La conjunción perfecta de lujo y velocidad
Es la última versión del referente de la interpretación alemana de la deportividad. Con caja de doble embrague robotizado y tracción en las cuatro ruedas, es un auto de 300 km/h para todos los días.
Cuántos deportivos pueden ofrecer 60 años de desarrollo y evolución? Pocos. El 911 no duda en mostrar esa madurez en todo momento.
El Porsche 911 no pide esfuerzos de nuestra parte cuando no son necesarios. Conseguir este equilibrio soñado no es para cualquier auto. Construir un auto radical no es tan complejo, lo verdaderamente difícil es hacer que sea extremo sólo cuando uno quiere. En este modelo no hay puertas con aperturas extrañas, no hay que hacer contorsiones para subir y no hay que calzarse en una butaca rígida hecha dos talles más pequeña. Basta con destrabar las puertas para que la manija rasante sea expulsada y la abramos con comodidad, mientras que una amplia puerta de coupé nos invita a entrar a un bajo pero cómodo habitáculo.
Esta es la octava generación del modelo. Su predecesor, el 991, parecía difícil de superar, pero con este 992 realmente lo han logrado. En el exterior no caben dudas de que es un 911 sin importar desde qué ángulo se lo mire. Se combinan agradablemente
la identidad con la modernidad y la fluidez de líneas. La pantalla central de 10,9 pulgadas se puede comandar también de manera táctil. Para esto es muy práctico el escalón que sobresale debajo para apoyar la mano y evitar que ande a los saltos tratando de hacer puntería.
Frente al conductor hay un cuentavueltas analógico que domina el centro de la escena. Tanto éste cuadrante como el del cronómetro del pack Chronos, tiene el color exterior del auto (Lizard Green, en este caso), como así también los cinturones de seguridad. A los lados del cuentavueltas se ven cuatro relojes más, dos a la izquierda y dos a la derecha. Estos son en realidad pantallas configurables. En el de la derecha se puede ver el mapa del GPS, manejar el cronómetro en pista y leer alertas de
funcionamiento.
En la consola central encontramos con una de las pocas decepciones: el comando de la palanca de cambios, de tamaño ínfimo, se aleja de lo que esperaríamos en un 911. Los mandos de climatización y sus pantallas indicadoras quedan un poco alejados, dando la sensación de que se amontonó todo muy adelante, cuando más cerca del conductor sobra espacio.
Pura acción. Ponemos en marcha el 911 mediante un comando giratorio símil llave y se enciende una sinfonía de placer. Claro que este propulsor es capaz de gritar hasta las 7.500 rpm, nada mal para un sobrealimentado.
Es un 3 litros bóxer, con dos turbos que soplan hasta los 1,2 bar entregando 450 CV a 6.500 rpm con un par constante de 54 kgm entre las 2.300 y las 5.000 rpm.
Gracias a contar con turbos más grandes, válvulas Wastegate con control electrónico, válvulas de inyección piezoeléctricas y una refrigeración de sobrealimentación rediseñada, gana 30 CV con respecto al 991, y 3 kgm de torque. Otra mejora en el 992 es la caja PDK, que ahora cuenta con 8 marchas. Esto hace que la primera sea más corta y la octava más larga que la sobremarcha de la caja anterior. Con esto se logra alargar la relación para viajar en autopista con el motor más descansado y consumiendo menos.
Teniendo en cuenta que en 12,4 segundos alcanza los 200 km/h, no está nada mal. Por otra parte, acelera de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos en Sport Plus.
El equipamiento de seguridad del 911 Carrera 4S es igual de completo que el equipo de confort. A los ocho airbags se suman el asistente de cambio de carril, el aviso de punto ciego con lector de señales de tránsito, las cámaras de estacionamiento 360 grados y el freno autónomo de emergencia.