergencia, IFE y ATP. Otras teorías atribuyen como causa del fenómeno a la pérdida de independencia del Banco Central.
Por otro lado, también es necesario destacar que el aumento de precios puede deberse al aumento del precio de las commodities que impacta sobre el mercado doméstico.
De esta forma puede observarse cómo las causas de inflación son atribuidas a distintos fenómenos: mundo donde sobra producción y una dosis mayor de proteccionismo es la respuesta reactiva de las naciones.
América latina, por su parte, crecerá al 4-6% el año que viene. Para 2022 se la devaluación, el exceso de demanda ante cuellos de botella, los incrementos salariales, la elevada concentración económica, el alza de los precios internacionales de los alimentos, la emisión monetaria o las expectativas de inflación.
Por su parte, el gobierno actual atribuye la suba a un clima político y social que afecta las expectativas de los agentes. En su opinión, estamos ante un “reacomodamiento de precios” que se disipará cuando se recuperen las expectativas favorables.
Es de alta complejidad erradicar el fenómeno a partir de la impleestima 2,5%, por lo que podría decirse que estamos perdiendo el tren de la expansión del resto los emergentes. Mala década para Latinoamérica.
Argentina enfrenta una situación deli
mentación de “controles de precios” ya que la inflación es de índole macroeconómica. Por otro lado, la idea de “enfriar” la economía para generar una disminución de los precios puede ser peligrosa y no generar los efectos esperados.
Según el Foro Económico Mun
La inflación distorsiona las decisiones de ahorro e inversión, acortando los niveles de predicción de las firmas y de los individuos.
cada. Sin pandemia la economía hubiese caído 2%, con ella podría caer hasta 14%. Viendo lo positivo siempre pensamos en el campo como aporte de divisas.
Se espera una cosecha importante para
dial (WEF por sus siglas en inglés), la inflación es el mayor problema que posee la Argentina a la hora de hacer negocios. El nivel de precios de Argentina se encuentra en los peldaños más elevados comparándolo con el resto del mundo. Sólo países como Venezuela tienen niveles de inflación más altos.
De esta forma puede observarse como en nuestro país continúan existiendo la tensiones características de un país exportador primario aún en proceso de industrialización, entre sectores con productividades distintas, lo que en su momento Diamand llamó “la estructura productiva desequilibrada”. Esto se vio plasmado, en su punto máximo, con el “voto no positivo” a la 125 ante la implementación de retenciones móviles.
Las causas de la inflación se asocian también a la imposibilidad del desacople de los precios domésticos de los internacionales, junto con la imposibilidad para contener las prácticas de los grupos concentrados. Estamos frente a un fenómeno bien complejo que la sociedad no ha podido resolver.
Llevamos 10 años en un nivel pro
Nuestro país es una de las excepciones a la tendencia mundial ya que muestra una caída en 2019 con relación a lo que tenía en 2010.
Estamos frente a un fenómeno complejo, llevamos 10 años en un promedio de 30% anual.
presiones de gasto de las elecciones de medio término. El déficit que propone el presupuesto es complejo de concretar ante la demanda social en un año además eleccionario.
El gasto público será fomentado por la línea más populista de la administración con más obra pública y transferencias. La razón: el año electoral. Los ingresos tributarios crecen en términos nominales pero no en términos reales por la recesión de 2020. En definitiva, la brecha externa y el déficit fiscal moldean el crecimiento del país que converge a cero a mediano plazo.
Hacia el fin de mandato es poco lo que puede dar esta economía salvo que haya un fuerte cambio de timón hacia la institucionalidad, reformas estructurales y ortodoxia. Un quiebre hacia mayor confianza en la clase política y consensos de la misma hacia un norte común. medio de 30% mensual. La dolarización plena no es viable políticamente, la sociedad la rechaza como una profundización de la rigidez de la convertibilidad, que ha quedado muy desprestigiada a pesar de muchos de sus logros.
La solución de fondo de un ajuste fiscal no tiene hasta el momento consenso social. Es probable que debamos convivir con inflación como si fuese una enfermedad crónica en la analogía médica. La dirigencia política que consiga estabilizar al país obtendrá un fuerte respaldo en las urnas.